domingo, 1 de mayo de 2011

LA OBESIDAD ES MENTAL

Científicos estadounidenses descubrieron que una sustancia cerebral que tiene una importante función en la memoria, también parece estar involucrada en la regulación del consumo de alimentos y la tendencia a la obesidad
En un informe que publica hoy la revista New England Journal of Medicine, los científicos del Instituto Nacional de la Salud Infantil y el Desarrollo Humano, sugieren que el descubrimiento podría ayudar a combatir el aumento de peso.
La sustancia es el “factor neurotrópico derivado del cerebro” (BDNF, por sus siglas en inglés) y ya se había sugerido en investigaciones con animales que podría ser importante en el control del apetito.

En la investigación realizada con niños y adultos con el trastorno genético llamado síndrome de WAGR, los científicos descubrieron que algunos de ellos carecían de un gen correspondiente al BDNF y que, en coincidencia, mostraban mucho apetito y una marcada tendencia a la obesidad.

“Esta es una nueva y prometedora pista sobre los orígenes biológicos que contribuyen a la obesidad”, dijo Duane Alexander, director del instituto.
“Es posible que, en última instancia, este descubrimiento conduzca al desarrollo de nuevos fármacos para controlar el apetito en personas que no han tenido éxito con otros tratamientos”, agregó.
El síndrome de WAGR es un trastorno que se manifiesta con una serie de síntomas y enfermedades, incluyendo tumores renales, ausencia de iris ocular, anormalidades genitales y del tracto urinario y retraso mental.


En su estudio, los científicos analizaron el cromosoma 11 de 33 pacientes con síndrome de WAGR y 19 de ellos mostraron que carecían de toda o gran parte de la copia del gen BDNF.
A los 10 años de edad, esos 19 pacientes eran obesos y tenían una fuerte tendencia a comer de forma excesiva.
Más aún, señala el estudio, los 19 tenían niveles de BDNF en la sangre que eran alrededor de 50 por ciento menores en comparación con quienes tenían copias normales de ese gen.
Según Jack Yanoski, de la División de Crecimiento y Desarrollo del Instituto y autor principal del estudio, se cree que el BDNF trabaja en conjunción con otras sustancias que regulan el apetito y el peso corporal.
La principal de esas sustancias es la leptina, una hormona involucrada en las señales del hambre.
El científico manifiesta que la secreción de BDNF en el hipotálamo, la región del cerebro que controla la alimentación, es indirectamente impulsada por la leptina.
Los investigadores señalan que el estudio de la relación entre ambas sustancias, así como de la acción del BDNF sobre los tejidos, podría conducir al desarrollo de los nuevos fármacos para tratar la obesidad en ciertas personas.
Fuente tener salud.