El dato está ahí y asusta: el 70% de las personas que dejan de fumar engordan. La culpa la tiene la nicotina, que actúa sobre una enzima relacionada con el apetito y el gasto energético.
Un grupo de investigadores españoles han realizado un estudio para descubrir por qué el tabaco hace que perdamos peso. ¿El objetivo? Crear un fármaco que funcione de la misma manera con el que tratar la obesidad, pero sin sus efectos nocivos.
Centrados en la estrecha relación que existe entre tabaco y peso corporal, investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela han descubierto por qué cuando dejamos de fumar engordamos.
La protagonista: la nicotina
El principal componente adictivo del tabaco también es el encargado de acabar con el hambre y ayudarnos a perder peso.
Viendo el efecto que produce la nicotina en nuestro cerebro, se ha comprobado por qué el tabaco adelgaza.
La clave está en la enzima AMPK, que se encarga de metabolizar la grasa y actúar en el hipotálamo inhibiendo en gasto energético y estimulando la ingesta de comida.
Los investigadores han comprobado que la nicotina adelgaza porque inactiva la acción de esta enzima en una región cerebral concreta.
El resultado es que comemos menos y gastamos más, porque se pone en marcha la llamada grasa parda o grasa marrón, encargada de quemar la grasa blanca para elevar la temperatura del cuerpo, y acelera el metabolismo.
Cuando dejamos de fumar y la nicotina deja de actuar en nuestro cerebro, se vuelve a engordar. Por lo tanto, este estudio deja la puerta abierta a la creación de nuevos fármacos que ayuden a tratar la obesidad
Fuente: .atractivas.es