lunes, 20 de mayo de 2013

Mexico, Obesidad, se disemina en familias por malos hábitos alimenticios



Oaxaca, México.- La obesidad es una enfermedad que se extiende en el tejido social como especie de virus y por imitación se disemina principalmente entre familiares, al compartir hábitos, gustos y excesos no saludables, alerta el área médica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Oaxaca (IMSS).


Y es que de acuerdo con estadísticas del instituto, si los jefes de una familia  tienen un peso normal, la probabilidad de que sus hijos sean obesos es relativamente baja, un 10 por ciento; en cambio cuando uno de los padres padece obesidad el riesgo de que sus niños también lo sean sube hasta un 50 por ciento; y en el caso de que ambos estén excedidos en peso es casi seguro que los menores también lo estén pues la probabilidad aumenta hasta un 80.
En un país en el que tener un índice de masa corporal superior a 24 (con lo cual se demuestra que ya existe algún grado de sobrepeso) es común en siete de cada 10 mexicanos adultos. La población joven está en riesgo de ser la primera generación en tener una expectativa de vida menor a la que sus padres y abuelos tuvieron, explicó a coordinadora delegacional de Nutrición del IMSS, Rocío Guadalupe Espinosa Castro.
Los patrones de conducta de la familia y sus malos hábitos alimenticios se heredan e influyen en que haya nietos o hijos “gorditos”. En este sentido, la nutrióloga destacó que hoy debemos saber que un niño obeso, al crecer, está en peligro de sufrir muerte súbita o enfermedades asociadas a su condición, como diabetes (azúcar elevada), hipertensión (presión arterial alta), hipercolesterolemia (exceso de grasa en sangre) y afecciones cardiovasculares (del sistema circulatorio), todas ellas alteraciones metabólicas que se consideran componentes de muerte silenciosa.
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2): un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso y un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.
Ejemplos de una mala alimentación sobran; uno de ellos, muy característico, es el famoso “desayuno a la mexicana”, el cual consiste en atole y tamal, alimentos muy “llenadores” que proporcionan al individuo 1,100 calorías, alto porcentaje del total recomendado que debe consumir un adulto diariamente: entre 1,100 y 1,800.
Planificar la alimentación, tomando en cuenta para el desayuno, comida y cena, insumos de los tres grupos alimenticios, así como estar conscientes de que las palmas de la mano son uno de los mejores instrumentos para conocer la proporción de alimentos que nuestro cuerpo necesita diariamente: cinco puños de frutas o verduras, dos palmas de leguminosas y cereales (tortilla, arroz, frijol, avena, atole), tres palmas de alimentos de origen animal (huevos, carnes, mariscos, leche y sus derivados).
Procurar consumir alimentos naturales, realizar sesiones de ejercicio (una hora diaria de actividad moderada e intensa tres veces a la semana); comer en familia (por lo menos una vez al día) ya que hay que recordar que al igual que los hábitos surgen de la imitación; Así como evitar azúcares y grasas (principalmente los provenientes de bebidas embotelladas como refrescos, jugos, tés, y fritangas) e incrementar el consumo de agua simple, son algunas medidas que repercutirán de manera favorable en el crecimiento y desarrollo de los niños, finalizó la nutrióloga del IMSS, Rocío Guadalupe Espinosa Castro.

Fuente: Diario Oaxaca