Dos estudios podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes
Olvídese de dietas, de pasar hambre o de hacer
ejercicio. La respuesta a la obesidad, una epidemia mundial que está
causando alarmantes índices de diabetes y de enfermedades
cardiovasculares, puede tener un nuevo tratamiento: la respuesta puede estar en nuestro propio sistema inmunológico.
Dos estudios independientes publicados en la revista «Cell»
revelan un importante papel de la vía inmunológica en la activación de
los dos tipos de grasa corporal buena, la llamada grasa ‘marrón’
y la ‘beige’: estos dos tipos de grasa son capaces de quemar las
calorías almacenadas y, de esta manera, reducir el peso y mejorar la
salud metabólica. Los hallazgos, subrayan los investigadores, podrían
abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes, algo muy necesario en esto momentos.
La teoría es bastante sencilla, pero sorprendente: «la
idea de que la salud metabólica se puede mejorar mediante la activación
de las células inmunes de la grasa es bastante increíble», reconoce uno
de los investigadores, Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de Harvard (EE.UU.).
Según el experto, las nuevas investigaciones podrían servir para
desarrollar una nueva clase de tratamientos para los trastornos
relacionados con la obesidad.
La idea de que la salud metabólica se puede mejorar mediante la activación de las células inmunes de la grasa es bastante increíble
No es la primera vez que se habla de la grasa
parda o marrón como una vía para tratar la obesidad. La grasa corporal,
aunque odiada, es esencial para mantener el equilibrio energético y
ayudar a regular la temperatura del cuerpo. Pero no toda la grasa es
igual. El metabolismo cuenta con dos tipos de tejido graso:
un tejido adiposo blanco que almacena calorías «extra» y el marrón, una
grasa «buena» que quema energía para mantener la temperatura adecuada.
Se sabe que los bebés humanos tienen grandes
cantidades de grasa marrón que generan calor para protegerlos del frío
extremo; recientemente se ha descubierto que los adultos retenemos
pequeñas cantidades este tipo de grasa que conforman un subtipo conocido
como grasa 'beige'. También se sabe que la exposición al frío o el
ejercicio físico pueden activar la grasa marrón o la beige, y de esta
forma quemar las calorías almacenadas y proteger así a los mamíferos de
la hipotermia, pero también frente a la obesidad y a los problemas
metabólicos. Sin embargo, a pesar de su potencial terapéutico para una
serie de situaciones, apenas había información sobre las vías
moleculares que desencadenan la formación de estos tipos de grasa
‘buenos’.
Exposición al frío
El equipo de Spiegelman y Rajesh Rao se centró en
una proteína recientemente identificada, la PGC-1alpha4. Dicha proteína
promueve el crecimiento muscular en respuesta al ejercicio. Y los
investigadores descubrieron que la proteína PGC-1alpha4 estimulaba la
secreción de una hormona –Metrnl-, que se libera en el torrente
sanguíneo y se genera en el tejido muscular después del ejercicio físico
y en el tejido adiposo después de la exposición al frío de los ratones.
Los investigadores explican que al convertir la
grasa blanca en grasa marrón o en beige, Metrnl aumentaba el gasto de
energía y mejoraba la salud metabólica en ratones diabéticos obesos.
Dicha hormona, apuntan los investigadores, podría ser adecuada para desarrollar una nueva terapia para el tratamiento de la obesidad y la diabetes:
el mecanismo de acción actúa a través de la activación de moléculas
inmunes -interleucina-4 e interleucina-13- y de las células inmunes
–macrófagos- localizadas en el tejido graso.
Sistema nervioso
El otro trabajo que también publica «Cell» aporta todavía más información sobre el papel de la respuesta inmune y la obesidad. El grupo de Ajay Chawla, de la Universidad de California-San Francisco (EE.UU.), publicó en 2011 en estudio en «Nature»
en el que se demostraba que el sistema inmunológico activaba la grasa
parda en respuesta al frío. Y ahora ha identificado el proceso molecular
que activa la grasa beige en los ratones, una información que revela
cómo el sistema inmune y el sistema nervioso colaboran para estimular la
formación grasa beige.
Pero además los investigadores encontraron que los
ratones con una alteración en este proceso de señalización del sistema
producían menos grasa beige y, por tanto, hacían un menor gasto
energético, pero no eran capaces de mantener su temperatura corporal en
ambientes fríos en comparación con los ratones normales. Por el
contrario, cuando se trató a los animales con interleucina-4 observaron
un aumentó en la formación de grasa beige, una reducción de peso
corporal y la mejora de la salud metabólica en los ratones obesos.
Este nuevo papel va en contra del dogma establecido
Este nuevo papel del sistema inmune ha causado
sorpresa entre los expertos. «Va en contra del dogma establecido»,
afirma Chawla porque siempre se ha creído que metabolismo de los
nutrientes y la energía estaba bajo el control del cerebro y el sistema
endocrino. Después de haber identificado la vía celular y molecular que
regula el desarrollo de la grasa beige, señala este experto «ahora es el
momento de investigar sobre si cualquiera de sus componentes puede
estimular el gasto calórico y servir para tratar la obesidad».
Fuente: abc salud