Yo sufría de las enfermedades colaterales de la obesidad mórbida como lo son la diabetes tipo 2, presión alta, acantosis nigricans (manchas negras en el cuello), psoriasis, dolores en las articulaciones, espalda y cadera, además de otras dificultades, como escaldaduras, apnea de sueño, depresión entre otras cosas.
Debido a todos estos males, pero sobre todo por la diabetes e hipertensión las cuales ya no podía controlar en sus niveles normales ni tomando casi 20 pastillas diarias, los médicos no apostaban por más de 5 años de vida para mí.
Uno de ellos me dijo que debería hacerme una cirugía bariátrica y me explicó que consistía en una reducción estomacal por medio de cirugía.
Primeramente y como es lógico, pensé que había que estar loco para permitir que me corten lo único que aun tenía en buen estado (me refiero al estómago).
Luego un amigo que es además mi cardiólogo me dijo a calzón quitado “lo mejor que podría pasarte es que te murieras” ¿¿¿Qué??? Le pregunte!! , a lo que me contestó: “te lo digo pues la otra posibilidad, con todas las enfermedades que tienes, es quedarte en estado vegetal por un derrame y que estés totalmente consciente de lo que pasa a tu alrededor y tu sin poder moverte y viendo cómo sufre tu familia y tu mujer al tener que mover a tremenda mole para cambiarle pañales, bañarlo con esponja y limpiarle el trasero”
Felizmente Dios puso en mi camino al Dr. Adolfo Guevara Figari, quien con mucha calma y paciencia, me hizo entender lo que sería mi cirugía (una gastrectomía en manga mas un switch duodenal) además de sus ventajas y riesgos, pues es una operación complicada y si uno no sigue al pie de la letra las indicaciones del médico para la etapa post operatoria puede morir fácilmente, pero no por la cirugía en sí, sino por nuestra propia negligencia.
Yo no quiero engañar a nadie diciendo que todo fue un lecho de rosas, hasta tuve una complicación, una fístula o goteo, que para la mayoría de cirujanos es la peor de las complicaciones, pero, felizmente esa complicación se curó en pocos días.
La verdad es que los primeros días uno hasta llega a decir que se arrepiente de haberse operado, a menos en mi caso, los 2 o 3 primeros días en los que si bien no hay dolor alguno, se siente medio desubicado y totalmente rendido como por un cansancio que nunca antes sintió, pero eso es por la cantidad de anestesia que usan para poder dormir a una persona de más de 140 kilos y que luego sólo esta recibiendo suero por unos días, luego uno va sintiendo cómo va volviendo a la vida y cambia de parecer totalmente, es decir, se da cuenta del bien que esta operación le ha hecho.
Por ejemplo en mi caso, nunca más tomé pastillas para la diabetes y ésta se me fue desde el primer día post operatorio, ahora luego de 10 meses sigue en los niveles normales sin tomar pastilla alguna. También aun estando en el hospital desapareció mi psoriasis, apnea de sueño y la presión poco a poco se normalizó.
Ahora soy un hombre nuevo, en 10 meses he bajado 60 kilos y hago deportes como 2 horas de caminata a paso veloz y 20 kilómetros diarios de bicicleta (de miraflores a la playa la herradura) y tres veces por semana 50 Km. de bicicleta (de miraflores hasta el peaje de los pantanos de villa ida y vuelta).
Ahora la única pastilla que tomo es un multivitaminico reforzado con hierro y calcio, eso lo debo tomar de por vida, para no desnutrirme, pues hay que recordar que esta es una cirugía de malabsorción, es decir, debido a que achican el duodeno uno deja de absorber algunos nutrientes que hay que compensarlos con pastillas.
Pero, por otro lado con esta operación no hay que hacer dietas, comes de todo y adelgazas con pocas posibilidades de regresar a tu peso anterior o superarlo como ha ocurrido con otro tipo de cirugías.
OJO: ESTE POST LO PUSE EN EL BLOG EN EL AÑO 2008 ORIGINALMENTE Y LO ESTOY PONIENDO HOY NUEVAMENTE PARA MI CUENTA TWITTER QUE ACABO DE INAUGURAR,PARA QUE SE DEN CUENTA DE QUE TRATA.