¿Cuántos seres humanos cabemos en el planeta?
Esta pregunta se ha hecho ya muy habitual. Se sabe desde hace tiempo que hace falta darle una respuesta si queremos avanzar en la idea de la sostenibilidad. El problema es que no resulta fácil de calcular. Un reciente estudio, promovido por Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud ha aportado un nuevo dato, pero sobre todo un enfoque distinto.
Cuando pensamos en la población mundial, siempre lo hacemos en términos de población. El número de personas que viven en ciertas zonas del planeta, cuántas personas caben en los continentes, qué superficie nos toca a cada uno… El estudio que se publicó el pasado 18 de junio mira a este mismo problema desde otro punto. No es tanto una cuestión de números como de peso.
Utilizando los datos más recientes de que disponían, las estadísticas mundiales de 2005, los investigadores han calculado la biomasa de seres humanos adultos que poblamos el planeta. El resultado que han obtenido son 287 millones de toneladas. De todo este peso, 15 millones de toneladas se deben al sobrepeso, y casi 3,5 millones a la obesidad.
Para entendernos, el sobrepeso que hay en el planeta equivale a casi 242 millones de personas con un peso normal, o la población completa de Indonesia.
Claro, que no todas las regiones del planeta aportan lo mismo a la báscula. El peso promedio de un ser humano, según este estudio, son 62 kg. En la parte superior de la tabla, aquellos que tienen una media de peso más elevada, están los norteamericanos con 80,7 kg. de media. Justo en el extremo opuesto se sitúan los habitantes de Eritrea, Etiopía y Vietnam.
Sin embargo, y en contra de lo que habitualmente se piensa, un menor peso de la población no está relacionado con la pobreza. O al menos, no únicamente con ella. Otro de los factores que se han estudiado, el Índice de Masa Corporal (IMC) que relaciona la altura con el peso y la constitución física, muestra que Japón debería ser tomado como ejemplo. Se trata de un país con un nivel de vida alto, y muestra el IMC más adecuado de los países desarrollados.
De todos los datos aportados por el informe, hay dos que sería importante destacar. El primero es que el peso medio de los habitantes del planeta ha ido aumentando. Los autores lo achacan especialmente a la implantación del automóvil y una vida más sedentaria. Entre sus recomendaciones está la de promover las actividades físicas y el uso de la bicicleta como medio de transporte.
Y el segundo, y tal vez más importante, es que si la tendencia sigue igual, si sigue aumentando el peso de los adultos de todo el planeta, podríamos enfrentarnos a una crisis alimentaria.
Tal como explican en el artículo, un cuerpo más pesado necesita más energía, más comida, para realizar cualquier función. Casi la mitad de la energía que consume una persona se emplea en mover un cuerpo, y un cuerpo de mayor peso necesita mayor cantidad para moverse. Pero no sólo durante el ejercicio. También en reposo un aumento en el peso supone un incremento en la comida necesaria para mantenerse.
Fuente: Silenciero