Una investigación relaciona la obesidad con ciertos trastornos como la depresión o la ansiedad. Lo que no está claro es el sentido de esa asociación, es decir si la obesidad puede producir estos trastornos, o si son éstos los que podrían favorecer la obesidad.
Un sistema de salud estadounidense, el Group Health Cooperative, ha realizado un estudio en más de 9.000 adultos, con una edad media de 45 años. Entre otras cosas, se obtuvo información acerca de su índice de masa corporal, el padecimiento de distintos tipos de depresión o ansiedad y la dependencia de sustancias como el alcohol o las drogas. El resultado ha sido concluyente respecto a la relación entre la obesidad y los mencionados trastornos. Concretamente, padecer obesidad supone tener un 25 % más de probabilidades de sufrir o haber sufrido depresión o ansiedad. Por contra, un 25 % menos de riesgo de verse vinculado al alcohol o las drogas. Sin embargo, los expertos no están de acuerdo a la hora de determinar el sentido de esta relación. Puede ser que la obesidad nos empuje a la depresión o a la ansiedad, o bien la relación inversa: un trastorno del ánimo podría llevarnos a aumentar de peso. Incluso, podrían alimentarse mutuamente, o ser en un sentido en ciertos individuos, y en el opuesto en otros. De cualquier manera, las personas obesas deberían analizar si sufren depresión. De ser así, tal vez convendría ponerse en manos de un especialista para combatirla. Además de razones obvias de bienestar psíquico, su superación podría ayudarles a bajar de peso. |