La neuronutrición es un tema novedoso, surgido del progresivo conocimiento con motivo de la década del cerebro. En las Américas todavía existe el problema nutricional de anemia por carencia de hierro, no hay expectativas que sea superado en el 2015 y es uno de las puntas de iceberg de la desnutrición, que de acuerdo a UNICEF causa más de una tercera parte de las muertes infantiles en menores de 5 años. El déficit de hierro afecta cerca de 2000 millones en el mundo y cerca de 77 millones en Latinoamérica y el Caribe, este es un problema grave porque cuando ocurre en los primeros dos años altera el proceso de mielinización, procesos normales de funcionalidad dependientes de neurotransmisores como GABA, dopamina, que tienen implicaciones en l esfera conductual y del aprendizaje.
La importancia del déficit de hierro en los primeros 2 años se debe a la elevada tasa de crecimiento del tejido nervioso durante este período, mayor que en cualquier otro período del desarrollo. Para evitar desnutrición neonatal se procura implementar la lactancia materna (LM) para favorecer la mejor plasticidad cerebral con el fin de coadyuvar al proceso epigenético de aprendizaje que permitirá el mejor desarrollo psicosocial del individuo.
Los niños con LM suelen tener mayores puntajes de IQ, razón adicional para promoverla en la población. Si no posible LM, debe haber suplementación con hierro en la dieta del lactante. Otros nutrientes como ácidos grasos poliinsaturados omega-3 aportado por linaza, nueces, salmón, caballa, son importantes para mantener la homeóstasis del sistema nerviosos, con el mayor contenido de lípidos del organismo. Los omega-3 ayudan a regular función del SNC, de hígado y músculo por vía de receptores IGF, que a nivel neuronal favorecen la plasticidad sináptica ligada al aprendizaje. Bajo omega-3 en dieta puede resultar en mayor riesgo de patología cardio y cerebrovascular.
Por otra parte, los alimentos funcionales (AF) aportan componentes biológicamente activos, como minerales, fibra, fitoquímicos, probióticos, entre otros. En estudios grandes, los AF mejoran memoria episódica, verbal y función ejecutiva. Una ingesta elevada de carbohidratos altera señalización normal de dopamina, produciendo conductas alimentarias anormales de buscar más carbohidratos, con mayor riesgo de obesidad y síndrome metabólico. Otras estrategias de optimizar neuronutrición incluyen tomar desayuno, rico en proteínas, beber abundante agua durante el día, esto mejora p.ej. memoria a corto plazo en escolares, evita descompensación de cuadros demenciales en ancianos.
Se han identificado otros alimentos con efectos benéficos en mejoría de facultades cognoscitivas, en reducción de amiloide, antioxidantes, incluyen arándano, azafrán, té verde, vino tinto, ginkgo biloba, tomate, grosella espinosa india, verduras, que pueden ayudar a evitar deterioro cognoscitivo como el de Enfermedad de Alzheimer. Es necesaria una conducta cauta con las bebidas energizantes, puede estimular alcoholismo en adolescentes, generar cuadros de hiperactividad en niños. Es importante conocer nuevas disciplinas como nutrigenómica y nutrigenética, para proveer el mejor consejo nutricional al público en general. La neuronutrición es uno de los pilares de conservar el cerebro, junto con ejercicio, actividad intelectual y descanso.