La obesidad se asocia con DBT 2, intolerancia a la glucosa (G) e insulinorresistencia (IR). La IR se caracteriza por aumento de la insulina (I) sérica basal, aumento de la secreción de I ante la ingestión de G y disminución de la captación de G por los tejidos periféricos. Los cambios en el estilo de vida mejoran la homeostasis de la G en obesos. Estudios previos en sujetos normopeso y obesos mostraron que la cafeína (C) aumenta la repuesta insulínica y disminuye la captación periférica de G, especialmente en el músculo. El mecanismo probable sería el antagonismo sobre los receptores de adenosina del músculo y sistema nervioso central (lo que aumenta la actividad simpática) de la C, aún en niveles fisiológicos. Sin embargo algunos estudios que examinaron la ingesta crónica de café y DBT 2, no encontraron una asociación significativa, y por el contrario algunos mostraron protección, planteando la controversia.
Los autores se plantearon como hipótesis si un programa de dieta y actividad física (AF) que mejore el control de la G e I podría mejorar la IR inducida por C.
Los autores se plantearon como hipótesis si un programa de dieta y actividad física (AF) que mejore el control de la G e I podría mejorar la IR inducida por C.
Objetivo:
Examinar los efectos agudos de la ingesta de C sobre la homeostasis de la G e I en hombres obesos antes y después de una intervención con dieta y AF.
Examinar los efectos agudos de la ingesta de C sobre la homeostasis de la G e I en hombres obesos antes y después de una intervención con dieta y AF.
Métodos:
Se estudiaron 9 hombres de 19 a 34 años, voluntarios, obesos cuyo Índice de Masa Corporal (IMC) era 34±1. Los hombres no tenían DBT, no consumían drogas, suplementos ni alcohol, eran sedentarios (hacían AF menos de 3 veces semanales) y tenían peso estable.
Al inicio se analizó la ingesta, se tomaron datos antropométricos, y se evaluó la composición corporal por DEXA. En el período basal se les midió consumo de oxígeno durante el ejercicio y se les realizaron 2 pruebas de tolerancia a la glucosa (POTG).
La intervención con dieta y ejercicio fue de 12 semanas. Se redujeron 300 calorías diarias y se disminuyó el aporte de grasas al 20-30% del valor calórico total. A todos se les suspendió la ingesta de C.
Al final de la intervención los sujetos fueron reevaluados. Previamente recibieron en forma randomizada 5 mg/kg de C o placebo.
Se estudiaron 9 hombres de 19 a 34 años, voluntarios, obesos cuyo Índice de Masa Corporal (IMC) era 34±1. Los hombres no tenían DBT, no consumían drogas, suplementos ni alcohol, eran sedentarios (hacían AF menos de 3 veces semanales) y tenían peso estable.
Al inicio se analizó la ingesta, se tomaron datos antropométricos, y se evaluó la composición corporal por DEXA. En el período basal se les midió consumo de oxígeno durante el ejercicio y se les realizaron 2 pruebas de tolerancia a la glucosa (POTG).
La intervención con dieta y ejercicio fue de 12 semanas. Se redujeron 300 calorías diarias y se disminuyó el aporte de grasas al 20-30% del valor calórico total. A todos se les suspendió la ingesta de C.
Al final de la intervención los sujetos fueron reevaluados. Previamente recibieron en forma randomizada 5 mg/kg de C o placebo.
Resultados:
Luego de la intervención el peso disminuyó 8,5±1,5 kg y el porcentaje de grasa el 2,8± 0,7%. También disminuyeron la G basal, I y proinsulina. La sensibilidad a I aumentó cuando ingirieron placebo. No hubo diferencias significativas en las concentraciones de lactato séricas. Los ácidos grasos libres y el glicerol aumentaron dentro de la primera hora de ingestión de C, tanto antes como después de la intervención.
Luego de la intervención el peso disminuyó 8,5±1,5 kg y el porcentaje de grasa el 2,8± 0,7%. También disminuyeron la G basal, I y proinsulina. La sensibilidad a I aumentó cuando ingirieron placebo. No hubo diferencias significativas en las concentraciones de lactato séricas. Los ácidos grasos libres y el glicerol aumentaron dentro de la primera hora de ingestión de C, tanto antes como después de la intervención.
Discusión:
En este trabajo la hipótesis que la ingesta de C previa a la POTG, aumentaría la secreción de I y empeoraría la sensibilidad a la I fue corroborada.
La intervención de 12 semanas mejoró la capacidad aeróbica, mejoró el peso, bajó 13% la G basal, 40% la I, 33% el péptido C y 21% la proinsulina. En el grupo placebo la sensibilidad a I mejoró 69%, debido al cambio en la dieta y en el estilo de vida.
La otra hipótesis planteada fue que esta intervención mejoraría también la IR inducida por la C. Sin embargo, no se observó dicha mejoría. La dosis usada en este trabajo de 5mg/kg, similar a la ingesta de 3 o 4 tazas de café. El rol del consumo crónico de café y su incidencia sobre la DBT2 es controvertido, ya que algunos estudio epidemiológicos muestran protección. Actualmente existen muchas bebidas “energizantes” y otras alcohólicas, que contienen C El impacto sobre la salud aún debe ser más estudiado.
En este trabajo la hipótesis que la ingesta de C previa a la POTG, aumentaría la secreción de I y empeoraría la sensibilidad a la I fue corroborada.
La intervención de 12 semanas mejoró la capacidad aeróbica, mejoró el peso, bajó 13% la G basal, 40% la I, 33% el péptido C y 21% la proinsulina. En el grupo placebo la sensibilidad a I mejoró 69%, debido al cambio en la dieta y en el estilo de vida.
La otra hipótesis planteada fue que esta intervención mejoraría también la IR inducida por la C. Sin embargo, no se observó dicha mejoría. La dosis usada en este trabajo de 5mg/kg, similar a la ingesta de 3 o 4 tazas de café. El rol del consumo crónico de café y su incidencia sobre la DBT2 es controvertido, ya que algunos estudio epidemiológicos muestran protección. Actualmente existen muchas bebidas “energizantes” y otras alcohólicas, que contienen C El impacto sobre la salud aún debe ser más estudiado.
Conclusión:
La ingesta de C empeoró la homeostasis de la G e I, en hombres obesos, aún después de una intervención de 12 semanas basada en dieta y AF. Los resultados sugieren que la C contribuye a la IR.
La ingesta de C empeoró la homeostasis de la G e I, en hombres obesos, aún después de una intervención de 12 semanas basada en dieta y AF. Los resultados sugieren que la C contribuye a la IR.