La fiebre tifoidea es una de las enfermedades con constancia histórica que más tiempo llevan afectando a la humanidad, pero la causa exacta de que sea tan letal ha permanecido oculta tras un telón de misterio a lo largo de los siglos. Esta situación puede que cambie a partir de ahora, ya que en un nuevo estudio se ofrece una explicación sobre cómo esta devastadora enfermedad aún consigue matar a 200.000 personas cada año, y también sugiere un camino a seguir para el desarrollo de una futura vacuna.
La causa específica de la letalidad de la enfermedad parece ser una potente toxina que posee la Salmonella typhi, la bacteria que causa la fiebre tifoidea.
El equipo del microbiólogo Jorge Galán, de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut; Estados Unidos, ha conseguido por primera vez describir la estructura de la toxina tifoidea, una toxina letal creada a partir de la combinación de dos toxinas, y ha demostrado que dicha toxina "hija" de otras dos es la principal causa de los síntomas de la enfermedad, al menos a juzgar por los resultados de las observaciones hechas a ratones.
Esta toxina ayuda a explicar por qué la fiebre tifoidea tiene síntomas tan diferentes a los de la salmonelosis, la infección causada por la bacteria conocida popularmente como salmonela, y que es prima genética de la Salmonella typhi. Las bacterias del género Salmonella son la causa más común de intoxicación alimentaria.
El conocimiento detallado de la estructura atómica de la toxina tifoidea y su receptor, obtenido gracias al nuevo estudio, puede abrir el camino hacia nuevas terapias capaces de salvar vidas en casos que hoy en día acaban en defunción del paciente.
Bacterias culpables de la fiebre tifoidea. (Foto: CDC)
Se cree que la fiebre tifoidea fue el oponente que finalmente mató al legendario líder ateniense Pericles, así como a un tercio de la población de la ciudad griega de Atenas en el año 430 a.C., durante la Guerra del Peloponeso.
Sin el tratamiento médico adecuado, la fiebre tifoidea mata hasta a un 20 por ciento de los infectados. Sin embargo, muchos de los supervivientes se convierten en portadores de por vida sin experimentar síntomas. Este hecho explica las circunstancias extrañas de una historia tenebrosa, la del reguero de enfermedad y muerte, cual maleficio, que dejaba tras de sí a principios del siglo XX Mary Mallon, después apodada María Tifoidea, dondequiera que trabajase. Esta mujer, que ejercía de cocinera para familias ricas en Nueva Inglaterra, Estados Unidos, era, pese a no mostrar síntomas de la enfermedad, el único nexo de unión claro entre los casos de fiebre tifoidea que surgían allá donde ejerciera su oficio. Identificada finalmente como portadora sana de los gérmenes, se calcula que infectó involuntariamente a decenas de personas.
En la investigación también han trabajado Jeongmin Song y Xiang Gao, de la Universidad de Yale.
Fuente:noticiasdelaciencia.com