viernes, 20 de junio de 2014

¿Cómo quitan la borrachera en Rusia?


Estaciones antiborrachera

Históricamente, Rusia ha tenido una forma muy particular de tratar a su población de borrachos. A los hombres y mujeres bajo los efectos del alcohol se les envía a lo que en ruso se conoce como vytrezvitek, y que en español se podría traducir como "estaciones antiborrachos".
Esta práctica extendida que empezó a principios del siglo pasado terminó en el 2011, pero las alternativas no convencieron así que el gobierno de ese país ha vuelto a reabrir estos centros de desintoxicación.
Pero, ¿en qué consisten?

El primer establecimiento antiborrachos se abrió en 1902 bajo el nombre de "refugio de ebrios" en Tula, una ciudad industrial a unos 160 kilómetros de Moscú. El fundador fue un médico y filántropo local.
Pero no fue sino hasta el período de la Unión Soviética que estos establecimientos se convirtieron en una institución.

Desnudo, doctor y ducha

Estaciones antiborrachera

La primera estación antiborrachos "moderna", o que se asemejaba mucho a como se las conoce en la actualidad, se inauguró el 14 de noviembre de 1931 en la ciudad de Leningrado, antigua San Petersburgo.

Desde la época soviética y hasta su cierre hace tres años, el sistema funcionó de una forma muy similar. Las vytrezvitek fueron controladas por policías y administradas por personal sanitario.
El procedimiento se repetía una y otra vez: una patrulla de la policía detenía a un borracho con dificultades para tenerse en pie, lo subía al auto y lo llevaba al centro más cercano.
Una vez allí, se registraba al borracho, se le desvestía hasta quedar en ropa interior, lo veía un doctor y lo enviaban a la ducha.
Se suponía que el carnet de identidad, dinero y objetos valiosos -si había alguno- quedaban guardados en una caja fuerte.
Aquellos que necesitaban tratamiento médico, lo recibían en el lugar. A los que intentaban resistirse o iniciar una pelea con el personal o la policía, se les amarraba hasta que se calmaban.

De regreso para la calle

Después del examen médico, el tratamiento y la ducha, el paciente podía dormir en una cama limpia hasta muy temprano en la mañana.
Una vez limpios y sobrios, normalmente con resaca y sin dinero, se les devolvían sus objetos personales y los lanzaban de vuelta al mundo.
Pero este no era el final de la historia. El exborracho pagaba por su estadía y los servicios de la estación.
La gerencia normalmente enviaba una carta, llamada telega, al empleador del "huésped" sobre el comportamiento antisocial de su empleado. Esto podía tener consecuencias muy negativas tanto en la carrera como en las condiciones financieras de la persona.
Los estudiantes tampoco se escapaban de los telega.
La manera de evitar estas cartas era usando un método tradicional ruso: soborno a los jefes de la estación antiborrachos
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Estaciones antiborrachera
En siete décadas, millones de rusos y rusas pasaron por las estaciones antiborrachera.
Este soborno podía ser una inofensiva suma de dinero o, más común, alguna botella cara de alcohol.

Al hospital

Tras cerrar estas estaciones antiborrachos, las autoridades comenzaron a enviar a los ebrios a las salas de emergencias de los hospitales.
La primera parte del procedimiento es la misma, pues los policías deben recoger a los borrachos en las calles. Pero ahora, ellos terminan junto a los pacientes de otros males.
Policía rusa
La policía comenzó a trasladar a los borrachos a emergencias.

Y si se echa un vistazo a una sala de emergencia en cualquier hospital de Rusia un domingo por la tarde, se ve un camión cargado de individuos magullados con manchas de sangre y suciedad.
Más allá de cómo se ven, todos tienen algo en común: olor a alcohol (y muchas veces combinado con orina), sobre todo, del más barato.
Pero los borrachos, con frecuencia, son propensos a agredir y atacar al personal de los hospitales, que en su mayoría son mujeres.

Fue debido a este panorama que el Ministerio del Interior y el de Protección de la Salud de Rusia decidieron reabrir las estaciones antiborrachos.
En marzo de 2014 empezaron con el lanzamiento de estos centros en las ciudades de más de 100.000 habitantes.

Otra de las razones se debe a que el crimen perpetrado por borrachos en 2013 se incrementó, así como el número de accidentes fatales de tránsito causados por conductores ebrios, a pesar de las duras multas.

Además, la cámara baja del parlamento ruso, la Duma, ya había sugerido en septiembre pasado restablecer estos centros debido al aumento de los casos de muerte de borrachos en las estaciones policiales.

En las películas

El Maratón de otoño

En la película El Maratón de otoño se retrata las estaciones antiborracheras.
En las siete décadas que las estaciones antiborrachos estuvieron abiertas, millones de hombres y mujeres vivieron la experiencia de haber sido desintoxicados en estos centros. Sus experiencias se convirtieron en la trama de varias películas rusas y soviéticas.
Una de ellas es "El Maratón de otoño", una triste historia de amor, adulterio, amistad, conflicto generacional y dignidad profesional. Trata de un profesor danés de literatura rusa y traductor de Dostoyevsky llega a Leningrado para trabajar con un colega ruso.
En un día de otoño, los dos académicos, junto a su compañero de tragos, un plomero, toman vodka. Después, el trío sale a un bosque cercano a recoger hongos.
El anfitrión se aburre y se marcha a casa. El danés y el plomero continúan la juerga hasta que el extranjero termina en una de estas estaciones.
Su colega ruso, alertado por el plomero, se apresura a liberar al danés que más tarde comenta que la experiencia fue una excelente oportunidad para aprender una gran cantidad de jerga rusa.
Tradicionalmente, la experiencia en la estación antiborrachera se recrea en las películas rusas con una triste simpatía hacia las almas buenas... aunque perdidas.

Estación antiborrachera

Fuente: BBC Ciencia

viernes, 13 de junio de 2014

¿Puede internet mejorar nuestra salud?


Una mujer ve un computado portátil
Expertos tratan de aliarse con internet y las redes sociales para hacer una revolución en el sistema de atención médica.

Cuando un psiquiatra al que se le había pedido que acudiera a la casa de una paciente de 12 años -que se encontraba muy angustiada- llegó, se encontró con la habitación de la niña cerrada.
La pequeña se negó a salir. Su argumento era que no creía en los doctores y que él no era la excepción.
El médico le pidió que, por medio de su teléfono inteligente, lo buscara en el sitio de internet iWantGreatCare (Quiero un Gran Cuidado).
El sitio fue creado para permitirles a los pacientes dar su opinión sobre los doctores y calificar su atención.
En ese sitio web se podían leer los comentarios que los pacientes adolescentes del psiquiatra habían publicado sobre él.
Ver lo que personas de su edad habían escrito fue lo que finalmente la persuadió a abrir la puerta.

Poder

"Hay mucho más que decir sobre una enfermedad que lo que el experto médico tiene que decir"
Lucien Engelen, Universidad Radboud Nijmegen
Este es un ejemplo de cómo internet les está dando a los pacientes un poder que antes no tenían y también es un ejemplo de cómo internet cambiará la relación entre médicos y pacientes, indicó Neil Bacon, el médico detrás del sitio web.
Su objetivo es crear un sitio en el que la voz colectiva de los pacientes y los consumidores de los servicios de salud sea el guardián del sistema sanitario y no los reguladores tradicionales.
El doctor Bacon, un especialista de riñón, es uno de los miembros de la nueva generación de doctores conocidos como "doctores emprendedores".
Concibió la red social para doctores británicos Doctors.net.uk y después desarrolló iWantGreatCare, un sitio en internet que les permite a los pacientes opinar sobre cada médico que los ha tratado y dar una evaluación.
"Es la voz del paciente la que tiene que brillar y la que va a ofrecer transparencia y calidad en todo el sistema de salud social", indicó.
El sitio, que indignó a algunos doctores cuando fue lanzado en 2008, ha unido fuerzas con una organización de caridad dedicada a apoyar a los pacientes con VIH/Sida, The Terrence Higgins Trust.
En Reino Unido, por ejemplo, pacientes VIH positivos pueden sentir una gran angustia cuando les toca escoger a su médico de cabecera y a su dentista. Les preocupa la estigmatización que puedan llegar a sufrir y la confidencialidad con la que sus casos serán tratados, indicó Garry Brough de la organización The Terrence Higgins Trust.
Una de sus propuestas es que pacientes con VIH puedan trabajar juntos para crear recomendaciones de "oro" sobre el cuidado de personas con el virus. Eso se logrará, asegura, por medio del diseño de "una base de datos nacional de servicios de alta calidad para personas con VIH alimentada por los propios usuarios".

Compartir

La idea de darles poder a los pacientes a través de internet ha sido probada en otras partes de Europa.
En Holanda, Lucien Engelen, director del centro de Remodelación e Innovación de la Universidad Radboud Nijmegen investiga cómo las nuevas tecnologías pueden mejorar la atención médica.
Uno de los proyectos es "AYA4: toda la información que habías buscado" y está dedicado a pacientes jóvenes que padecen cáncer. En esa plataforma online, ellos pueden hablar sobre sus problemas de salud y enviarle preguntas médicas directamente a un oncólogo.
Engelen señaló que, al igual que sus doctores, los pacientes y sus familiares también son expertos en una enfermedad en específico.
"Los roles no sólo están cambiando, sino que se están volteando", explicó. "Hay mucho más que decir sobre una enfermedad que lo que el experto médico tiene que decir".
De acuerdo con Engelen, en la era de la democratización de los medios de comunicación y de la primera generación de Facebook, la medicina está empezando poco a poco a ponerse al día con otras industrias como las de la música y los viajes, ambas profundamente afectadas por internet.
"Lleva un poco más de tiempo, pero causará exactamente el mismo impacto y quizás mucho más. Una vez se vuelva masiva, tendrá un gran valor", añadió el doctor.

Fuente: BBC

lunes, 9 de junio de 2014

Respuesta a tratamiento de obesidad estaría en sistema inmune


Dos estudios podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes

La respuesta al tratamiento de la obesidad podría estar en nuestro sistema inmune
FOTOLIA
La obesidad y la diabetes se han convertido en una pandemia mundial
Olvídese de dietas, de pasar hambre o de hacer ejercicio. La respuesta a la obesidad, una epidemia mundial que está causando alarmantes índices de diabetes y de enfermedades cardiovasculares, puede tener un nuevo tratamiento: la respuesta puede estar en nuestro propio sistema inmunológico.
Dos estudios independientes publicados en la revista «Cell» revelan un importante papel de la vía inmunológica en la activación de los dos tipos de grasa corporal buena, la llamada grasa ‘marrón’ y la ‘beige’: estos dos tipos de grasa son capaces de quemar las calorías almacenadas y, de esta manera, reducir el peso y mejorar la salud metabólica. Los hallazgos, subrayan los investigadores, podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes, algo muy necesario en esto momentos.
La teoría es bastante sencilla, pero sorprendente: «la idea de que la salud metabólica se puede mejorar mediante la activación de las células inmunes de la grasa es bastante increíble», reconoce uno de los investigadores, Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de Harvard (EE.UU.). Según el experto, las nuevas investigaciones podrían servir para desarrollar una nueva clase de tratamientos para los trastornos relacionados con la obesidad.
No es la primera vez que se habla de la grasa parda o marrón como una vía para tratar la obesidad. La grasa corporal, aunque odiada, es esencial para mantener el equilibrio energético y ayudar a regular la temperatura del cuerpo. Pero no toda la grasa es igual. El metabolismo cuenta con dos tipos de tejido graso: un tejido adiposo blanco que almacena calorías «extra» y el marrón, una grasa «buena» que quema energía para mantener la temperatura adecuada.
Se sabe que los bebés humanos tienen grandes cantidades de grasa marrón que generan calor para protegerlos del frío extremo; recientemente se ha descubierto que los adultos retenemos pequeñas cantidades este tipo de grasa que conforman un subtipo conocido como grasa 'beige'. También se sabe que la exposición al frío o el ejercicio físico pueden activar la grasa marrón o la beige, y de esta forma quemar las calorías almacenadas y proteger así a los mamíferos de la hipotermia, pero también frente a la obesidad y a los problemas metabólicos. Sin embargo, a pesar de su potencial terapéutico para una serie de situaciones, apenas había información sobre las vías moleculares que desencadenan la formación de estos tipos de grasa ‘buenos’.

Exposición al frío

El equipo de Spiegelman y Rajesh Rao se centró en una proteína recientemente identificada, la PGC-1alpha4. Dicha proteína promueve el crecimiento muscular en respuesta al ejercicio. Y los investigadores descubrieron que la proteína PGC-1alpha4 estimulaba la secreción de una hormona –Metrnl-, que se libera en el torrente sanguíneo y se genera en el tejido muscular después del ejercicio físico y en el tejido adiposo después de la exposición al frío de los ratones.
Los investigadores explican que al convertir la grasa blanca en grasa marrón o en beige, Metrnl aumentaba el gasto de energía y mejoraba la salud metabólica en ratones diabéticos obesos. Dicha hormona, apuntan los investigadores, podría ser adecuada para desarrollar una nueva terapia para el tratamiento de la obesidad y la diabetes: el mecanismo de acción actúa a través de la activación de moléculas inmunes -interleucina-4 e interleucina-13- y de las células inmunes –macrófagos- localizadas en el tejido graso.

Sistema nervioso

El otro trabajo que también publica «Cell» aporta todavía más información sobre el papel de la respuesta inmune y la obesidad. El grupo de Ajay Chawla, de la Universidad de California-San Francisco (EE.UU.), publicó en 2011 en estudio en «Nature» en el que se demostraba que el sistema inmunológico activaba la grasa parda en respuesta al frío. Y ahora ha identificado el proceso molecular que activa la grasa beige en los ratones, una información que revela cómo el sistema inmune y el sistema nervioso colaboran para estimular la formación grasa beige.
Pero además los investigadores encontraron que los ratones con una alteración en este proceso de señalización del sistema producían menos grasa beige y, por tanto, hacían un menor gasto energético, pero no eran capaces de mantener su temperatura corporal en ambientes fríos en comparación con los ratones normales. Por el contrario, cuando se trató a los animales con interleucina-4 observaron un aumentó en la formación de grasa beige, una reducción de peso corporal y la mejora de la salud metabólica en los ratones obesos.
Este nuevo papel del sistema inmune ha causado sorpresa entre los expertos. «Va en contra del dogma establecido», afirma Chawla porque siempre se ha creído que metabolismo de los nutrientes y la energía estaba bajo el control del cerebro y el sistema endocrino. Después de haber identificado la vía celular y molecular que regula el desarrollo de la grasa beige, señala este experto «ahora es el momento de investigar sobre si cualquiera de sus componentes puede estimular el gasto calórico y servir para tratar la obesidad».

Fuente: abc salud

lunes, 26 de mayo de 2014

Síndrome de alimentación nocturna "es real"

Hombre comiendo en la noche
Hay gente que se levanta por la noche con un hambre insaciable a pesar de haber cenado. Es posible que tenga el síndrome de alimentación nocturna.

Ahora, científicos del instituto de estudios biológicos Salk, en California, Estados Unidos, descubrieron un par de genes encargados de sincronizar los horarios de comida con el reloj biológico.
Cuando hay una mutación de estos genes, puede ocasionar lo que se conoce como síndrome de alimentación nocturna.
Este trastorno altera las horas de comida, lo que hace que la persona ingiera alimento de más y aumente de peso.
En el estudio, hecho en ratones y publicado en la revista especializada Cell Reports, se demostró como estos animales con mutaciones genéticas humanas sufrieron alteraciones en los patrones de comida, lo que les ocasionó un sobrepeso.
"En realidad no esperábamos que podríamos separar el ciclo de sueño y el de alimentación, especialmente con una mutación simple", dice Satchidananda Panda, autor jefe del estudio y profesor asociado de Salk.
"Esto abre las puertas a un motón de preguntas sobre cómo se regulan estos ciclos".
Se estima que entre el 1% y el 2% de la población sufre de este síndrome, que recientemente fue clasificado como un trastorno de la alimentación. Uno de los síntomas es despertarse en la noche y no poder volver a la cama sin comer algo primero.

Mutaciones creadas

Con frecuencia los que padecen este trastorno eligen alimentos con un alto contenido calórico y poco saludable, lo que lleva al sobrepeso y algunas veces obesidad.
Mujer comiendo en la noche
Las personas con este trastorno suelen elegir alimentos con un alto contenido calórico.
"Durante mucho tiempo las personas desestimaron el síndrome de alimentación nocturna por no considerarlo real", cuenta Panda.
"Estos resultados en ratones sugieren que, de hecho, puede haber bases genéticas para el síndrome".
Los ratones del experimento tenían una versión humana del gen del reloj biológico. Cuando este gen fue silenciado, los animales comieron cuando en realidad deberían estar durmiendo.
Las mutaciones en el gen del reloj biológico implicaron trastornos en el sueño, lo que también hizo que los roedores durmieran más.
Los expertos piensan que los genes del sueño y la alimentación trabajan juntos para mantener estos dos ciclos sincronizados.
Una falla en cualquiera de los dos puede ocasionar interrupciones en los patrones de sueño y alimentación.
Sin embargo, los investigadores no han hecho pruebas para determinar si los humanos con este trastorno tienen la mutación genética que crearon en estos roedores de laboratorio.

Fuente: BBC ciencia.

sábado, 17 de mayo de 2014

La forma más rápida de curar las diarreas



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¿Quién no ha pasado por ese desagradable momento en que una indigestión le provoca frecuentes diarreas? Si te has preguntado entonces cuál es la forma más rápida de curarlas, hoy se te ofrecerá la respuesta.

Método rápido para curar las diarreas

El ingrediente fundamental en este remedio es un producto asequible para todos: el arroz. Pero no preparado de la manera habitual, sino como agua de arroz. Es un método original de los países asiáticos, y aunque te parezca un poco primitivo a primera vista, en realidad es la forma más rápida y efectiva de detener las diarreas.

Receta de agua de arroz

Se toma un puñado de arroz y se pone a hervir en una cacerola con bastante agua, 3 o 4 vasos aproximadamente. Luego se pone a refrescar y se bebe el agua del arroz.
Si el apuro es muy grande y necesitas mayor rapidez en la curación, puedes poner la cacerola dentro de una vasija grande que contenga agua y unos cubos de hielo, ello acelera el proceso de enfriado y permite que el paciente tome pronto el agua de arroz y sane cuanto antes.

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Asegúrate de beber bastante agua de arroz. Si tomas el arroz, este se quedará en el estómago, el caldo puede que llegue al intestino; sin embargo, el agua de arroz garantiza que todos los granos lleguen a cada parte del intestino grueso y delgado, hasta donde existe el problema.
Aún se desconoce la explicación de este remedio, pero ha sido usado desde tiempos inmemoriales por los pueblos asiáticos y en la actualidad muchas personas lo utilizan con un alto por ciento de eficiencia.
A partir de ahora no tienes que pasar tiempo sufriendo los desagradables síntomas de una indigestión. Simplemente prepara y bebe un agua de arroz, la forma más rápida de curar las diarreas, y verás que este producto de origen natural obrará maravillas.

Fuente :otra medicina.

miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Cuán beneficioso es un batido de placenta?

Placenta

Charlie Poulter, de Inglaterra, está convencida de que haberse tomado un batido con placenta del tamaño de la palma de su mano, frutos del bosque y banana le dio la energía que necesitaba justo después del parto.

"Lo tomé bastante rápido porque no quería pensar mucho en ello", confiesa. "Pero se sintió como algo insignificante después de haber pujado un bebé al mundo".
"Pensé que si esto evitaba la depresión postnatal y me daba energía, entonces podía tomarme un vaso", agrega.
La motivación de esta mujer de 30 años es clara; cuando quedó embarazada de su primer hijo, llevaba 18 meses en terapia por depresión, por lo que le preocupaba desarrollar depresión posparto.
"Nunca había oído hablar de encapsulación de placenta, pero descubrí que podría ayudarme a no decaer", cuenta. "Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa y mi esposo me dijo que si sólo se trataba incluso de un efecto placebo, que no importaba porque daño no me haría".
La placenta es responsable de la nutrición, respiración y excreción del feto durante los cerca de nueve meses de su desarrollo. Es por ello que algunos creen que este órgano sangriento no debería desperdiciarse una vez que cumple su función.
En vez, podría ofrecer a la madre lo que necesita para su recuperación del parto y el inicio de lactancia. Esto significa comerla.

Batido de US$40

Bebé tomando leche

Existe la creencia que la placenta ayuda a la producción de leche materna.
Laura Devlin, periodista de la BBC, explica que en Reino Unido algunas mujeres están optando por tomarse una parte justo después de dar a luz en un batido de frutas y mandar a congelar el resto para hacer cápsulas que puedan seguir tomando.
"Están convencidas que estas píldoras mágicas suben los niveles de energía, ayuda a mejorar la producción de leche e incluso previene la depresión", señala.
En Inglaterra opera la Red de Encapsulación de Placenta (IPEN, por sus siglas en inglés) que se encarga de recoger el órgano una vez que sale del útero, preparar esa primera bebida y llevarse el resto del producto para secarlo y encapsularlo. Cobra unos US$250 por las cápsulas y US$40 por la bebida.
No obstante, a las autoridades británicas les preocupa que esta práctica genere alguna contaminación bacteriana y la está investigando.
En el caso de Poulter, un especialista de IPEN estuvo presente en el parto en junio de 2011, listo para prepararle el batido. Días después, la madre recibió el resto de la placenta en forma de pastillas.
"Mi hija Lillian es la única que tengo, así que no hay forma de comparar (lo que sentí con otros partos), pero me dio mucha energía, no me sentí completamente muerta. Mi esposo estaba más cansado que yo".
También cuenta que no le dio depresión postnatal y "jura que fue la placenta". Desde entonces se ha hecho una especialista de IPEN.
Si bien no es muy común en humanos, la práctica de la placentofagia está extendida entre los mamíferos.
"Con la excepción de los mamíferos marinos y algunos domesticados, todos los demás se la comen tras el parto", explica Devlin.

Tendencia reciente

Por otra parte, la placenta seca se utiliza en la medicina china tradicional por sus propiedades fortalecedoras.
Pero en las culturales occidentales, la placentofagia es más reciente. 

Recién nacido
No existen suficientes pruebas científicas para determinar los beneficios de la placentofagia.

En Estados Unidos, la actriz y vegetariana Alicia Silverstone publicó recetas de placenta después de haberse comido la suya tras el parto. Y la actriz de la serie Mad Men, January Jones, informó que tomó las cápsulas tras el nacimiento de su hijo Xander.
Este año, en Oregón (noroeste de EE.UU.) entró en vigor una ley que recoge el derecho de las mujeres a que, cumpliendo determinados requisitos, puedan llevarse las placentas del hospital.

Pero, ¿cuál es la ciencia detrás de esta práctica?
Hasta la fecha no existen estudios controlados con placebo sobre placentofagia humana.
El año pasado, la Universidad de Nevada hizo una encuesta entre mujeres que habían tomado placenta, y muchas dijeron haber tenido beneficios para la salud. Pero los investigadores concluyeron que se ha hecho muy pocos estudios como para verdaderamente evaluar esta evidencia anecdótica.
Por su parte, el Colegio Real de Matronas, en Reino Unido, considera que no hay suficientes pruebas como para que la organización "apoye o desapruebe" la placentofagia, pues no hay suficientes investigaciones al respecto.
"Nuestra posición es que si una madre quiere guardar su placenta, es su decisión y debería ser ayudada", comenta Jacque Gerrard, portavoz de la organización.

Fuente: BBC Salud

jueves, 8 de mayo de 2014

La realidad sobre el tráfico de órganos en el mundo



Un filipino de 38 años, padre de cinco hijos, muestra la cicatriz de la operación en la que vendió un riñón. Foto Getty Images
Ernesto Antonio es de Nicaragua. Tiene 28 años y un título de técnico en refrigeración industrial. Desde hace cuatro años y tres meses está "ajuntado" con una mujer de cuarenta que tiene cinco hijos y requiere con urgencia una operación del corazón.
Por todo eso está vendiendo uno de sus riñones por US$200.000.
Cruzando el Mar Caribe, en el estado Bolívar de Venezuela, se encuentra "Donador" -así es como pide que lo identifique-. Tiene 38 años. Es técnico superior en construcción civil. Casado, dos hijas adolescentes, varios meses de retraso con sus matriculas del colegio y una deuda permanente con el dueño de la casa en la que viven, quien amenaza con venderla si aparece un comprador.
También está ofreciendo en venta uno de sus riñones. No tiene muy claro cuánto puede pedir, pero cree que alrededor de US$250.000
Ernesto Antonio y "Donador" son el hilo visible de una madeja que medra en las sombras: el tráfico de órganos, un fenómeno que parece tener un pie en la realidad y otro en el mito.
Ambas caras se mostraron hace pocas semanas, en México, cuando el secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Carlos Castellanos Becerra, dijo por Twitter que en ese estado se había detenido a Manuel Plancarte Gaspar, de 34 años e integrante del cartel de los Caballeros Templarios, quien era "investigado por la muerte de menores de edad, a quienes extraía sus órganos para venderlos".
Un día después, el Procurador General de la República (fiscal general), Jesús Murillo Karam, dijo en rueda de prensa que el tráfico de órganos "no es tan grave en México (…), pero no queremos que sea más grave, no queremos que crezca".
Después, silencio.

Los datos duros

Si el tráfico de órganos habita en las sombras, dicen expertos, es porque muchos lo han permitido. Empezando por algunos gobiernos.

El fenómeno en China

Cuando se menciona el tráfico de órganos, el nombre de China aparece una y otra vez.
No sólo porque el país asiático es el segundo en el mundo -tras Estados Unidos- que más trasplantes realiza anualmente, con unos 10 mil, o porque tenga alrededor de millón y medio de pacientes en lista de espera.
Es sobre todo por el método -denunciado alrededor del mundo- que tiene para satisfacer esa demanda: utilizar órganos de prisioneros ejecutados. Algo que ha prometido finalizar.
Aunque en China está prohibido desde fines de 2006 el trasplante de órganos para extranjeros, se sabe que siguen realizándose. En 2008, según el International Medical Journal Travel, tres hospitales fueron multados por hacerlo.
Uno de los pocos casos que se conocen a nivel público en el mundo hispano es el del español Oscar Garay, quien en 2008, tras ser deshauciado luego de que se le negara un trasplante en su país, viajó a China donde, por 130.000 euros, recibió un trasplante.
El bilbaíno ha reconocido que, probablemente, el órgano pertenecía a un preso ejecutado; sin embargo, insiste en que no le quedaba otra opción para seguir viviendo.
Lo paradójico es que, según relató al periódico digital Las Provincias, su cuerpo -ya fuera porque la operación no fue bien hecha o porque lo rechazó- no se adaptó al nuevo hígado.
Lo que salvó su vida fue que después de esa falla sí fue aceptado como candidato para recibir un órgano en España. La operación fue en 2011.
Oscar Garay ya no da entrevistas para hablar sobre el tema.
"Datos no hay, ni cifras oficiales. El primer paso es la negación. Los Estados no quiere asumir que tienen tráfico de órganos dentro de sus fronteras, a no ser que haya un escándalo como ha ocurrido en Sudáfrica o España. Pueden asumir que tienen prostitución, tráfico de drogas. No pasa nada porque todos los otros Estados los tienen. Pero no tráfico de órganos".
Quien me dice esto es Alicia Verdú, una criminóloga española especializada en trata de personas y tráfico de órganos y quien hizo una investigación sobre el tema.
Verdú calcula que, del total de trasplante de órganos, al menos 10% se realiza de manera ilegal. Una cifra que, asume, es mucho mayor en América Latina, por sus niveles de corrupción, pobreza y debilidad del sistema judicial.
La experta aclara que dentro de lo que se considera como actividad ilegal está, por ejemplo, pagar para pongan a una persona en los primeros lugares en la lista de quienes esperan un donante para trasplante.

Países "tercos"

La "estrella" del tráfico de órganos es el riñón. Algunas organizaciones creen que constituye hasta el 75% del mercado ilegal.
"Existe la conciencia de que, porque tenemos dos riñones, no pasa nada si das uno. Pero sí pasa. Lo peor del tráfico de órganos es que la gente que se encuentra en situación de pobreza, que son los que donan este tipo de órganos, normalmente tienen trabajos que requiere una condición física importante", le explica Verdú a BBC Mundo.
"Y cuando donan el riñón y pasan por el postoperatorio, no pueden mantener el ejercicio físico que hacían antes en su trabajo, con lo cual lo que han conseguido es poco o nada".
Esa es la nuez del asunto: gente en estado de necesidad que vende sus órganos.
Según cifras de 2012 publicadas por Organs Watch -organización que rastrea el tráfico ilícito de órganos-, cada año se venden de manera ilegal entre 15.000 y 20.000 riñones en todo el mundo.
"Lo peor del tráfico de órganos es que la gente que se encuentra en situación de pobreza, que son los que donan este tipo de órganos, normalmente tienen trabajos que requiere una condición física importante"
Alicia Verdú
Sobre la reticencia a reconocer el delito, la jurista mexicana Alicia Elena Pérez, quien hace una década representó a México en las negociaciones de El Protocolo de la Comisión de los Derechos del Niño, que incluía tráfico de órganos, recuerda la terca posición de algunas naciones.
"Los países más sensatos -Bélgica, Suecia, Dinamarca, Japón, Canadá, Nueva Zelanda- mantenían sus puertas abiertas a que eso sucediera: que pudiera haber una red de contactos via los centros de salud oficiales o privados en donde a las personas usuarias que detectan con determinadas características les pagan por sus órganos".
"En el otro extremo estaban países como Pakistán, India, China, Países Bajos, que decían: esto no existe. Y si existe, las personas tienen la libertad de hacerlo".
Sin embargo, tanto la jurista mexicana, como Alicia Verdú y todos los especialistas consultados por BBC Mundo están de acuerdo en que hay algo que no existe: el robo de órganos para trasplantes.

Halando el hilo del mito

La oficina de Alicia Elena Pérez Duarte y Noroña en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es pequeña. Y la empequeñece aún más la desbordante vitalidad y humor de esta mujer con cara de suiza, pero mexicana hasta el tuétano y quien desde hace años sólo viste ropajes típicos de su país.
Ahora, la doctora Pérez Duarte y Noroña es una respetada académica, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unam.
En realidad lo ha sido casi toda su vida, salvo por algunos interregnos, como el de hace 20 años, cuando una serie de coincidencias políticas y académicas la llevaron a convertirse en Fiscal Familiar Civil en el Distrito Federal.
Y en los pocos meses que estuvo al frente de esa fiscalía -de donde salió fuertemente amenazada- uno de los temas sobre los que trató de arrojar luz fue el del tráfico de órganos.
"En esa época hubo uno de los grandes escándalos de nota roja en nuestro país sobre supuesto tráfico de órganos, en donde muchas personas alegaban que conocían a alguien que tenía un hijo o hija a quien habían secuestrado por un tiempo y que cuando aparecía les habían quitado el riñón, la córnea. Lo quitable".
En el tiempo en que estuvo como fiscal, Alicia Elena Pérez investigó el robo de órganos, pero no encontró evidencia.
"Ese era el escándalo de la prensa. Como eran menores de edad, encajaba en mi área".
Empezó entonces un trabajo de hormiga para verificar esos testimonios. Lo más difícil -recuerda con una sonrisa irónica- fue que los periódicos le revelaran de dónde había salido la noticia.
"Me puse en la tarea de buscar, de lo que salia en la prensa, al conocido del conocido del conocido... Y siempre encontré un hoyo negro. Porque todo mundo me refería a otra persona y llegaba un momento en que ya no existía".
Tomó, entonces, otra ruta: hablar con los expertos.
"Empecé a buscar a médicos cirujanos, especialistas en trasplantes para que me explicara la viabilidad de eso. No hay uno solo, a la fecha, que diga que es posible. Todos decían: el protocolo del trasplante es muy complicado como para poder lograr eso: llevarse a alguien y quitarle el órgano".
"Ese protocolo hace prácticamente imposible que ese imaginario popular que tenemos sobre el tráfico de órganos sea factible".
Pero hay más: en los tiempo en que estuvo en Ginebra, Alicia Elena Pérez entró en contacto con multitud de organizaciones internacionales y nunca pudo encontrar un solo caso comprobado de robo de órganos. Ni en niños ni en adultos.
Por esto, tiene serias dudas sobre lo que ocurrió en Michoacán.

La conexión Centroamericana

Como su compatriota, el doctor Francisco Cortázar también se ha dedicado a perseguir el hilo de la verdad en el tráfico de órganos.
Pero en su caso forma parte de un trabajo rigurosamente académico -y más amplio- sobre leyendas urbanas, que empezó durante su doctorado en Ciencias de la Información y la Comunicación. Allí encontró que el mito ha existido por lo menos por 30 años.
Y otro de sus hallazgos es fascinante: encontró que el mito del robo de órganos llegó, incluso, a ser utilizado como arma ideológica en Latinoamérica durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Cortázar trazó el origen de una de las leyendas más difundidas del robo de órganos (el secuestro de niños para quitarles sus vísceras) hasta los años 80 del siglo pasado y las guerras civiles en Centroamérica.
"Cuando surge esta leyenda urbana de tráfico de niños se da como una acusación por partidos y movimientos de izquierda cuya nota es reproducida en los medios soviéticos y en todos los países satélites que existían en ese entonces, señalando el descaro de los países capitalistas que todo lo compran", le explicó Cortázar a BBC Mundo.
"Y otro de sus hallazgos es fascinante: encontró que el mito del robo de órganos llegó, incluso, a ser utilizado como arma ideológica en Latinoamérica durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética."
En su trabajo "La leyenda del robo de órganos", el profesor de la Universidad de Guadalajara ubica la primera mención del caso en Honduras, 1987.
"En ese año Leonardo Villeda, ex secretario del Comité de Bienestar Hondureño, da la alarma al declarar, sin pruebas, al existencia de contrabando de niños del Tercer Mundo para que gente rica de Europa o Estados Unidos se implante órganos de repuesto".
La agencia Reuters difundió la noticia y, aunque después fue desmentida, ya para entonces diarios de Nicaragua, Cuba y la Unión Soviética la había reproducido con términos como "entre el desprecio racista de Estados Unidos hacia los latinoamericanos y la libertad para exterminarlos sólo hay un paso", indica el texto.

La bañera con hielo

Otro mito urbano relacionado que investigó el profesor Cortázar es el del muchacho extranjero que, tras una noche de farra con una joven a la que conoció en la ciudad a la que visita (Río de Janeiro, Dallas, Buenos Aires, Ciudad de México o Barcelona), se despierta en la habitación de un hotel, sumergido en una bañera llena de agua y hielo. Le han extraído uno de sus riñones.
"Aquí lo que está de fondo es la sexualidad irresponsable del muchacho", explica.
En cada leyenda, señala el profesor Cortázar, hay algunos elementos reales y otros totalmente ficticios. Se amalgaman y empiezan a contarse de tal forma "que empiezan a verse como verdaderos".
"Un elemento que sí es cierto es el tráfico de órganos, -que es distinto del robo de órganos- entendido como la posibilidad de que alguien pueda acceder a un órgano sano pagándole a otra persona para que se lo 'done'".
En los más de 15 años que lleva investigando estos temas, Francisco Cortázar tampoco se ha topado con un sólo caso comprobado de robo de órganos.
Y piensa que, tal como se presentó en primera instancia el señalamiento contra el supuesto integrante del cartel de los Caballeros Templarios, tiene las características de una leyenda urbana.
Foto Getty Images
Dos trabajadores indios a quienes se les removieron sus riñones. En 2008 -cuando esta foto fue tomada- se descubrió una operación de trasplantes ilegales en ese país. Se cree que en 10 años se practicaron unos 500 trasplantes.

De la vida real

La última historia real sobre tráfico de órganos en América Latina la reventó el año pasado, desde Costa Rica, el periodista José Meléndez.
Veterano reportero y corresponsal de El País de España, El Tiempo de Colombia y El Universal de México, Meléndez encontró el tema por casualidad.
"En una reunión en abril de 2013 en Costa Rica, un médico que ha hecho trasplantes legales cuenta que en su celular le han ofrecido que realice trasplantes a dos israelíes que están urgidos", explica a BBC Mundo.
"Habían encontrado a un nicaragüense y un costarricense, a quienes les habían pagado tres mil dólares a cada uno pero necesitaban médicos. Yo vi el mensaje".
A partir de ese dato empezó a desenredar la madeja.
Los avisos ofreciendo órganos, en especial riñones, proliferan en internet.
"Hay toda una red que involucra médicos, esto no es un asunto de dos o tres personas. Costa Rica se convirtió en un país anfitrión de turismo de trasplantes, entonces involucra operadores de turismo, agencias de viajes, hoteles, personal de salud. Los hospitales tienen sus archivos y ahí es donde pueden determinar qué persona es compatible...".
Luego, una confundida pareja de costarricenses fue detenida en el aeropuerto de Tel Aviv y todo encajó. La pareja confesó, bajo declaración jurada, que se encontraba en Israel porque le habían ofrecido US$20.000 por el riñón izquierdo de la mujer. Habían sido reclutados por un médico en un hospital estatal costarricense.
Hasta el momento se han ubicado a 20 personas que vendieron sus órganos a través de esta red, pero José Meléndez cree que pueden ser más, ya que la operación estaba en marcha desde 2009.
Y agrega: "El año pasado cayeron cuatro médicos y una oficial de la policía, ella misma donante y que reclutaba personas. También fue capturado el dueño de un restaurante ubicado frente al hospital, también encargado de reclutar".
Como resultado, Costa Rica actualizó su legislación sobre el tema -entró en vigor el pasado 22 de abril- prohibiendo "cualquier forma de gratificación, remuneración, dádiva en efectivo o en especie, condicionamiento social, sicológico o de cualquier otra naturaleza, por la donación de órganos y tejidos humanos".

Las redes

El caso de Costa Rica que describe José Meléndez calza a la perfección en el modelo que Alicia Verdú ha diseñado sobre cómo operan las redes de tráfico de órganos.
"Es un negocio de intermediarios. La realidad social, desde el donante hasta el comprador, es muy distinta. Para poner en contacto a estas dos personas están los intermediarios. Desde los 1.000 o 2.000 euros que puede recibir la persona que vende, hasta los 85.000 o 100.000 euros que paga la persona que ha comprado el órgano, todo ese dinero se queda en el camino".
"Hay tres tipos de intermediarios, el primero, es una persona de nivel económico alto para hablar de tú a tú con el comprador. Luego está el comerciante, quien pone en contacto al del primer rango con el tercero. Puede ser una persona que tenga una agencia de viajes", indica Verdú.

Silencio en el gobierno de México

Luego de las declaraciones del Procurador Genera, Jesús Murillo Karam, en las que explícitamente acepta que hay tráfico de órganos en México, el gobierno ha guardado silencio.
En 2011, el diario mexicano El Excelsior reportó que, entre 2006 y ese año, la Procuraduría -a pesar que lo negaba públicamente- había expedido cuatro órdenes de captura por tráfico de órganos.
Para este reportaje se solicitaron entrevistas con Rodrigo Archundia Barrientos, el fiscal bajo cuya jurisdicción cae el tema, así como al director del Centro Nacional de Transplantes.
A pesar de múltiples correos electrónicos, llamadas y promesas, las entrevistas nunca se concretaron.
Luego está "el último intermediario, que puede ser el vecino de un pueblo pobre que los conoce y que incluso él mismo ha podido donar un riñón o alguno de sus familiares. Es el que se dedica a captar a sus compatriotas para convencerlos de que es buena idea donar un riñón".
"El tráfico de órganos es intermitente, depende de cómo estén las necesidades. Hay redes que pueden estar desactivadas mucho tiempo y de repente se activan".
En los últimos años, internet ha ayudado no sólo a que estas organizaciones se comuniquen con más rapidez, sin necesidad de verse cara a cara, sino a que proliferen anuncios -en sitios de clasificados y redes sociales- de oferta y compra de órganos.
Hasta ahora -me aclara Verdú- se ha descubierto la participación de mafias en el tráfico de órganos en China, donde, más que intermediarias, lo que hacen es poner a disposición su organización y logística para el transporte de personas que venden sus órganos. Se sabe de casos en Tailandia donde han transportado pueblos enteros a China para que lo hagan.
Por eso, no descarta que los carteles del narcotráfico en México estén involucrados, pero a nivel de tráfico. No de robo.

El último escalón

Ni Ernesto Antonio ni "Donador" han sido contactados por intermediarios. Y si lo son, es poco probable que reciban las sumas con las que sueñan.
De acuerdo con diversas fuentes, un riñón puede cotizarse entre US$80.000 y US$100.000 dólares. Pero ese dinero nunca lo recibe la persona que entrega su órgano. Pueden aspirar a US$20.000, como la pareja costarricense. Pero es más probable que sean entre US$1.000 y US$3.000.
Fue aproximadamente lo que recibió un indígena de Chiapas que Alicia Pérez conoció en la época en que fue fiscal. Cuando le dijo que era muy poco por entregar un riñón, su respuesta fue tajante: "Sí, pero ya tengo mi casa".
"Si es mi órgano, es mi cuerpo y es mi decisión, no veo lo ilegal del caso"
Además, le dio a entender que el cuerpo era suyo y podía hacer con él lo que quisiera.
Es la posición de "Donador".
"Si es mi órgano, es mi cuerpo y es mi decisión, no veo lo ilegal del caso. No veo cuál es la diferencia a que cuando uno muere y es donante voluntario post mortem, utilizan nuestros órganos para salvar alguna vida, que no se sabe si es buena o mala persona. ¡Sin embargo el médico y la clínica cobran su buena cantidad de dinero por eso!".
"Ahí te lo dejo hermano para la reflexión. Yo solo quiero darle un hogar a mis hijas y garantizarles su futuro, pagar sus estudios a cambio de salvar una vida".
El cuerpo, último refugio. Final recurso para salir de la pobreza.

Fuente: BBC