Un reciente estudio
Abundan los chocolates y sus derivados, caramelos, refrescos, golosinas, lácteos azucarados, bollería y aperitivos salados. Los alimentos sanos, por contra, brillan por su ausencia: no alcanzan el 4% del total de alimentos.
Además, muchos de ellos son de consumo ocasional, de "picoteo", lo que atenta adicionalmente contra los buenos hábitos alimenticios. Por si esto fuera poco, la población infantil es la destinataria preferente de esta avalancha, y está especialmente desprotegida contra ella.
Se va a terminar, por tanto, con el empleo indiscriminado de expresiones como "rico en vitaminas", "mejora el colesterol", "ayuda al crecimiento de sus hijos", y similares. De esta forma,
El Parlamento Europeo, por su parte, y preocupado por el aumento de la obesidad infantil, quiere limitar la publicidad de alimentos inadecuados dirigida a los niños: productos con alto contenido en grasa, azúcar o sal. Indica que estas campañas no fomentan hábitos alimentarios sanos.
Hasta que todas estas medidas sean eficaces, y en la medida en que no consigan finalmente serlo (ya se sabe: "hecha la ley, hecha la trampa"), deberemos desarrollar una mentalidad crítica sobre estos anuncios e informaciones de envases y etiquetas. Y, sobre todo, intentar que nuestros hijos, más indefensos, también la desarrollen, formándoles correctamente en materia alimentaria.
FUENTE: Adelgazar Noticias