martes, 3 de julio de 2007

La obesidad post-deporte


Muchas personas que solían estar en perfecta forma cuando practicaban un deporte rutinariamente, al dejar de hacerlo engordan sin remedio. ¿A qué se debe esto?

Es muy común ver a rugbiers cuarentones, futbolistas retirados, o a ex campeones de pesas luciendo un abdomen impresionante. La pregunta que todos nos hacemos es cómo ese gran deportista pudo transformarse en una persona obesa.

Según entienden los especialistas en el tema este fenómeno es muy común, y se verifica no sólo en los deportistas profesionales, sino también en los amateurs que en algún tiempo practicaron una actividad física de forma semi profesional, entrenando tres veces por semana, y hoy están retirados. Quizá jueguen paddle o fútbol en cancha reducida una o dos veces por semana, lo cual no impide que las adiposidades sigan engrosando sus cuerpos.

Lo que motiva este fenómeno son básicamente dos motivos: la mala alimentación y el sedentarismo.

Los ex deportistas siguen consumiendo las mismas comidas que ingerían durante sus épocas de competencia, pero al estar inactivos, el gasto de energías es mucho menor que en sus épocas de entrenamiento.

Una cuestión que agrava aun más la mala alimentación es el sedentarismo. Los deportistas retirados no sólo mantienen el mismo nivel de alimentación, sino que además suelen pasar al polo opuesto respecto de la actividad física: del entrenamiento diario pasan a un escritorio.

La explicación científica de este tipo de obesidad es que luego de períodos de inactividad disminuye el gasto energético que el individuo tiene en reposo (metabolismo basal). El segundo factor que contribuye a la eclosión de este proceso es la adopción de una dieta inadecuada con aportes calóricos sumamente excesivos respecto del gasto que el individuo realiza.

La combinación de estos dos factores resulta decisiva para que un cuerpo atlético se transforme en obeso. Es posible destacar también otra causa que mantiene delgados a los deportistas: la actividad física calma la ansiedad. Todos canalizamos nuestra tensión nerviosa en la práctica de deportes. Al dejar la práctica activa, los ex deportistas (que siguen necesitando descargar) recurren a lo que tienen más a mano, casi siempre la comida.

Cómo mantenerse en forma

Es esencial mantener un orden en las comidas. Permanecer doce horas en una oficina comiendo comida malsana, salteando el almuerzo y saciando el hambre en la cena son métodos que colaboran para formar los vientres abultados de algunos ex deportistas.

Los expertos en comportamiento humano aseguran que existen ciertos factores psicológicos -como el estrés que se produce al abandonar la alta competencia- que hace comer compulsivamente al ex deportista. Los entendidos afirman que el hecho de no practicar actividad física hace que nuestro cuerpo disminuya la producción de las hormonas llamadas endorfinas, que actúan como un estimulante orgánico natural. Todos los deportistas, al liberar endorfinas durante la actividad física, tienen una sensación general de bienestar que suele desaparecer al alejarse de la alta competencia. Según los especialistas quizá sea éste el factor que hace que un individuo busque en la comida esa perdida sensación de bienestar y canalice así sus ansiedades.

Existe una creencia bastante extendida y es que los deportistas con grandes masas musculares -los fisicoculturistas, sobre todo- que se retiran de la actividad física tienen tendencia a desarmar su físico. De ellos se suele decir, literalmente, que se les cae todo. La respuesta de los nutricionistas es unánime: esto es un mito. Explican que, por el contrario, tener una buena masa muscular hace que la energía tenga más y mejores posibilidades de ser canalizada, ya que los músculos son quienes se encargan de consumirla. Los menos beneficiados en este sentido son los que tienen una musculatura pobre, ya que lo que se ingiere tiene menores probabilidades de ser gastado, formándose así las adiposidades.

Los músculos que han sido desarrollados ni se caen ni se transforman en grasas, aunque es posible que por una mala alimentación o por la falta de actividad exista un cúmulo de grasa que cubra el músculo, Ante el fantasma de la obesidad, lo mejor que pueden hacer los ex deportistas es mantener una alimentación equilibrada y realizar las actividades físicas necesarias, para quemar las calorías que acumulan por la ingesta. A fin de lograr este objetivo no son recomendables ni el paddle ni el fútbol de salón, ya que son ejercicios anaeróbicos y queman pocas grasas. Recurra en cambio al aerobismo, a la natación, a la bicicleta o a una buena caminata.

fuente: Dietética Puiggari