Una nueva investigación llevada a cabo en Estados Unidos encontró, sin embargo, que estos aficionados a los regímenes dietéticos podrían ser más sanos y vivir más que aquellos que no se preocupan por el peso corporal y permanecen obesos.
Los científicos de la Universidad de Ohio sometieron a ratones a regímenes continuos de cuatro semanas en los que primero perdían peso y después aumentaban de peso.
Descubrieron que estos animales lograron vivir 25% más y con mejores niveles de glucosa en la sangre que otro grupo de ratones obesos alimentados con una dieta alta en grasas.
"Si la creencia convencional fuese cierta, eso desalentaría a que mucha gente con sobrepeso perdiera peso" afirma el doctor Edward List, quien dirigió el estudio en el Instituto de Biotecnología de la Universidad de Ohio.
"Nuestro estudio muestra que el simple acto de ganar y perder peso no parece ser perjudicial para las perspectivas de vida", agrega.
La obesidad se ha convertido en un grave problema de salud pública.
Sólo en Estados Unidos cerca de 34% de los adultos están clasificados como obesos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
"El estudio ofrece nueva información a nuestro entendimiento de los beneficios de perder peso. Y espero que estimule a la gente a no darse por vencida"
Dr. Edward List
Para comprobar si realmente las llamadas dietas de yoyo son perjudiciales para la salud el doctor List llevó a cabo varios experimentos con 30 ratones de laboratorio.
Los animales fueron divididos en tres grupos y sometidos a tres dietas distintas durante el curso de dos años, que era el típico período de vida de estos animales modificados.
El primer grupo fue colocado en una dieta rica en grasas, el segundo grupo fue sometido a regímenes dietéticos de cuatro semanas, primero a una dieta baja en grasas para bajar de peso, después a una dieta alta en grasas para recuperar los kilos perdidos y aumentar de peso.
El tercer grupo recibió una dieta normal.
Longevidad
Al final de los dos años los científicos encontraron que los ejemplares del primer grupo, el de los ratones que comieron más y pesaban más, tenían niveles más altos de grasa corporal y glucosa en la sangre que el resto de los ratones.Estos animales se volvieron intolerantes a la glucosa, un estado considerado como la etapa previa a la diabetes.
Cuando se midió la longevidad de los animales -que se considera el criterio de referencia para medir el estado de la salud- los científicos encontraron que los ratones de la dietas de yoyo vivieron 2 años 4 meses, comparado con 1 año 5 meses de los ratones obesos.
Los del tercer grupo -que no eran obesos ni hacían dietas de yoyo- vivieron 2 años 9 meses.
Los científicos creen que al perder peso, aunque sea de forma temporal y breve, los animales experimentaron una reducción en los niveles de citoquinas, proteínas que regulan la función de varias células en el organismo, incluidas las vinculadas a la inflamación, un trastorno asociado a enfermedades como diabetes, trastornos del corazón y cáncer.
"Replicar esta investigación en humanos sería ideal, pero sería un desafío enorme seguir un estudio de dietas controladas durante un período largo" explica el doctor List.
Sin embargo, agrega, "los ratones pueden servir como un buen modelo para la investigación de la obesidad, porque permite a los investigadores seguir los efectos de una dieta en la longevidad durante un período relativamente corto".
"El estudio ofrece nueva información a nuestro entendimiento de los beneficios de perder peso" expresa el doctor List.
"Y espero que estimule a la gente a no darse por vencida".
Los resultados del estudio fueron presentados durante la conferencia anual de la Sociedad Endocrina de Estados Unidos que se celebra en Boston.