miércoles, 25 de mayo de 2011

A mayor uso del biberón, mayor riesgo de obesidad




Algunas organizaciones sugieren que se debe eliminar el biberón cuando el bebé tenga un año.
Los bebés que son alimentados con biberón, o mamadera, hasta los dos años están en riesgo de ser obesos para cuando inicien la escuela, concluye un estudio en Estados Unidos.
La investigación, publicada en la revista de pediatría Journal of Pediatrics, encontró que los niños que continúan el uso regular del biberón hasta los 24 meses de edad tienen 30% más de probabilidad de ser obesos para cuando tengan cinco años y medio.
Los científicos analizaron datos de casi 7.000 niños a través de Estados Unidos.
Los expertos afirman que el alimento con el biberón aumenta el consumo de calorías entre los bebés.
Entre los niños estudiados, 22% de estos utilizaban el biberón como su principal recipiente de bebidas, o eran puestos a dormir con un biberón que contenía una bebida alta en calorías.
Casi una cuarta parte de este grupo resultó siendo obesa a la edad de cinco años, comparado con el 16% de niños que para los dos años ya habían abandonado el biberón.

Demasiadas calorías

Los autores de la investigación, de universidades en Ohio y Filadelfia, calcularon que las probabilidades de obesidad en niños que usan el biberón a los 24 meses son 1,33 veces mayor que los que no usan el biberón.
Sugieren que se debe fomentar en los padres a que le retiren el biberón a los bebés cuando cumplan un año para evitar el riesgo de alimentación excesiva.

Real Colegio de Parteras
"El uso prolongado del biberón puede conducir a que el niño consuma un exceso de calorías, particularmente cuando los padres utilizan el biberón para calmar a la criatura en lugar de en respuesta a sus necesidades alimenticias", dice el estudio.
La coautora del estudio, Rachel Gooze, del Centro de Investigación de la Obesidad de la Universidad Temple, en Filadelfia, explicó: "Una niña de 24 meses, de peso y estatura promedio, que se pone a dormir con un biberón con ocho onzas de leche entera, recibiría aproximadamente 12% de su cuota calorífica de ese biberón".
La fundación británica de asistencia a los padres, National Childbirth Trust, aconseja que los niños deberían ser estimulados a consumir bebidas en taza antes de cumplir un año.
El Real Colegio de Parteras del Reino Unido concuerda con esto. Según la asesora de políticas, Janet Fyle, la práctica alimenticia en la familia determina si el niño sigue utilizando el biberón para cuando tenga dos años.
"Si el niño sigue con el biberón, la madre podría estar tentada a llenarlo de otra cosa como una bebida azucarada. Después el niño se acostumbra a tener dulce en su dieta", señaló.
"Los bebés deberían ser inculcados a usar una taza o vaso desde los seis meses y retirarles el biberón al año de edad", concluyó.
FUENTE: BBC Mundo

viernes, 20 de mayo de 2011

La obesidad contamina

obesidadSi quieres ayudar a combatir el cambio climático, empieza haciendo dieta. Según concluye un nuevo estudio británico publicado en la revista International Journal of Epidemiology, una población de 1.000 millones de personas delgadas emite millones de toneladas menos de dióxido de carbono al año que el mismo número de personas gruesas.
"Mantenerse delgado es bueno tanto para la salud como para el medioambiente”, aseguran Phil Edwards e Ian Roberts, investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y coautores del estudio. Según sus cálculos, una sociedad delgada, como la del Vietnam, consume un 20% menos de alimentos y contamina menos que una en la que cerca del 40% de las personas son obesas como la de Estados Unidos. Además, las emisiones relacionadas con el transporte también son menores si mantenemos un peso saludable, porque se gasta menos energía en transportar a personas delgadas, y porque “los que tienen sobrepeso tienden a moverse menos y a depender más del automóvil”.
“Debemos hacer mucho más para revertir la tendencia global hacia la obesidad y reconocer que es un factor clave en la batalla para reducir las emisiones y frenar el cambio climático", concluyen los científicos.
 
fuente: Muy interezante



jueves, 19 de mayo de 2011

¿Desayunar bien mejora el rendimiento académico?


¿Desayunar bien mejora el rendimiento académico?Los niños que desayunan tienen mayor rendimiento académico y son más rápidos y hábiles a la hora de resolver problemas, según investigadores de la Universidad de California (EE UU). Es más, diversos estudios científicos demuestran que un buen desayuno mejora las calificaciones de los niños en exámenes.
Según los expertos, un factor a tener en cuenta es que los niños que desayunan generalmente comen más nutrientes básicos que los que no lo hacen. Los principales factores que reducen el desempeño escolar de los niños es que se salten alguna de las tres comidas principales (desayuno, comida y cena), que coman poco hierro y que estén expuestos al plomo. En concreto, varios estudios revelan que cuando los escolares no tienen suficiente hierro en la sangre les cuesta mucho prestar atención y concentrarse, se vuelven irritables, tienen dificultades de percepción, bajan sus calificaciones en pruebas de inteligencia (especialmente en vocabulario) y su rendimiento general se ve afectado.
FUENTE: MUY INTEREZANTE.

lunes, 16 de mayo de 2011

Hallan el gen que regula la obesidad


Un grupo de investigadores británicos halló que el gen KLF14, relacionado con el colesterol y la diabetes, es una “llave maestra” que controla otros genes que se encuentran en la grasa corporal, lo que ayudaría a controlar la obesidad e incluso enfermedades al corazón.
“Este es el primer estudio importante que muestra cómo pequeños cambios en un gen maestro regulador pueden generar una cascada de efectos metabólicos en otros genes”, dijo Tim Spector, del King's College  de Londres, quien dirigió el estudio.
La investigación, publicada por la revista Nature Genetics , examinó más de 20 mil genes de 800 personas y 600 biopsias de grasa subcutánea de voluntarios del Reino Unido para determinar qué genes podrían estar vinculados al KLF14.
En todo el mundo, uno de cada 10 adultos son obesos, y la cantidad se duplicó desde la década de 1980. En 2010, alrededor de 45 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso, según la Organización Mundial de la Salud.
Fuente Peru 21

domingo, 15 de mayo de 2011

La guerra de la hamburguesa: colesterol y cirugía en un solo sándwich

Hamburguesa doble

Dos sitios de comida rápida quieren llamar a sus hamburguesas -bombas de colesterol- con el nombre de una operación cardíaca.
Dos sitios de comida rápida de Estados Unidos se disputan el derecho a llamar un emparedado con el nombre de una operación cardíaca: el bypass.
El doctor argentino René Favaloro (1923-2000) fue el pionero de una técnica quirúrgica que resolvió el reto de cómo resolver el problema de irrigación cuando hay sectores de la coronaria bloqueados.
La técnica consiste en pasar por alto el segmento bloqueado de la arteria mediante el adosamiento de una vena. Se trataba del bypass, y Favaloro lo puso en práctica con éxito en 1967.
Sin embargo, casi medio siglo más tarde, dos restaurantes estadounidenses se disputan el derecho a llamar un producto de comida rápida con el nombre de bypass.

Arizona vs. Nueva York

El Heart Attack Grill, de Chandler, Arizona, amenazó al Second Avenue Deli, de Nueva York, con demandarlo si seguía utilizando el nombre de Heart Attack (ataque al corazón) en un sándwich.
El Heart Attack Grill reclama como sello de su propiedad al emparedado en cuestión, el bypass burger en sus versiones triple y cuádruple.
La insistencia en cualquiera de sus dos versiones como hábito alimentario podría exigir en poco tiempo la aplicación del bypass.
El Deli es el que tiene una versión triple que contiene: 230 gramos de carne, asados en pura manteca de cerdo, torrejas de pavo y salame; todo esto apresados entre dos panqueques de papa, lo que a la hora de las calorías nos da 750 y nos quita US$24 de la billetera.

El Triple Bypass Burger del Heart Attack Grill, por su parte, contiene una hamburguesa de casi 700 gramos, tres capas de queso, papas fritas en manteca, por la bagatela de US$10.50.
Todo esto, sin contar la bebida azucarada, la cerveza o el milk-shake.
El tema de los efectos médicos de la comida rápida causa polémica en Estados Unidos.
Sima Kotecha, periodista de la BBC, informó en abril del año pasado de la controversia que se presentó en Nueva York cuando la conocida cadena de restaurantes Kentucky Fried Chicken lanzó al mercado un "emparedado" que en vez de pan tenía dos filetes de pollo con queso, salsa y tocineta en medio.
La firma insistía en que la ausencia de pan reducía el número de carbohidratos, por lo que presentaba a su producto como opción saludable.
"Dos tercios de la población estadounidense sufre de sobrepeso u obesidad", indicó entonces Kotecha.

Estrategia de mercado

Pero el Heart Attack Grill parece hacer mofa del riesgo de salud que genera su comida.
El restaurante de comida rápida de Arizona fue creado en 2005, por Jon Basso, quien se ganó el mote irónico de "doctor" por su confeso propósito de servir "pornografía nutricional", es decir "comida escandalosamente mala para la salud".
En el restaurante, las meseras se llaman "enfermeras", toda persona de más de 170 Kg come gratis y si usted puede terminar el Triple Bypass Burger, hay un servicio para llevarlo hasta su automóvil en silla de ruedas.
¿Qué habría opinado el doctor Favaloro de todo esto?
fuente BBC Mundo

jueves, 12 de mayo de 2011

La inseguridad económica aumenta la obesidad

El estrés que supone la inseguridad económica hace que las personas que viven en países regidos por el denominado "libre mercado" sean más propensas a volverse obesas, según un estudio británico publicado en la revista 'Economics and Human Biology'.
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El estrés que supone la inseguridad económica hace que las personas que viven en países regidos por el denominado "libre mercado" sean más propensas a volverse obesas, según se desprende de un estudio británico publicado en la revista Economics and Human Biology.

Según Avner Offer, profesor de historia económica y director de la investigación,"las políticas para reducir los niveles de obesidad tienden a focalizarse en alentar a las personas a cuidarse a sí mismas, pero este estudio sugiere que la obesidad tiene causas sociales más amplias". "Los beneficios económicos de los mercados flexibles y abiertos tienen un costo en lo referente a la salud pública y personal que rara vez se tiene en cuenta", puntualiza el experto.

El equipo de Offer comparó cuatro países de habla inglesa con formas liberales de mercado (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y Australia) con siete naciones relativamente ricas de Europa que tradicionalmente cuentan con una protección social mayor (Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Noruega, España y Suecia). Y comprobó que los cuatro primeros presentaban en promedio un tercio más de obesidad, liga a la inseguridad económica.

Además, según Offer, el surgimiento y aumento de la obesidad a gran escala comenzó durante la década de 1980, lo que coincide con el auge del liberalismo de mercado en los países de habla inglesa.

Para descartar otros factores, el equipo de investigadores ha medido también el impacto de la disponibilidad de alimentos de alto contenido calórico, así como las cadenas de comida rápida y supermercados. Sus conclusiones indican que "la disponibilidad de comida rápida tiene la mitad de efecto que la inseguridad económica sobre la prevalencia de la obesidad".

Fuente: MUY INTERESANTE

martes, 10 de mayo de 2011

El cerebro goloso

Si ante el escaparate de una panadería siente un deseo irresistible de abalanzarse sobre un jugoso donut de chocolate, no culpe a su falta de autocontrol. Es el cerebro el que manda, según acaba de revelar un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Northwestern.

En un experimento con varios sujetos a los que se había dejado comer hasta saciarse, el psiquiatra y neurólogo Marsel Mesulam comprobó que,
tras un atracón, nuestro cerebro permanece impasible ante las imágenes de donuts y otros suculentos dulces. Sin embargo, después de 8 horas de ayuno, esas mismas imágenes producen una reacción inmediata de nuestro sistema límbico, la parte del cerebro más ancestral que compartimos con los reptiles. “Esa región cerebral detecta los estímulos importante. Dice ‘no sólo tengo hambre, aquí hay comida’”, explica el investigador. A continuación, según revelaron las técnicas de neuroimagen, son las neuronas espaciales las que se deben ponerse en marcha para conducirnos (o no) hasta el objeto de deseo.

"Existe un sistema muy complejo en nuestro cerebro que nos permite concentrar nuestra atención en los elementos del entorno que son importantes para satisfacer nuestras necesidades, por ejemplo la comida cuando tenemos hambre, pero no cuando estamos saciados”, explican los autores del estudio en la revista
Cerebral Cortex. Algo similar ocurre si estamos en un bosque y escuchamos un crujido. “En este contexto prestamos inmediatamente toda la atención, porque puede ser una señal de peligro”, asegura Mesulam. Sin embargo, ese mismo sonido en la oficina no generaría ninguna respuesta cerebral. “Una de las principales misiones del cerebro es adecuar nuestra respuesta al contexto”, concluye Mesulam. 
fuente: muyinteresante

viernes, 6 de mayo de 2011

Contra la obesidad: convertir la grasa mala en buena

Científicos en Estados Unidos encontraron una forma de convertir la grasa blanca inerte y perjudicial del organismo en grasa marrón, capaz de quemar calorías y reducir el peso corporal.
Cintura gruesa
La grasa blanca, o mala, almacena las calorías adicionales que ingerimos.
El estudio, llevado a cabo en ratas, consistió en bloquear una proteína en el cerebro de los animales que se sabe estimula el apetito.
Y el resultado, afirman los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, fue que no sólo se redujo el consumo de calorías de los animales y, por lo tanto su peso, sino también observaron que su grasa se convirtió en tejido adiposo marrón, cuya única función es quemar calorías.
El hallazgo, dice el estudio publicado en Cell Metabolism (Metabolismo Celular), podría conducir en el futuro a un nuevo tratamiento contra la obesidad en humanos.
Todos los mamíferos, incluido el ser humano, cuentan con dos tipos de grasa en su organismo: el tejido adiposo blanco y el tejido adiposo marrón.
La grasa blanca suma el 20% del peso corporal en hombres y 25% en mujeres. Es la típica grasa que se acumula en el abdomen y alrededor de la cintura, y la encargada de almacenar todas las calorías adicionales que consumimos.
Por otro lado, el tejido adiposo marrón -la grasa buena- se encuentra principalmente en el feto y los recién nacidos, que la usan como fuente de energía para generar calor y al mismo tiempo quemar calorías.
Sin embargo, cuando los bebés crecen, su grasa marrón desaparece casi por completo y queda reemplazada por la grasa "mala", la blanca.
Varios expertos han propuesto en el pasado que si se logra estimular al organismo para que produzca más grasa marrón en lugar de grasa blanca se podría encontrar la forma de controlar el peso corporal y prevenir la obesidad y sus enfermedades asociadas.
Ahora, los científicos de Johns Hopkins, parecen haber encontrado esa forma.

Enfoque novedoso

"Si logramos que el organismo humano convierta su grasa mala en grasa buena capaz de quemar calorías en lugar de almacenarlas, podríamos contar con una importante herramienta nueva para combatir la epidemia de obesidad"
Dr. Sheng Bi
El doctor Sheng Bi y sus colegas diseñaron un experimento para investigar si suprimiendo una proteína, llamada neuropéptido Y (NPY) que se sabe estimula el apetito, lograban reducir la grasa corporal de las ratas.
La NPY se encuentra en el hipotálamo, la región cerebral que regula el hambre, la sed, la temperatura corporal, el equilibrio de agua y la presión arterial.
Durante cinco semanas, los investigadores estudiaron a dos grupos de ratas, ambos alimentados con una dieta regular, pero a uno de los grupos se le suministró un virus para inhibir a la proteína NPY.
Los resultados mostraron, al final de las cinco semanas, que el grupo tratado con el virus pesaba menos que el otro grupo.
Para confirmar los resultados volvieron a dividir a los animales en otros dos grupos y a uno lo alimentaron con una dieta muy rica en grasas.
Los científicos volvieron a observar que las ratas alimentadas con la dieta de grasas y tratadas con el virus lograron mantener un menor peso corporal que las ratas que comieron una dieta normal y cuya proteína NPY funcionaba normalmente.
Esto demostró, dicen los investigadores, que la supresión de la NPY logró reducir el consumo de alimentos y entre más se suprimía la proteína, menos comían las ratas.

Sorpresa

Mujer obesa
El hallazgo podría conducir a un tratamiento para prevenir la obesidad.
La mayor sorpresa, sin embargo, ocurrió posteriormente cuando los científicos analizaron la composición de la grasa de las ratas.
En la región de las ingles de las ratas con la NPY inhibida, los científicos no encontraron la grasa blanca que se esperaría observar en los animales adultos, sino descubrieron que ésta había sido reemplazada con grasa "buena" marrón.
Los científicos creen que esta transformación podría deberse a una activación de las células madre de grasa marrón que contiene el tejido adiposo blanco.
Tal como expresa el doctor Bi "si logramos que el organismo humano convierta su grasa mala en grasa buena capaz de quemar calorías en lugar de almacenarlas, podríamos contar con una importante herramienta nueva para combatir la epidemia de obesidad".
El científico cree que quizás es posible lograr en seres humanos el efecto obtenido en las ratas inyectando células madre de grasa marrón debajo de la piel para quemar grasa blanca y estimular la pérdida de peso.
Pero afirma que "sólo con futuras investigaciones podremos saber si esto es posible".
Por su parte, el doctor Jeremy Tomlinson, experto del Centro de Investigación de la Obesidad de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, afirma que este estudio es "estimulante, novedoso e interesante".
"Necesitaremos muchos más estudios para confirmar si funciona, pero podría ofrecernos una forma factible de desarrollar nuevas terapias contra la obesidad", señala el experto.
Fuente BBC Salud.

lunes, 2 de mayo de 2011

La grasa extraida con liposucción regresa al año



La liposucción es una de las operaciones más populares de cirugía cosmética en muchos países del mundo. Tan sólo en Estados Unidos se llevan a cabo casi medio millón de estos procedimientos cada año.
                                            
Al año de la operación, el cuerpo volvió a acumular grasa.
Hasta ahora, sin embargo, no se había estudiado si la grasa que se extrae del cuerpo regresa. Y, si regresa, en dónde vuelve a acumularse.
Una nueva investigación llevada a cabo en Estados Unidos por primera vez logró responder a estas interrogantes.
Los investigadores de la Universidad de Colorado, en Denver, encontraron que la grasa sí regresa al cuerpo humano.
Es, dicen los científicos en la revista Obesity (Obesidad), como si el organismo "defendiera" su volumen total de tejido adiposo. Y si lo pierde, vuelve a recuperarlo.
Aunque el estudio, llevado a cabo por los doctores Teri Hernández y Robert Eckel fue llevado a cabo con un grupo pequeño de mujeres, es la primera vez que analiza este patrón de redistribución de grasa en el cuerpo.

Pérdida "rápida"

La liposucción, un procedimiento en el que se extrae o "aspira" el exceso de grasa de diversas partes del cuerpo, ha sido practicada en todo el mundo durante más de 30 años.
Aunque la operación es rudimentaria y puede conllevar riesgos, se le ha presentado siempre como "la forma más rápida" de reducir el tamaño de los muslos, el abdomen o cualquier otra parte del cuerpo.
Pero ahora, los científicos de la Universidad de Colorado no sólo descubrieron que el cuerpo vuelve a acumular su tejido adiposio perdido, también encontraron que éste regresa redistribuido en la parte superior del cuerpo: hombros, brazos y la parte superior del abdomen.
El estudio involucró a 32 mujeres con una edad promedio de 35 años y de peso promedio. La mitad fueron sometidas a un procedimiento de liposucción para extraerles una cantidad "modesta" de grasa de la cadera y muslos.
La otra mitad no fue sometida a la operación pero se les dijo a las participantes que, al final del estudio, podrían ser sometidas a la operación a un precio reducido si así lo deseaban.
Los investigadores tomaron mediciones idénticas de todas las mujeres a las seis semanas, seis meses y al año.

                               Mujeres obesas

La liposucción es vista como una forma "rápida" de perder grasa.
El objetivo, explican los autores, era observar si el cuerpo "defiende" su composición de tejido adiposo.
Los resultados mostraron que a las seis semanas las mujeres sometidas a liposucción habían perdido 2,1% de su grasa, mientras que las que no tuvieron liposucción perdieron 0,28%.
Pero al año, esta diferencia había desaparecido.

Redistribución de grasa

Y aunque las mujeres operadas seguían manteniendo caderas y muslos delgados, su cuerpo había acumulado tejido adiposo en otra región.
Tal como explica el doctor Eckel, la grasa resultó redistribuida en la parte superior del cuerpo, principalmente en el abdomen superior, pero también en los hombros y brazos.
Los científicos no saben porqué el tejido adiposo no se vuelve a distribuir en el mismo lugar, pero una hipótesis, dicen, es que la liposucción destruye la estructura básica debajo de la piel donde se forman las células adiposas.
Para compensar esa pérdida el organismo comienza a formar nuevas células adiposas en otras áreas del cuerpo.
Es decir, el organismo parece llevar un control estricto de su número de adipositos y de su volumen total de grasa corporal.
Tal como informan los investigadores, a pesar de los resultados, las mujeres del grupo de control no se vieron desalentadas por la liposucción y la mitad decidió someterse al procedimiento a un precio reducido.
FUENTE BBC

domingo, 1 de mayo de 2011

LA OBESIDAD ES MENTAL

Científicos estadounidenses descubrieron que una sustancia cerebral que tiene una importante función en la memoria, también parece estar involucrada en la regulación del consumo de alimentos y la tendencia a la obesidad
En un informe que publica hoy la revista New England Journal of Medicine, los científicos del Instituto Nacional de la Salud Infantil y el Desarrollo Humano, sugieren que el descubrimiento podría ayudar a combatir el aumento de peso.
La sustancia es el “factor neurotrópico derivado del cerebro” (BDNF, por sus siglas en inglés) y ya se había sugerido en investigaciones con animales que podría ser importante en el control del apetito.

En la investigación realizada con niños y adultos con el trastorno genético llamado síndrome de WAGR, los científicos descubrieron que algunos de ellos carecían de un gen correspondiente al BDNF y que, en coincidencia, mostraban mucho apetito y una marcada tendencia a la obesidad.

“Esta es una nueva y prometedora pista sobre los orígenes biológicos que contribuyen a la obesidad”, dijo Duane Alexander, director del instituto.
“Es posible que, en última instancia, este descubrimiento conduzca al desarrollo de nuevos fármacos para controlar el apetito en personas que no han tenido éxito con otros tratamientos”, agregó.
El síndrome de WAGR es un trastorno que se manifiesta con una serie de síntomas y enfermedades, incluyendo tumores renales, ausencia de iris ocular, anormalidades genitales y del tracto urinario y retraso mental.


En su estudio, los científicos analizaron el cromosoma 11 de 33 pacientes con síndrome de WAGR y 19 de ellos mostraron que carecían de toda o gran parte de la copia del gen BDNF.
A los 10 años de edad, esos 19 pacientes eran obesos y tenían una fuerte tendencia a comer de forma excesiva.
Más aún, señala el estudio, los 19 tenían niveles de BDNF en la sangre que eran alrededor de 50 por ciento menores en comparación con quienes tenían copias normales de ese gen.
Según Jack Yanoski, de la División de Crecimiento y Desarrollo del Instituto y autor principal del estudio, se cree que el BDNF trabaja en conjunción con otras sustancias que regulan el apetito y el peso corporal.
La principal de esas sustancias es la leptina, una hormona involucrada en las señales del hambre.
El científico manifiesta que la secreción de BDNF en el hipotálamo, la región del cerebro que controla la alimentación, es indirectamente impulsada por la leptina.
Los investigadores señalan que el estudio de la relación entre ambas sustancias, así como de la acción del BDNF sobre los tejidos, podría conducir al desarrollo de los nuevos fármacos para tratar la obesidad en ciertas personas.
Fuente tener salud.