domingo, 14 de junio de 2009

Fertilidad y mujeres obesas

fuente: BBC Mundo Ciencia

Las mujeres muy obesas no deben obtener tratamientos de fertilidad, fue una de las recomendaciones hechas tras un estudio de un grupo de expertos británicos.

Bebé
Entre los riesgos de la obesidad está la diabetes gestacional y la hipertensión.
La Sociedad Británica de Fertilidad indica que las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) de 36 o más, no deben tener acceso a estos tratamientos.

Aunque las recomendaciones han desatado una polémica en Gran Bretaña, los expertos indican que son necesarias estas restricciones.

"Creo que no ofrecer tratamientos en esas condiciones es una buena decisión médica", dijo a BBC Mundo la doctora Stella Lancuba, del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva en Argentina (CIMER).

Agrega que "me parece bastante lógico que el sistema de salud ofrezca los beneficios a los pacientes con la mayor potencialidad de éxito".

"La gente debe hacer el mayor esfuerzo posible para ponerse en condiciones óptimas para que los tratamientos den resultado", afirma la especialista.

Riesgos

El IMC es el índice del peso de una persona en relación con su altura.

Entre 30 y 35 se considera "obesidad leve", entre 35 y 40 se considera "obesidad moderada" y más de 40 se considera "obesidad mórbida".

Según la Sociedad Británica de Fertilidad, las mujeres de bajo peso y las clasificadas como obesas (con un IMC de más de 29) deben verse forzadas a resolver su problema de peso antes de comenzar el tratamiento de fertilidad.

Mujer obesa
Las mujeres obesas pueden tener complicaciones durante el parto.
Actualmente, los servicios de salud británicos advierten a las mujeres con sobrepeso sobre los riesgos que tendría para su salud el tratamiento de fertilidad.

Pero no han impuesto ninguna prohibición sobre éstos.

Según los expertos, el sobrepeso y la obesidad puede poner en riesgo la salud tanto de la madre como del bebé por los problemas asociados como la diabetes gestacional y la hipertensión.

La realidad es que hoy en día, algunas clínicas británicas ya no ofrecen tratamientos de fertilidad gratuitos a las mujeres obesas.

Según la Sociedad --que reúne a los principales expertos de este campo-- "se debe ser más consistente en la forma como proporcionamos estos tratamientos".

Agrega que las mujeres obesas tienen menos posibilidades de lograr un embarazo y más probabilidades de enfrentar problemas de salud.

Edad

Esto se debe, dice Stella Lancuba, a que el aumento de la masa y la grasa corporal es un factor que altera el equilibrio hormonal y la capacidad ovulatoria.

La gente debe hacer el mayor esfuerzo posible para ponerse en condiciones óptimas para que los tratamientos den resultado
Dra. Stella Lancuba, CIMER
Pero además, una mujer obesa, particularmente con obesidad mórbida, tiene varios riesgos de salud tanto para ella como para el bebé, por ejemplo riesgos en el parto o durante el embarazo.

"Como especialistas nos interesa el nacimiento de un bebé sano" afirma la doctora Lancuba.

"Cuando una mujer con obesidad mejora su metabolismo tiene muchas probabilidades de embarazarse de forma natural", agrega.

"Así que en el campo de la fertilidad debemos aplicar los tratamientos tecnológicos cuando estamos seguros de que ese es el camino de mayor beneficio".

"Pero primero debemos asegurarnos de que la paciente está en las mejores condiciones de tener éxito", concluye.

La obesidad, sin embargo, no parece ser el único factor que influye en el éxito de los tratamientos de IVF.

Además de los riesgos por el peso están los riesgos por la edad ya que después de los 40 años, incluso con los tratamientos más avanzados, hay muy pocas posibilidades de tener éxito.

jueves, 11 de junio de 2009

El Papel de la Insulina en la Obesidad Es Más Importante de lo Creído


Unos investigadores han desvelado nuevas evidencias que sugieren que otros factores además de los genes, podrían causar la obesidad. Han descubierto que hay células idénticas desde el punto de vista genético que sin embargo almacenan cantidades muy diferentes de grasa dependiendo de variaciones muy sutiles en el procesamiento celular de la insulina.
Menéame

Conocer los mecanismos precisos que controlan el almacenamiento de grasa en las células podría conducir a los científicos a desarrollar nuevos métodos para combatir la obesidad.

Los detalles de esta nueva investigación también serán importantes para entender mejor el papel de la insulina con respecto a la obesidad y a la diabetes tipo 2, así como para el diseño de estrategias efectivas de intervención.

Los resultados del estudio indican que cuanto más rápido una célula procesa la insulina, más grasa almacena.

Otros investigadores han sugerido que ciertos "genes de la grasa" podrían estar asociados al almacenamiento excesivo de grasa en las células. Sin embargo, en el nuevo estudio se ha confirmado que estos genes de la grasa se expresaban o se activaban en todas las células, aún cuando esas células variaban drásticamente en cantidad de grasa almacenada, desde cero en algunos casos hasta muchísima en otros.


Ji-Xin Cheng (Universidad Purdue) y sus colaboradores, examinaron un proceso biológico llamado adipogénesis, utilizando cultivos de una línea celular llamada 3T3-L1, que a menudo se emplea para estudiar las células grasas. En la adipogénesis, estas células dan lugar a grasa.

“Este trabajo respalda un nuevo punto de vista que plantea que no toda la información biológica en las células se codifica en los planos genéticos”, explica Thuc T. Le, del equipo de Cheng. Los investigadores descubrieron que la variabilidad en el almacenamiento de la grasa depende de cómo las células 3T3-L1 procesan la insulina, una hormona secretada por el páncreas tras las comidas para estimular la absorción de la glucosa desde la sangre hacia el hígado, los músculos, o las células grasas.

Los investigadores determinaron que las diferencias en el almacenamiento de la grasa no dependen de la expresión de los genes, sino de las variaciones en una cascada de eventos que tienen lugar en una vía de señalización de la insulina. Esta vía permite a las células tomar la glucosa de la sangre.

Una pequeña variación hacia el principio de la cascada puede conducir a diferencias notables en el almacenamiento de la grasa al final de dicha cascada.


Fuente: Purdue U.
http://news.uns.purdue.edu/x/2009a/090414ChengFatgenes.html