Cualquiera que tenga hijos o que
haya visto a padres lidiando con hijos conoce todas las maromas que se
hacen para que los menores se coman sus verduras, sus frutas y tomen su
leche en lugar de tanto alimento frito y azucarado y bebidas gaseosas,
sobre todo si están en un restaurante de comida rápida.
Frente al creciente problema mundial de la
obesidad en la niñez, la industria de comida rápida y muchos otros
restaurantes ofrecen opciones como delgadas rebanadas de manzana en
lugar de papas fritas, pero cuesta mucho convencer a una criatura que
seleccione la primera.La teoría es que con solo poner a los menores a pensar en la dieta de personajes admirables eso activaría asociaciones positivas hacia decisiones saludables en el comer y que, cuando se les presentara la opción de rebanadas de manzana o papas fritas, escogerían la primera.
Los resultados del estudio confirmaron la teoría y podría influir en cómo la industria de los alimentos promociona sus productos a los niños.
Neofobia alimenticia
Antes de ciertos almuerzos se les presentaban 12 fotos de personajes reales o ficticios y se les hacía una simple pregunta: "¿Qué pediría esta persona, manzanas o papas fritas?"
Después de ese ejercicio, a la hora de hacer su propia selección, 45% de los niños pidieron acompañar sus almuerzos con manzanas, comparado a solo 9% que escogieron la fruta cuando no se les mostraron las fotos.
"Con que coman una vez a la semana comida rápida, si cambian de papas fritas a manzanas, estaríamos ahorrándole a los niños un aumento de un kilo y medio al año"
Doctor Brian Wansink, Universidad de Cornell
No obstante, el doctor Wansink señala que no es tan fácil hacer que un niño escoja la comida más saludable. "Si un padre le dice al hijo 'cómete las manzanas', va a hacer todo lo contrario".
El investigador señala que tanto niños como adultos tienen la tendencia a comer, por defecto, lo que hayan comido antes.
"Es lo que se llama neofobia alimenticia: no comen comida que no les es familiar", explicó a BBC Mundo.
El fenómeno se manifiesta con todo tipo de comida, tanto saludable como no. "El niño que tome avena todas las mañanas, querrá siempre eso al desayuno. El que coma brócoli en la noche, es lo que querrá de cena. Si come fritas, pues, pide fritas", comentó.
"Buscamos interrumpir lo que automáticamente quisieran comer y que consideren otras opciones diferentes de una manera en que no hayan pensado antes".
Comida divertida
"Hasta los niños más pequeños tienen una noción de que lo que es bueno para la salud no es necesariamente lo que les apetece".
El secreto, dice el doctor Wansink, está en dejar que los niños asocien la comida con lo positivo, hacerla divertida. Señala que en los años 30, cuando la caricatura Popeye era muy popular, se hizo una encuesta donde los niños dijeron que el helado era su comida favorita pero su segunda preferencia era la espinaca. Popeye vencía a los villanos de la caricatura cuando consumía una lata de espinacas.
Esa manera de pensar no se limita a los menores. El académico dice que su laboratorio sigue la misma estrategia cuando trabajan con adultos que están a dieta.
"Cuando les presentamos la opción de pan o ensalada, les pedimos que piensen en alguien que ellos admiran y que se imaginen lo que comerían", expresó. "Eso les sirve en el momento de tomar mejores decisiones en su alimentación".
Acuerdos promocionales
Con el trajín de la vida moderna es difícil seguir una dieta balanceada para uno mismo y para sus hijos al tiempo que se intenta mantenerlos alejados de las opciones menos saludables.En hogares donde los padres trabajan, la preparación de la comida se vuelve una carga más y algunas veces deciden no complicar el menú con la preparación adicional de verduras y ensaladas. O, lo que es más fácil, salen a un restaurante de comidas rápidas.
"A esa industria (de comida rápida) no le importa lo que coman los niños, lo que les importa es que coman en sus restaurantes y no en los de la competencia"
Doctor Brian Wansink, Universidad de Cornell
"Cuando tengan uno de esos acuerdos promocionales podrían mostrar al héroe de la película con una manzana en la mano o un vaso de leche", propuso.
Sorprendentemente, la reacción de la compañía fue positiva y estudiarían la propuesta.
"A esa industria no le importa lo que coman los niños, lo que les importa es que coman en sus restaurantes y no en los de la competencia", afirmó Brian Wansink.
Fuente: BBC