lunes, 27 de enero de 2014

Neuronutrición y Educación



Imagen

 La neuronutrición es un tema novedoso, surgido del progresivo conocimiento con motivo de la década del cerebro. En las Américas todavía existe el problema nutricional de anemia por carencia de hierro, no hay expectativas que sea superado en el 2015 y es uno de las puntas de iceberg de la desnutrición, que de acuerdo a UNICEF causa más de una tercera parte de las muertes infantiles en menores de 5 años. El déficit de hierro afecta cerca de 2000 millones en el mundo y cerca de 77 millones en Latinoamérica y el Caribe, este es un problema grave porque cuando ocurre en los primeros dos años altera el proceso de mielinización, procesos normales de funcionalidad dependientes de neurotransmisores como GABA, dopamina, que tienen implicaciones en l esfera conductual y del aprendizaje.

 La importancia del déficit de hierro en los primeros 2 años se debe a la elevada tasa de crecimiento del tejido nervioso durante este período, mayor que en cualquier otro período del desarrollo. Para evitar desnutrición neonatal se procura implementar la lactancia materna (LM) para favorecer la mejor plasticidad cerebral con el fin de coadyuvar al proceso epigenético de aprendizaje que permitirá el mejor desarrollo psicosocial del individuo.

 Los niños con LM  suelen tener mayores puntajes de IQ, razón adicional para promoverla en la población. Si no posible LM, debe haber  suplementación con hierro en la dieta del lactante. Otros nutrientes como ácidos grasos poliinsaturados omega-3 aportado por linaza, nueces, salmón, caballa, son importantes para mantener la homeóstasis del sistema nerviosos, con el mayor contenido de lípidos del organismo. Los omega-3 ayudan a regular función del SNC, de hígado y músculo por vía de receptores IGF, que a nivel neuronal favorecen la plasticidad sináptica ligada al aprendizaje. Bajo omega-3 en dieta puede resultar en mayor riesgo de patología cardio y cerebrovascular.

 Por otra parte, los alimentos funcionales (AF) aportan componentes biológicamente activos, como minerales, fibra, fitoquímicos, probióticos, entre otros. En estudios grandes, los AF mejoran memoria episódica, verbal y función ejecutiva. Una ingesta elevada de carbohidratos altera señalización normal de dopamina, produciendo conductas alimentarias anormales de buscar más carbohidratos, con mayor riesgo de obesidad y síndrome metabólico. Otras estrategias de optimizar neuronutrición incluyen tomar desayuno, rico en proteínas, beber abundante agua durante el día, esto mejora p.ej. memoria a corto plazo en escolares, evita descompensación de cuadros demenciales en ancianos.

 Se han identificado otros alimentos con efectos benéficos en mejoría de facultades cognoscitivas, en reducción de amiloide, antioxidantes, incluyen arándano, azafrán, té verde, vino tinto, ginkgo biloba, tomate, grosella espinosa india, verduras, que pueden ayudar a evitar deterioro cognoscitivo como el de Enfermedad de Alzheimer. Es necesaria una conducta cauta con las bebidas energizantes, puede estimular alcoholismo en adolescentes, generar cuadros de hiperactividad en niños. Es importante conocer nuevas disciplinas como nutrigenómica y nutrigenética, para proveer el mejor consejo nutricional al público en general. La neuronutrición es uno de los pilares de conservar el cerebro, junto con ejercicio, actividad intelectual y descanso.

jueves, 23 de enero de 2014

Memoria de ancianos no es peor, está sobrecargada




Mujer mayor

Con la edad acumulamos más información y -según el estudio- es por eso que tardamos más recordar.
Con frecuencia la razón por la que un computador empieza a funcionar más lento es porque está llegando a su límite de memoria. Lo mismo podría ocurrir con los humanos.
Un estudio realizado en Alemania sugiere que con la vejez la memoria no se deteriora, sólo hay grandes volúmenes de información.
La posición científica generalizada es que la edad lleva a un deterioro constante de la función cerebral, pero la nueva investigación publicada en Topics in Cognitive Science asegura que los cerebros más viejos pueden necesitar de más tiempo para procesar la cada vez mayor cantidad de conocimiento. Y aseguran que con frecuencia esto ha sido erróneamente identificado como un deterioro de la capacidad.
Los investigadores de la Universidad de Tuebingen, en Alemania, comprobaron con modelos computarizados que no es lo mismo procesar unas 40.000 palabras -incluyendo nombres propios- que en promedio estiman manejaría un adulto joven, que las más de 90.000 que tendría una persona de más de 60 años.
"Los modelos predicen que, en promedio, sólo la tarea de reconocer un nombre para un septuagenario toma cerca de medio segundo más que para un veinteañero", se lee en el ensayo.
Estos computadores fueron programados para que actuaran como si fueran humanos. Debían leer cierta cantidad de información al día y aprender cosas nuevas en el camino.
Cuando los investigadores ponían un límite a la cantidad de lectura, su desempeño en las pruebas cognitivas se parecía a la de un adulto joven.
No obstante, si se sometía al mismo computador a una cantidad de datos representativa de una vida de experiencias, entonces su desempeño era más parecido al de un adulto de mayor edad.
Con frecuencia era más lento, no porque disminuía su capacidad de procesamiento, sino porque la base de datos había aumentado, lo que significaba más más tiempo para procesar información.

¿Redefinir conceptos?

El estudio, liderado por el doctor Michael Ramscar, tiene una mirada crítica a las herramientas de medición que con frecuencia se utilizan para demostrar que las habilidades cognitivas disminuyen con la edad.
En vez de encontrar evidencias de deterioro, los expertos de este trabajo llegaron a la conclusión de que la mayoría de las mediciones estándares son defectuosas, pues confunden el aumento de conocimiento con la disminución de la capacidad.
"Ahora la tecnología permite a los investigadores hacer estimaciones cuantitativas sobre el número de palabras que se espera aprenda un adulto en su vida, permitiendo al equipo separar el reto que supone el aumento de conocimiento para la memoria del desempeño de la memoria en sí", explicó Ramscar.
"Imagina a alguien que se sabe la fecha de cumpleaños de dos personas y las puede recordar perfectamente. ¿Dirías que esa persona tiene mejor memoria que una que sabe los cumpleaños de 2.000, pero que sólo nueve de cada diez veces puede coincidir a la persona con el cumpleaños adecuado?", pregunta el científico, quien considera que habría que reconsiderar lo que entendemos por envejecimiento de la mente para evitar lo que llama "suposiciones erradas".
Otros estudios han sugerido que la memoria de las personas mayores puede estar subestimada.
Recientemente, investigadores -también de Alemania- concluyeron que la memoria de las personas de edad avanzada puede ser más consistente que la de los jóvenes.

Fuente: BBC

lunes, 20 de enero de 2014

Ejercicio físico retrasa envejecimiento en personas mayores


Investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto CSIC-Junta de Andalucía, Universidad Pablo de Olavide) en Sevilla (España) han demostrado los beneficios del ejercicio físico como “terapia” anti envejecimiento en personas mayores. En concreto, el equipo investigador se ha centrado en determinar la relación entre la actividad física y ciertos parámetros sanguíneos relacionados con la capacidad antioxidante durante este proceso. Estos indicadores en sangre, como es el Coenzima Q10 (CoQ10), son las fábricas de energía del organismo humano y los principales responsables a la hora de prevenir la oxidación de las moléculas biológicas (estrés oxidativo celular) y, con ello, el paso del tiempo.

En el artículo ‘Physical activity affects plasma coenzyme Q10 levels differently in young and old humans’, publicado este mismo año 2014 en la revista Biogerontology, el equipo de expertos presenta cómo, en poblaciones mayores, el ejercicio físico de moderada intensidad puede retardar el proceso de envejecimiento, disminuyendo hasta un 15% el estrés oxidativo en sangre. “Es la primera vez que se muestra en humanos el efecto beneficioso del ejercicio físico en los niveles de Coenzima Q10, utilizándose éste como terapia frente al descenso de la actividad antioxidante asociada con el envejecimiento y en la prevención de las complicaciones cardiovasculares o crónicas que lo acompañan”, explica el investigador Jesús del Pozo-Cruz a la Fundación Descubre.

El estudio, que incluyó a 70 participantes de forma voluntaria, se realizó en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo con el objetivo de estudiar dos grupos diferentes de población en base a su edad y actividad física. “Los voluntarios fueron agrupados según su edad (jóvenes entre 20 y 30 años y mayores entre 60 y 70) y caracterizados en cuanto a sus hábitos de vida (nutrición, dinamismo social y actividad física), morfología y capacidades funcionales mediante la cumplimentación de cuestionarios y realización de test específicos”, explica del Pozo-Cruz. Y añade: “Finalizada esta sesión inicial, procedimos a la extracción sanguínea y a su posterior evaluación en el laboratorio, estableciendo los resultados y las conclusiones”.

[Img #17775]
Mayores haciendo ejercicio físico. (Foto: Fundación Descubre)


El presente estudio abre la posibilidad de desarrollar terapias de envejecimiento saludable y disminuir, de esta forma, la dependencia de asistencia sanitaria a edades avanzadas. “El conocimiento específico de cuáles son los parámetros biológicos más afectados por el envejecimiento junto a su relación con los hábitos sociales, nutricionales y actitudinales del individuo nos otorga una valiosa información a la hora de diseñar terapias preventivas basadas en el ejercicio físico y capaces de aminorar el efecto del paso del tiempo”, sostiene del Pozo-Cruz.

El investigador principal del proyecto, el Doctor Guillermo López-Lluch, investigador del CABD y profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, indica la importancia de este estudio al demostrar que los niveles del coenzima Q10 en sangre pueden ser regulados mediante hábitos de vida activos “de manera que un estilo de vida sedentario está afectando de una manera muy negativa a la capacidad antioxidante natural en la sangre provocando una mayor oxidación del colesterol. La adquisición de hábitos de vida más activos influirá positivamente en los mecanismos propios del organismo para prevenir el daño oxidativo en el colesterol y, por tanto, en la prevención de la aparición o progreso de enfermedades cardiovasculares”.

De hecho, el presente estudio ha permitido al equipo de trabajo abrir nuevas líneas de investigación con el objetivo de promover nuevas políticas en materia de deporte y salud destinadas, principalmente, a la población de personas mayores. ”El siguiente paso en nuestra investigación es realizar una intervención durante al menos nueve meses con el objetivo de determinar la verdadera edad biológica de los individuos y su estado de salud general, obteniendo información útil para desarrollar terapias preventivas que disminuyan la progresión de las enfermedades asociadas con la edad”, apostilla Del Pozo-Cruz.

Estos resultados son fruto del proyecto Estudio de la relación de la actividad física y el envejecimiento con parámetros bioquímicos y antioxidantes en sangre, realizado en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, centro mixto del CSIC, Universidad Pablo de Olavide y Junta de Andalucía, y financiado por el Centro Andaluz de Medicina del Deporte de la Junta de Andalucía y que formó parte de la tesis doctoral del investigador Jesús del Pozo-Cruz y sus directores, el doctor Guillermo López Lluch y la doctora Elisabet Rodriguez Bies.

Fuente: Fundación Descubre

sábado, 11 de enero de 2014

Aprender a comer de forma sana, la mejor dieta



Lejos de beneficiar, las dietas llamadas “milagro” perjudican la salud de personas desesperadas por deshacerse del sobrepeso. Incluso, si alguno de estos regímenes alimenticios se mantiene durante un lapso prolongado, los problemas pueden ser mayores, pues no es raro que se presente envejecimiento prematuro, anemia, desajustes hormonales, mal funcionamiento de los riñones, trastornos de la alimentación y alteraciones estomacales.

Los riesgos no son pocos, sobre todo si se siguen regímenes alimenticios que limitan el consumo de algunos alimentos que descompensarán una buena nutrición, y es aún más marcado en quien padece diabetes.

Ahora bien, es sabido que generalmente los niveles de glucosa en sangre aumentan tras comer, y eso a su vez desencadena la producción de insulina, que ayuda a las células a tomar la glucosa y convertirla en energía. Sin embargo, cuando no hay alimento, los niveles de insulina y de glucosa aumentan mucho más. Así que dejar de comer es una decisión aún peor en quienes viven con diabetes.

Pese a ello, hay mujeres y hombres que considera que vale la pena poner en riesgo la salud con tal de perder unos kilos de más, y están en disposición de hacer cualquier cosa con tal de lograr una figura escultural.

Al respecto, el endocrinólogo Armando Dávalos Ibáñez acota que la única manera de bajar de peso con resultados duraderos es aprendiendo a comer en forma sana, lo cual se puede lograr con la asesoría de un especialista médico.

El experto en tratamientos de control de peso señala que hay famosas dietas que son muy restrictivas y desequilibradas, pues se trata de ciertos regímenes que se enfocan al consumo de un alimento único por algunos días (arroz, toronja o papaya, entre muchos otros) o no permiten combinaciones de nutrientes (por ejemplo, grasas, carbohidratos y proteínas).


[Img #17656]
(Foto: DICYT)

 
 
Consecuencias de lo anterior son desajustes digestivos, desnutrición y deshidratación, con manifestaciones como cansancio, dolor de cabeza, insomnio, cabello quebradizo, uñas débiles, piel apagada y nerviosismo, entre otras.

“Al someterse a regímenes tan restrictivos no sólo se pierde grasa, sino masa muscular y agua, lo que reduce la capacidad del organismo para quemar calorías. De hecho, está comprobado que los músculos bien desarrollados queman más calorías y, tras seguir dieta rigurosa, reducen su tamaño y con ello se dificulta el consumo de energía.

“Si dichas dietas realmente funcionaran veríamos menos gente obesa caminando por la calle. Ninguno de los regímenes alimenticios ‘milagrosos’ que se difunden por los diferentes medios informativos es efectivo, ya que sólo generan pérdida de peso que en poco tiempo se recupera”, advierte el endocrinólogo.

Al volver a la alimentación normal, los kilos se recuperan y pueden ganarse más. La explicación del llamado “efecto rebote” es que al estar a dieta lo primero que se pierde son líquidos; entonces, al terminar el régimen los tejidos tenderán a rehidratarse; además, el metabolismo (velocidad con la que el organismo transforma los alimentos en energía) llega a reducirse tanto que cualquier comida engorda y no hay forma de adelgazar.

Lo que sucede en muchos casos es que la persona incurre en el efecto “yo-yo”, es decir, como esa dieta milagrosa no funcionó buscan otra, la inician y al poco tiempo la abandonan, y así sucesivamente.

Es claro que la clave para lograr el objetivo de bajar de peso no está en dejar de comer, sino en saberlo hacer para no padecer trastornos de nutrición, hambre ni mal humor. La intención está en educarse a sí mismo para aprender a seguir una alimentación balanceada, que se adecue al estilo de vida y gustos gastronómicos propios.

“El régimen alimenticio ‘perfecto’ es extremadamente sencillo —refiere el doctor Dávalos Ibáñez—; sólo debe incluir 50 por ciento de carbohidratos (harina, arroz y legumbres), 30 por ciento de grasas (aceites, soya, aceitunas y germen de maíz) y 20 por ciento de proteínas (lácteos, carnes y huevo), los cuales deben ingerirse en cinco comidas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena”.

Para tener mejores efectos, hay que practicar algún ejercicio físico, ya que es la mejor forma de perder grasa. Nutriólogos y endocrinólogos piden hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio tres veces a la semana, sin que ello signifique ir al gimnasio o a la alberca, sino simplemente caminar o bailar. Cabe destacar que los mejores resultados se verán si se distribuyen los tiempos como se ha indicado, y no haciendo 90 minutos de ejercicio una vez a la semana.

Asimismo, los especialistas recomiendan que para quemar mayor cantidad de calorías lo mejor es ejercitarse en las mañanas, ya que así el cuerpo mantendrá el proceso a lo largo del día, cosa que no sucede en las noches.

Por otra parte, si se combinan ejercicios de resistencia muscular (por ejemplo, al hacer pesas de bajo peso) con actividades aeróbicas (las que requieren gran circulación de aire en los pulmones, como trotar o nadar) habrá mayor firmeza muscular y baja de peso.

La mayoría de las personas que pierden peso y lo mantienen no han seguido una dieta específica, sino que han aprendido a comer. Son conscientes de que su peso se mantiene en el punto que ellos quieren porque toman los alimentos que se adaptan a su estilo de vida y al gasto de energía que realizan.
 
Fuente: noticias de la ciencia.

miércoles, 8 de enero de 2014

Los 100 Mitos de la Alimentación



               
Los mitos son persistentes porque cuentan con la fuerza de la tradición y se alimentan de la nostalgia por las voces, los olores y los sabores de la infancia.

Tampoco son del todo falsos

Están elaborados con partes iguales de fantasía, creencias y saberes. Pero, aunque parezcan inofensivos, pueden ser peligrosos en materia de alimentación porque se vinculan directamente con la salud. Le cabe a la ciencia la responsabilidad de ir revisando estas creencias para ponerlas en su lugar, porque ya desde la antigua civilización china se equipara alimentación con remedios: "La salud y la enfermedad -decían- entran por la boca". Hoy se sabe que sin sopa hubiésemos crecido igual de sanos, que es importante en toda dieta el plato de fideos y que un vaso de jugo de pomelo puede engordar más que comer una banana. Pero también se sabe que toda dieta saludable dependerá de cada persona, de si es hombre o mujer, y del momento de la vida en que se encuentre. Aquí, se revisa un centenar de mitos a la luz de los más recientes descubrimientos de la ciencia.

1.- El apio y las nueces son afrodisíacos. No está comprobado. Numerosas culturas de la antigüedad creyeron ver la causa del deseo sexual en las propiedades de ciertas plantas, frutas secas y raíces que tenían formas similares a los genitales masculinos. De todos modos, hoy se sabe que las frutas secas contienen vitamina E -denominada vitamina de la fecundidad- que a pesar de no ser afrodisíaca actúa como estimulante del sistema reproductor: su falta puede producir esterilidad y problemas para llevar adelante la gestación, tal como se comprobó en animales de laboratorio.

2.- Un jugo de pomelo en ayunas quema las grasas. No, pero ayuda a eliminarlas. Cualquier fruta cítrica que tenga fibras (kiwi, frutilla, limón, pomelo o naranja) ayuda a que la vesícula funcione mejor, y elimine las grasas a través del intestino.

3.- Las frituras producen acné. No está comprobado, aunque algunos dermatólogos asocian la aparición del acné con el consumo de frituras, chocolates y fiambres, todos estos alimentos con alto contenido de grasas.

4.- El jamón crudo es más nutritivo que el cocido. En parte sí, porque el jamón crudo es exclusivamente carne de cerdo tratada con sal. Al jamón cocido se le agregan aditivos, como harina que al hervirlo, absorben más agua aumentando el peso del producto.

5.- La manzana limpia los dientes. La manzana no puede reemplazar la pasta dental, pero al contener poco azúcar no favorece la formación de los microorganismos que provocan las caries.

6.- El aceite es más saludable que la manteca. Sí, porque al ser de origen vegetal los aceites no tienen colesterol. La grasa de la manteca, en cambio, es de origen animal y por tanto tiene colesterol.

7.- Las aceitunas están prohibidas en las dietas para bajar de peso. No. Contrariamente a lo que se piensa las aceitunas pueden usarse como equivalentes. Por ejemplo: en lugar de usar en la ensalada una cucharada de postre de aceite (que equivalen a10 g y100 calorías) pueden comerse 18 aceitunas. Incluso para quienes quieren limitar el consumo de sal, ya hay aceitunas bajas en sodio.

8.- El helado es digestivo. Desde tiempos remotos se sabe que los cítricos, y en especial el limón, son colesistokinéticos (es decir, que ayudan a una mejor función vesicular). Así, un helado de limón después de las comidas ayuda a que la vesícula trabaje mejor. Pero los otros helados no aportan ningún beneficio digestivo y, en algunos casos, incluso, pueden perturbarlo.

9.- Los productos light no engordan. No necesariamente. Light o diet significa que el producto está reducido en alguno de sus componentes: grasas, azúcares o sales, lo cual no siempre indica que aporten menos calorías. De cualquier forma, por más ligth que sea el producto, si se consume en abundancia engorda.

10.- Comer zanahorias mejora la visión. Si. La zanahoria, junto con las verduras de hoja, el zapallo y el durazno son ricos en vitamina A. Y hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce menor visión en la penumbra (nictalopía).

11.- El zapallo engorda las piernas. Ningún alimento puede actuar específicamente sobre alguna zona del cuerpo.

12.- No es bueno cenar lechón. Tanto el lechón como otros tipos de carnes o frituras producen una digestión lenta (de 3 a 4 horas), que perturba el descanso y provoca cansancio y embotamiento por las mañanas. Lo mejor es comer frugalmente por las noches. De allí el refrán: "Desayunar como reyes, almorzar como príncipes y cenar como mendigos".

13.- Después de un atracón, un día de ayuno. No. Es mejor hacer por lo menos cuatro comidas, pero más livianas. El cuerpo recibirá así dosis equilibradas de hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales y vitaminas, y se encontrará en mejores condiciones metabólicas para quemar el tejido adiposo. Esta es también la mejor forma de no sentir hambre y evitar las tentaciones.

14.- La remolacha engorda porque tiene mucho azúcar. No. El mito se basa en equipararla con la "remolacha azucarera", que no es la comestible. Pero la remolacha común sólo tiene 10 gramos de azúcar por cada100 gramos, igual que la calabaza, la zanahoria y el zapallo.

15.- Una manzana por día aleja al médico. Sí, porque disminuye los niveles de colesterol sanguíneo y aporta potasio, vitaminas C y E. También, aumenta las defensas del organismo.

16.- Para broncearse hay que comer zanahorias. En parte sí, porque tiene betacarotenos (un pigmento que hay en las verduras de color amarillo, rojo o anaranjado y en los vegetales de hoja verde), que favorece el tostado más amarronado.

17.- No hay que cocinar con vino. No es así. La cocción con vino tiene sus ventajas: permite utilizar una menor cantidad de sal porque resalta el sabor original de las comidas sin alterar su contenido calórico. Además, la graduación alcohólica desaparece con la cocción. Y muchas veces tierniza el alimento cocinado.

18.- La lechuga previene el cáncer. Sí. Las diferentes clases de lechuga y verduras de hojas verdes contribuyen a disminuir el riesgo de cáncer, en especial el de estómago. También puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el infarto y las cataratas por su contenido en vitaminas C, E y carotenos, especialmente alto en las hojas más externas.

19.- La espinaca da fuerza. Si, pero no tanto como se cree. Utilizada en Occidente desde hace 500 años, su consumo se popularizó a partir de la década del 50 porque una mala trascripción de un informe científico le adjudicó diez veces más hierro del que en realidad contiene (23 mg cada 100 g) y Popeye hizo el resto. Sin embargo, pocos saben que supera a la zanahoria en betacaroteno, y que 3/4 de taza de espinacas cocidas proveen el 100% de nuestros requerimientos de vitamina B6, 50% de la vitamina C, 25% de ácido fólico y un sorprendente 300% de vitamina K. También provee hierro y potasio, es 100% dietética, libre de grasa, y sólo aporta 23 calorías por taza.

20.- Hay que tomar por lo menos 2 litros de agua por día. Si, es fundamental. Cuando aumenta la proporción de agua en el organismo mejora el funcionamiento de los riñones y se incrementa la capacidad de desintoxicación y de defensa.

21.- La lenteja es la carne de los pobres. Sí, es tan nutritiva como la carne, pero sólo cuando se la combina con arroz, cebada o trigo. De esta forma, todas las legumbres (lentejas, garbanzos, porotos) son una buena fuente proteica y energética.

22.- El potasio es bueno para los hipertensos. Así es, porque regula los niveles de líquido en el organismo y ayuda a eliminar el exceso de sodio, evitando que suba la presión arterial. El potasio está en las frutas secas, damascos, bananas y vegetales de hoja, preferentemente crudos, y en la papa cocinada con su cáscara.

23.- La papa no tiene valor nutritivo. No es verdad. La papa es riquísima en potasio, almidón y vitamina C.

24.- Un jugo de naranjas por día evita los resfríos. No los evita, pero aumenta las defensas por las propiedades antiinfecciosas que posee la vitamina C.

25.- Es bueno consumir yogur cuando se toma antibióticos. Sí. Los antibióticos destruyen la flora intestinal y los lactobacilos del yogur la reconstituyen. También son buenas las leches fermentadas o las probióticas.

26.- La pimienta es mejor que la sal. Si bien no aumenta la presión arterial, por su alta propiedad irritante no es recomendable en personas con problemas gástricos, hemorroidales o cuando se tienen divertículos en los intestinos.

27.- La sal engorda. La sal no engorda, porque, al igual que las vitaminas y los minerales, no aporta calorías. Pero sí favorece la retención de líquidos.

28.- La fruta engorda más si se come como postre. No. Como cualquier otro alimento, la fruta engorda sólo si se come en exceso. Por tanto, puede ingerirse en cualquier momento del día. Es más, hoy sabemos que la vitamina C que contiene la fruta permite, al ser comida como postre, una mayor absorción del hierro que provee un plato de carne.

29.- Las galletitas de agua aportan menos calorías que el pan blanco. No, las galletitas tienen grasa, por lo tanto, a igual cantidad, el valor calórico es mucho mayor. El pan blanco tiene 280 calorías en 100 gramos, contra 420 en la misma cantidad de galletitas.

30.- La mozarella engorda más que el queso por salut. Depende de qué mozarella y de qué por salut. El queso por salut común tiene 300 calorías cada 100 gramos, contra 250 calorías de la mozarella común. Pero el por salut dietético (sólo existen dos marcas en elpaís) tiene sólo 200 calorías por cada 100 gramos.


31.- El té y el mate son digestivos. No está demostrado. Hay, sí, tés de hierbas (tisanas) que colaboran en la digestión.

32.- La margarina engorda menos que la manteca. No. La margarina y la manteca tienen prácticamente las mismas calorías. Cuando se trate de margarinas untables o ligth tienen menos calorías.

33.- Las tostadas engordan menos que el pan fresco. No. Una rebanada de pan de 50 calorías va a seguir teniendo 50 calorías aunque se tueste. La diferencia es que va a pesar menos por la evaporación de agua. El tostado tiene además la ventaja de hacer más digestivo el almidón del pan.

34.- La compota de ciruelas es laxante. Sí. Las ciruelas, ya sean en compota, frescas o desecadas, tienen una sustancia que contribuye a la contracción del músculo intestinal y por lo tanto alivian la constipación.

35.- El té de tilo es sedante. Sí, al igual que la hierba llamada passiflora o valeriana, produce un efecto relajante, aplaca y disminuye la angustia.

36.- Cuando se tiene un ataque de hígado, nada mejor que un té con limón. Sí, pero es aún mejor cuando es un té de limón (trozos de limón cortados y hervidos en agua) porque producen un mejor funcionamiento vesicular.

37.- El mate ayuda a mantenerse joven. No está demostrado, pero se cree que éste sería un efecto secundario y a que la yerba contiene vitamina C, B1 y B2. Además aporta hierro y magnesio, y es estimulante, disminuyendo el cansancio.

38.- Tomar vitamina C de noche puede provocar insomnio. Falso. La vitamina C es antioxidante, favorece la cicatrización de heridas y es útil en el tratamiento de infecciones respiratorias. No presenta ningún efecto secundario vinculado con el insomnio.

39.- Las gaseosas lima-limón ayudan a combatir la fiebre. No es exacto. Los médicos acostumbran recetarlas para compensar la deshidratación en lugar de bebidas colas que, por su alto contenido en cafeínas, pueden poner más ansioso al paciente.

40.- Una copa de vino diaria disminuye el riesgo de un infarto. Es posible, en tanto el vino tiene un pigmento (las antocianinas) que eleva el colesterol bueno. Pero hay que tener presente que el máximo de vino recomendable son dos copas diarias (28 gramos de etanol) para los hombres, y una copa al día 14 gramos) para las mujeres. Pasado ese límite, el exceso de alcohol es dañino para el hígado.

41.- La cerveza produce hinchazón pero no engorda. No. La cerveza hincha y engorda, porque fermenta y tiene tenor alcohólico (5g cada 100 cc) e hidratos de carbono por la malta.

42.- La gelatina no engorda. Depende. Si es diet prácticamente no tiene calorías, pero si es una gelatina común, saborizada, posee 60 calorías por pote.

43.- El azúcar negro engorda menos que el blanco. No hay diferencias significativas. El azúcar negro (no refinado) tiene apenas un poco menos de calorías que el blanco (hidratos de carbono puros), pero aporta algo más de vitaminas y minerales.

44.- El consumo de sacarina produce cáncer. No. Todos los endulzantes autorizados que se venden son seguros para el ser humano en las dosis recomendadas por el Código Alimentario Nacional. Para que las ratitas de los experimentos pudieran desarrollar el cáncer de vejiga que se le atribuye, ingirieron el equivalente a una palangana diaria de edulcorante artificial, cantidad exorbitante para el consumo humano.

45.- Después de comer sandia no se debe tomar vino. No es cierto. Su mezcla no tiene efectos adversos.

46.- El líquido debe tomarse lejos de las comidas. Eso depende de las personas. Si se trata de un niño inapetente es mejor no ocupar su volumen gástrico con bebidas o si se trata de una persona mayor (que cuenta con menor cantidad de jugos digestivos) no hay que darle sopa o caldo antes de la comida porque va a diluirle los jugos gástricos y dificultaría su digestión. Pero en adultos sin patologías, la ingesta simultánea de sólidos y líquidos favorece la digestión y la acción de las fibras.

47.- Las frutas y verduras ayudan a reducir el colesterol. Todo lo que tenga fibras va a ayudar a bajar el colesterol: panes integrales, legumbres, cereales integrales, choclo, y frutas y verduras en general.

48.- Los turrones y las frutas secas engordan. Es relativo; más que engordar aportan calorías. Pueden incluirse en la dieta en reemplazo de productos con calorías equivalentes: una cucharita de aceite menos en la ensalada se puede cambiar por cuatro nueces.

49.- La cerveza sin alcohol no engorda. Sí engorda, aunque tiene menos calorías que la cerveza común. Además, aunque diga "sin alcohol" tiene graduación alcohólica (0,07%), y las calorías de la malta.

50.- La levadura de cerveza hace crecer el pelo. No es cierto. Hasta ahora no se pudo demostrar que algún alimento haga crecer el pelo. Sí se comprobó, en cambio, que las personas desnutridas pierden el color y la textura de su cabello.

51.- El chocolate dietético no engorda. Falso. Tiene más calorías. Porque aunque tiene menos azúcar es más rico en grasas.

52.- Los hipertensos pueden reemplazar la sal de mesa por la sal de ajo. Siempre y cuando tenga en el envase la palabra "dietética" cualquiera es buena (apio, ajo). Se puede usar también -previa consulta con el médico- la sal sin sodio.

53.- La cebolla contribuye a la longevidad. Es un mito. Lo que está comprobado es que tiene propiedades para mejorar los niveles de colesterol sanguíneo. Además es rica en selenio, un mineral que se encuentra en pocos alimentos y es antioxidante.

54.- El consumo de ajo crudo mejora la circulación. El ajo tiene una sustancia que interfiere en la síntesis de colesterol, por lo tanto el consumo diario de ajo picado contribuye a mejorar la circulación sanguínea. El ajo comercializado en cápsulas no parece ser tan efectivo como lo es el alimento natural.

55.- Hay que comer una fruta cada mañana. Las frutas pueden comerse en el momento del día que se desee. De una a dos unidas diarias, tienen efecto anticancerígeno, previenen enfermedades y mejoran los niveles de colesterol sanguíneo.

56.- La miel engorda menos que el azúcar. La miel tiene un poder endulzante mucho mayor, pero cada 100 gramos aporta 300 calorías, contra 400 de igual cantidad de azúcar.

57.- La dieta de los argentinos es completa. En la Argentina todavía no se enseña educación alimentaria en la escuela primaria. La mayoría desconoce los cinco grupos básicos de alimentos (almidones; verduras-frutas; proteínas-carne; quesos-lácteos, y el grupo de sustancias grasas) y eso hace que la gente se olvide cada día de ingerir comidas de uno o varios grupos. Esta falta puede producir enfermedades por carencia. Y esto no sólo depende de los recursos económicos porque hay gente más desfavorecida que se alimenta mejor que otras de mayor poder adquisitivo.

58.- La banana engorda. Es relativo: una banana chica (de100 gramos) tiene las mismas calorías que una manzana de 150 gramos.

59.- La papa engorda. Es relativo. Es un vegetal rico en almidón, al igual que la batata y el choclo. En la pirámide nutricional está dentro del grupo de almidones junto con las pastas, el arroz, las legumbres y el pan. Una papa chica (100 gramos) aporta100 calorías, lo mismo que dos tazas de zanahorias crudas.

60.- El café quita el sueño. Sí, porque tiene cafeína, una sustancia alcaloide que es estimulante. Una buena solución para evitarlas noches de insomnio es el café descafeinado que sólo aporta 3 mg de cafeína por taza contra entre 75 y150 mg por taza de un café común.

61.- La calabaza es dietética. Es un mito que se desarma rápidamente al pensar que el puré de calabaza es el primer alimento que se le da al bebé para aumentar de peso. Hay que tener en cuenta que 300 gramos de calabaza (tres pelotitas de tenis) tienen las mismas calorías que media caja de ravioles de verdura.

62.- La coliflor y el brócoli pueden ocasionar problemas intestinales. Sí, porque tienen un alto contenido en azufre y un alto grado de fermentación. Lo ideal sería incorporarlos diariamente aunque sea en pequeñas cantidades porque son potencialmente anticancerígenas.

63.- El mejor vinagre es el de manzana. Todo depende del paladar de las personas. Aunque, en la Antigua Grecia, Hipócrates lo recomendaba diluido en agua contra la artritis, el asma y ciertos trastornos digestivos.

64.- Hay que comprar los aceites sin colesterol. Ningún aceite de origen vegetal tiene colesterol.

65.- La malta produce más leche en las mujeres que amamantan. Así lo creían nuestras abuelas, pero sin embargo no está comprobado.
 
66.- Es bueno hacer dieta durante el embarazo. El embarazo no es el momento ideal para bajar de peso. Si bien dependerá de cada caso en particular, se recomienda aumentar durante la gestación entre 9 y12 kilos.

67.- Si el bebé llora puede dársele un chupete mojado en azúcar o miel. De ninguna manera. Nunca hay que tratar de calmar al bebé a través de la oralidad azucarada, sino poniéndole el chupete común y corriente. La mejor forma de generar los obesos del mañana es: "Vos llorás, yo te doy de comer", "te portás mal, no te doy el postre; te portás bien, te compro la golosina".

68.- La alimentación de la madre durante la lactancia no altera la leche que le da al bebé. No es cierto. Hay muchas sustancias que pasan por la leche al bebé que puede tener retorcijones porque la mamá comió repollo, repollitos, brócoli, ajo, cebolla cruda. Los espárragos pueden producir un sabor amargo en la leche que disguste al bebé; el café y las gaseosas pueden producirle una gran excitación.

69.- La mujer puede tomar alcohol durante el embarazo. No se debe tomar alcohol porque, según confirmaron numerosos trabajos científicos de primer nivel, puede producir en el niño un defecto en la capacidad intelectual.

70.- Después de comer hay que esperar dos horas antes de meterse al agua. Depende de lo que se haya comido. Si se comió un sándwich o una fruta no va a suceder nada, pero si fue un suculento asado con ensalada y postre, el proceso digestivo se verá alterado. Puede ocasionar desde una simple indigestión hasta un trastorno mayor con pérdida de conocimiento.

71.- Hay gente que toma agua y engorda. Absolutamente falso. El agua tiene cero calorías.

72.- Las quemaduras de sol se alivien aplicando rodajas de tomate o pepino. Es un recurso casero, pero tiene una base científica. Por su alto contenido en vitamina C y en nutrientes como sodio y potasio, contribuyen a frenar la irritación generada por el sol.

73.- La acelga es laxante. Es una verdura de hoja que tiene un alto contenido de celulosa sobre todo en su tallo, por eso facilita la evacuación intestinal. Su efecto varia de una a otra persona.

74.- El queso constipa. No. El queso no tiene ninguna sustancia constipante. Se recomienda su consumo en caso de diarreas porque no tiene fibras que faciliten la evacuación, como la carne o las verduras.

75.- EI vino fino es menos perjudicial que el común. En cuanto a graduación alcohólica son iguales, pero el vino fino es producido respetando el proceso natural de fermentación de la uva, mientras que el vino común tiene una mayor cantidad de productos sintéticos.

76.- El vino tinto es mejor que el blanco. En teoría, el vino tinto tendría mayor cantidad de revesterol, una sustancia que potencia nuestro colesterol bueno. Pero en algunos países ya se están investigando las bondades del vino blanco.

77.- La semilla del tomate hace mal. Cuando existen problemas intestinales como colon irritable o divertículos (hernias chiquitas en los intestinos) es preferible no ingerir semillas (de tomate, kiwi o frutillas) porque producen molestias. Pero para aquellos que están constipados, la semilla del tomate aporta más fibras y facilita la evacuación.

78.- Cuando baja la presión arterial es lo mismo comer dulce que salado. No. En la hipotensión sólo la sal ayuda a aumentar la presión sanguínea.

79.- Hay que comer las frutas con cáscara. En lo posible sí, para tener una mayor cantidad de fibras y para evitar la pérdida de vitaminas. Pero para poder comerlas con cáscara es importante dejarlas remojar cambiándoles el agua varias veces para limpiar los insecticidas y plaguicidas.

80.- Las salchichas y las hamburguesas no tienen valor nutritivo. Falso. Cuando se trata de productos de "firmas serias" (aquéllas donde se puede leer el logo de la empresa, los números de registro y de permiso), se hacen realmente con carne y tienen valor nutritivo.

81.- Para mantener el peso, adiós al pan, las papas y las pastas. No es cierto. Hay que incluirlos diariamente en una de las dos comidas principales. Pertenecientes al grupo de los almidones, constituyen la extensa base de la pirámide de la alimentación saludable. Por el contrario, hay que tener cuidado con las sustancias grasas (aceites, margarinas, mayonesas, cremas) que, en el polo opuesto, son la estrecha punta de la pirámide.

82.- La vitamina B engorda. El complejo B mejora el estado general y, en cierta medida, puede abrir el apetito, pero ni las vitaminas ni los minerales engordan.

83.- Cuando hay problemas hepáticos es bueno comer dulces. Se trata de una vieja teoría. Hay que saber efectivamente si el malestar se debe al hígado o a la vesícula pero, en cualquiera de los dos casos, más que comer dulces hay que evitar las grasas.

84.- El deportista tiene que comer muchas pastas. Exacto. El músculo no se forma porque se coma más carne o más huevos sino a través del ejercicio y la presencia del glucógeno, que es la forma en la cual nuestro cuerpo almacena los hidratos de carbono. Entonces a mayor cantidad de pan, pastas o papas va a haber mayor disponibilidad de glucógeno y por tanto, mejores músculos.

85.- El café es más dañino que el té y el mate. Todo depende de la concentración que tomemos. Un café pequeñito y concentrado tendrá una cantidad de cafeína muy grande (similar al que aporta el té o el mate muy cargados). Pero un café normal no tiene por qué ser más dañino que el té o el mate.

86.- El azúcar cicatriza las heridas. Si. Aplicado sobre las heridas tiene un efecto cicatrizante y antibacteriano.

87.- El pan de salvado engorda menos que el blanco. Todos los panes integrales (salvado, centeno, integral) tienen mayor cantidad de fibras y sólo un poco menos de calorías que los panes blancos (240 contra 250 calorías cada 100 gramos). La diferencia está en que la digestión de las fibras produce un mayor gasto de calorías.

88.- La uva engorda. Tiene el mismo valor calórico que la banana o el higo. Cien gramos de uva (alrededor de 12 granos de uva que hay que consumir con la piel) tienen las mismas calorías que una manzana de 150 gramos.

89.- El yogur nos hace vivir más tiempo. Eso decía el Premio Nobel de Medicina Ilya Metchnikov, aunque algunos siguen sin aceptarlo. Las leches fermentadas mejoran la flora intestinal y previenen algunas enfermedades. Se sabe que ellas protegen del cáncer de intestinos y de algunas bacterias. El yogur es el alimento primordial en la dieta de Georgia, una ex república soviética que ostenta el récord mundial de longevidad.

90.- Las verduras son más sanas que la carne. No. Cada cosa tiene su lugar. Necesitamos consumir hierro en buena proporción y la carne permite incorporarlo en mucho mayor medida que los vegetales.

91.- Los adultos no necesitan tomar leche. No es verdad. Tanto como los niños, los adultos necesitan una fuente diaria de calcio, sobre todo las mujeres a partir de la menopausia por el riesgo de la osteoporosis.

92.- El puchero es una de las comidas más completas. Sí. Un buen puchero con caldo y todos sus componentes (zapallo, zanahoria, verduras de hoja, coliflor, carne o pollo) es un plato excelente, siempre que no se recaliente porque pierde sus minerales y vitaminas.

93.- La palta engorda. La palta siempre ha tenido mala prensa. Pero 100 gramos de palta tiene 150 calorías, lo mismo que una papa o una batata chicas. Entonces, dependerá de la cantidad de palta que se coma. Si se le agrega salsa golf o mayonesa, obviamente va a dar un valor calórico muy alto.

94.- El acohol fija las grasas. No, pero aporta calorías. Una medida de whisky provee 140 calorías y una copa de vino, 100 calorías.

95.- Los que comen carne son más nerviosos. No es cierto. Pero el consumo de carne provee el hierro necesario para producir glóbulos rojos, y la falta de éstos provocan la anemia y el consecuente desgano.

96.- Los vegetarianos tienen mejor salud que quienes consumen carne. No necesariamente. Ser vegetariano es una situación más laboriosa porque para mantener la salud hay que combinar muy bien todos los alimentos. Hay que obtener las sustancias presentes en los productos de origen animal para poder así evitar las anemias y otras enfermedades por carencia.

97.- La jalea de membrillo tiene una acción antidiarreica. Sí, el membrillo en todas sus formas tiene una acción astringente y por tanto, antidiarreica.

98.- No hay que tomar bebidas frías cuando se está acalorado. Así es. Cuando el cuerpo tiene temperatura alta una bebida fría puede producir un espasmo gástrico. Si sólo se tiene a mano bebidas heladas, conviene tomarlas despacio y de a pequeños sorbos.

99.- La zanahoria cruda es eficaz en el tratamiento de la constipación. Es cierto. La zanahoria, que por su alto contenido en betacaroteno protege del cáncer, especialmente el de pulmón, es un vegetal versátil: consumido crudo mejora la constipación, pero cocido, es eficaz en el tratamiento de la diarrea.

100.- La carne de vaca puede reemplazarse con carne de pollo. No exactamente. La mejor distribución de carnes en la semana es: 1 o 2 veces pollo, dos veces pescado y tres veces carnes roja. La carne de vaca aporta el doble de hierro que la de pollo.

Fuente: alimentacion-sana.org