viernes, 24 de febrero de 2012

¿Por qué el estrés aumenta el apetito?

comer-estresadoCientíficos del Hotchkiss Brain Institute (HBI), de la Universidad de Calgary (Canadá), han descubierto un mecanismo por el cual el estrés incrementa la recolección de comida en ratas. El hallazgo, publicado esta semana en Neuron, proporciona importantes pistas para explicar por qué el estrés podría ser uno de los factores que más contribuye a la obesidad.

Los investigadores Jaideep Bains y Quentin Pittman, observaron específicamente a las células nerviosas (neuronas) en la región del cerebro conocida como hipotálamo. Esta estructura es conocida por tener un importante rol en el control del apetito y el metabolismo y ha sido identificada como la región primaria responsable de la respuesta del cerebro al estrés. Normalmente, el cerebro produce neurotransmisores denominados endocanabinoides, que envían señales de unas células al otra para controlar el apetito.

En este trabajo, los investigadores han comprobado que, cuando no hay comida, se produce una respuesta de estrés que causa, de forma temporal, "recableado" funcional en el cerebro, que puede reducir la capacidad de los endocanabinoides para regular la ingesta de alimento y contribuir a aumentar el almacenamiento de comida. Sin embargo, cuando se bloquean los efectos de las hormonas del estrés en el cerebro, la ausencia de comida no causa ningún cambio en el circuito neural.

Según explica Bains, "estos descubrimientos pueden ayudar a explicar cómo la comunicación celular dentro de nuestro cerebro puede ser anulada en ausencia de comida". Esos mismos cambios pueden ser generados por el estrés inducido por la falta de alimentos. Si en el cerebro humano se produjeran cambios similares a los observados en los roedores, estos hallazgos podrían tener varias implicaciones para la salud humana. Según Pittman, "por ejemplo, si decidimos saltarnos una comida, el cerebro podría hacer que aumentara el apetito". "Es más, el hecho de que la falta de comida active una respuesta de estrés podría ayudar a explicar la relación entre el estrés y la obesidad", añade. En cualquier caso lo que está claro, concluyen los autores del estudio, es que “la ausencia de comida provoca cambios dramáticos en la forma en que nuestras neuronas se comunican unas con otras”.

Fuente muy interesante.com







 

jueves, 23 de febrero de 2012

Por qué fallan las dietas



El olvido de las dietas

No existe una dieta mágica. Reducir de peso conlleva un cambio de hábitos, señalan los expertos.
¿Frustrado porque la dieta que sigue no da resultados? ¿No logra perder más peso o incluso recuperó lo que perdió? Quizás no sea culpa suya sino de los tratamientos para adelgazar que se han olvidado de un punto importante: el metabolismo cambia cuando se deja de comer.
Tanto el organismo de Salud Británico (NHS), como el estadounidense (US health), asumen que si una persona deja de consumir 500 calorías diarias perderá alrededor de una libra semanal, sin importar cuánto tiempo lleva haciendo régimen ni por cuánto tiempo seguirá.
Pero de acuerdo con una investigación del Instituto de Salud de Maryland, Estados Unidos, dicho planteamiento, ampliamente utilizado en el resto del mundo, tiene errores de base.
"A medida que una persona pierde peso su metabolismo se ralentiza y, finalmente, se estanca. Si usted quiere perder cinco kilos reduciendo 100 calorías al día, puede bajar la mitad en un año y el resto en tres. Después de ese tiempo se estancará y empeorará", detalló Kevin Hall, director de la investigación, en la reunión anual de la Asociación Americana de Avances Científicos.
"Una dieta no sólo es dejar de comer sino comer bien, no dejar huecos para que no haya un efecto rebote. Lamentablemente en el mercado nos encontramos ofertas que no son realistas, que nos ofrecen adelgazar en uno o dos meses. Hay que asumir que es un proceso a largo plazo"
Yolanda Sanchis, nutricionista
El estudio subraya además la gravedad de enfatizar en dietas rápidas y milagrosas y en la necesidad de revaluar las políticas públicas sobre el tratamiento de la obesidad.
"No hay una dieta mágica o milagrosa. Cuando se deja de comer el cuerpo pone en marcha mecanismos para mantener el peso. Comer es uno de los instintos primarios del ser humano. El cuerpo se defiende, no quiere perder peso", explica a BBC Mundo Alber Lecube, coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Cuando se utilizan fármacos contra la obesidad, vas contra ese mecanismo de defensa y terminas atrofiando otras partes de tu cuerpo, señala el experto.
"De alguna manera uno no puede tener el peso que quiere, lo puede ajustar con un cambio de hábitos y un incremento en la actividad física, no necesariamente yendo al gimnasio sino caminando dos veces al día. Hay que tener en cuenta que hay una base genética importante que determina nuestro peso. Para muchas personas delgadas es más difícil ganar peso que para un obeso perderlo”, detalla Lecube.

Impuesto a la gordura

El estudio del Instituto de Salud de Maryland se detiene en la necesidad de ofrecer un asesoramiento más preciso y realista a las personas con sobrepeso y obesidad.
"Es mejor tener una idea real para saber qué intervención se necesita", detalló Hall.
En su ponencia, el médico examinó una vieja propuesta de "impuesto a la gordura", que añade un 20% al costo de los alimentos dulces y pocos saludables y que, según el organismo de salud estadounidense, reduciría las tasas de obesidad en el país del 67% al 50% en cinco años.
No obstante, cuando los expertos del Instituto de Salud de Maryland incluyeron los cambios metabólicos que experimenta la gente, los resultados no eran tan optimistas: solo caería este índice a un 62%.
"La teoría sobre las dietas la conocemos, la cuestión es llevarla a la práctica. Una dieta no sólo es dejar de comer sino comer bien, cumplir con todas las comidas del día, no dejar huecos para que no haya un efecto rebote. Lamentablemente en el mercado nos encontramos ofertas que no son realistas, que nos ofrecen adelgazar en uno o dos meses. Hay que asumir que es un proceso a largo plazo", comenta a BBC Mundo la nutricionista Yolanda Sanchis.
En ese sentido, Lecube comenta que "cuando se inicia una dieta también hay que trabajar en la autopercepción de la estética de cada persona, en los valores sociales. Hay gente baja y alta, gorda y delgada".
"Una persona que pesa cien kilos, con una base genética de obesidad, no puede pretender bajar hasta los 70. Si acaso puede ajustar su peso. Cuando se fuerzan las dietas se atrofian los mecanismos del hambre y el cuerpo defiende su territorio. No se nos puede olvidar que comer es un placer, tenemos que comer para vivir", subraya.
FUENTE: BBC Mundo

miércoles, 22 de febrero de 2012

El frío es un "aliado oportuno" contra la obesidad

 
 
El doctor Rubén Bravo, supervisor de Nutrición y Endocrinología del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ha asegurado que "el frío puede resultar un aliado oportuno contra la obesidad".
"Más de la mitad de lo que ingerimos está destinado a mantener la temperatura corporal: si hay frío ambiente, consumimos más calorías", ha comentado el experto, quien ha explicado que el deporte y las bajas temperaturas "activan el consumo de grasas que nos ayudan a adelgazar".
Sin embargo, ha argüido que durante el invierno se tiende a engordar más debido a la baja actividad física, los platos contundentes y la calefacción puesta a tope.
Para comprender mejor los procesos que tienen lugar en el organismo y que guardan relación con el calor corporal y el cambio de la temperatura ambiental, Bravo se ha referido a dos principios.
El primero es la "homeostasis", un complejo sistema que trabaja en mantener la temperatura corporal en 37 grados a pesar de los cambios ambientales, y el segundo es la "termogénesis", una de sus herramientas utilizada para generar calor.
"De modo que, si pasamos un poco de frío, siempre perderemos más calorías quemando grasa para convertirla en calor", ha resumido el especialista.
Por esta razón, Bravo ha argumentado que no es conveniente poner al máximo la calefacción, sea en casa, en la oficina o en el coche, y si la temperatura ambiental se fija en 21,5 grados, "sería más que suficiente".
El doctor ha dicho que en invierno hay que "priorizar la comida caliente, ya que nos ayuda a entrar en calor y saciar más rápido el hambre", pero desde luego, ha matizado, "es un error grave confundir una sopa con un cocido contundente".
"El principal mensaje que queremos transmitir a la gente es que, si comemos de forma inteligente, no tendremos subidas y bajadas de peso durante el año, de modo que evitaremos la operación bikini", ha expuesto el nutricionista.
Bravo ha comentado que al contrario de lo que muchos creen, las bajas temperaturas no son un obstáculo para hacer deporte porque múltiples estudios demuestran que "el ejercicio físico realizado en un ambiente frío activa la quema de grasas", mediante "el tejido adiposo que ayuda a adelgazar y que debe su tonalidad a su alto contenido de mitocondrias".
Su función, ha proseguido, es quemar energía para proporcionársela al organismo y elevar su temperatura cuando hace frío.
"Para quién no le gusta practicar deporte, cualquier excusa es buena: en el invierno, porque hace demasiado frío, y en verano, porque hace mucho calor", ha discrepado Bravo para insistir en que el ejercicio físico en esta época es "bueno para la salud ".
De hecho, ha descrito que se tiene "menos tendencia de perder líquidos y por tanto de deshidratarnos", mientras que en el verano existe un "mayor riesgo de insolación y sofocos".
No obstante, ha recordado que los que no están acostumbrados a realizar actividad física cuando la temperatura ronda el bajo cero, deben tomar medidas para que el sudor no se les enfríe, porque es la forma más rápida de coger un constipado.
"Si uno se abriga en capas, mientras realiza su rutina deportiva al aire libre -trotar, correr o hacer bici- y termina llegando a casa con una ducha caliente, el riesgo de resfriado es inexistente", ha sentenciado.
 
Fuente: Instituto Médico Europeo de la Obesidad

martes, 21 de febrero de 2012

Descubren sensor de la grasa que puede llevar a la obesidad

Descubren sensor de la grasa que puede llevar a la obesidad Este mecanismo que podría ser una vía importante para lograr algunos de los efectos saludables de omega-3.

Investigadores han descubierto que cuando una proteína que actúa como un sensor de la grasa, se estropea o funciona de forma defectuosa, puede desembocar en la aparición de la obesidad.
Investigadores del Imperial College de Londres en el Reino Unido, han descubierto que cuando una proteína que actúa como un sensor de la grasa,  la GPR120, se estropea o funciona de forma defectuosa, puede desembocar en la aparición de la obesidad o de algunas enfermedades del hígado.

De hecho, y según reconocen los autores de este estudio en la revista "Nature", dicho hallazgo puede dar pie a nuevos fármacos para el tratamiento de la obesidad y trastornos metabólicos.

La proteína GPR120 se encuentra en la superficie de las células del tejido intestinal, el hígado y la grasa, y permite a las células detectar y responder a los ácidos grasos insaturados de la dieta, especialmente los ácidos grasos omega-3, que tienen un efecto beneficioso sobre la salud.

En concreto, los científicos encontraron que los ratones que presentaban un déficit de esta proteína eran más propensos a la obesidad y el desarrollo de una enfermedad hepática cuando seguían una dieta rica en grasas.

Asimismo, en un estudio con más de 6.000 personas se observó que las personas con una determinada mutación en el gen que codifica la GPR120, que hace que esta proteína responda a los omega-3, también fueron significativamente más propensas a ser obesas, en concreto, un 60 por ciento más.

Cuando los ácidos grasos insaturados de la comida se unen a GPR120 en el intestino, se estimula la liberación de hormonas que suprimen el apetito y estimulan al páncreas para secretar insulina.

De este modo, cuando las células de grasa detectan niveles altos de grasa en la sangre a través de la GPR120, esto les estimula a dividirse para producir más células de grasa, reducir el riesgo de hígado graso y el enrasado de las arterias.

Como informa europapress.es un mecanismo que podría ser una vía importante para lograr algunos de los efectos saludables de omega-3.

Cuando fueron alimentados con una dieta rica en grasas, los ratones que carecían de la proteína GPR120 no sólo se convirtieron en obesas, sino que también tenían el hígado graso, un menor número de células de grasa y un mal control de glucosa en sangre.

"Nuestro estudio sugiere que en ratones y seres humanos, los déficit en la proteína GPR120 combinados con una dieta rica en grasas aumentan enormemente el riesgo de obesidad", según ha reconocido el profesor Philippe Froguel, uno de los autores del estudio.


Fuente: rpp.com.pe

domingo, 19 de febrero de 2012

El juego de los frijoles en el plato de Michelle Obama


michelle obama lanzando la versión hispana del programa MyPlate

Los frijoles se han convertido en el principal aliado de Michelle Obama en su lucha contra la epidemia de obesidad de la población hispana de Estados Unidos, donde el 40% de los niños tienen sobrepeso o son obesos.
La primera dama estadounidense decidió traducir al español su proyecto MyPlate -que pasa a llamarse MiPlato- y vincularse con grupos empresariales y comunitarios que trabajan con el público de origen hispano.
Una de las empresas que sumó fuerzas con la Casa Blanca es Goya Foods, la mayor fabricante de alimentos de inspiración latinoamericana de EE.UU.
La asociación impulsará una campaña divulgativa en las escuelas para que los niños aprendan hábitos más saludables con un juego protagonizado por frijoles.
Además, los 1.500 productos de la compañía incluirán en su etiqueta el logo de MiPlato para ayudar a que el consumidor pueda preparar una comida equilibrada y distribuirá cupones de descuentos con el icono MiPlato.

La campaña MiPlato

camión de Goya Foods
La principal empresa de alimentos hispanos de EE.UU. se suma a la lucha contra la obesidad
La oficina de la Primera Dama contactó a Goya Foods hace cuatro meses y les propuso que se unieran a la lucha que desde la Casa Blanca libra contra la epidemia de obesidad, ayudándola a promover la campaña MiPlato entre la población hispana.
MiPlato es un icono que explica en español la pirámide de alimentos y las proporciones saludables de los distintos grupos de alimentos que debería tener una dieta diaria: proteínas y lácteos, verduras y frutas, y cereales y legumbres.
"Es importante que los padres tengan información que les permita elegir los productos más sanos para sus hijos", indicó Michelle Obama en un comunicado.
Ella y los cocineros de la Casa Blanca se proponen promover hábitos de vida más saludables y fomentar que los platos de comida de la población latina sean equilibrados.
"Es un gran honor trabajar codo a codo con Michelle Obama, pero también una gran responsabilidad porque la cifra de obesidad se ha disparado entre la población latina y es necesario buscar soluciones", explicó a BBC Mundo el presidente de Goya Foods, Bob Unanue.

El juego de los frijoles

La campaña incluye un plan para que los niños aprendan a comer bien con un juego de frijoles de distintos colores alineadas como si fueran jugadores de fútbol.
"Tiene sentido que los jugadores sean frijoles porque es un alimento esencial para la población latina y es muy sano", dijo Unanue.
Los frijoles negros, rojos, verdes y amarillos practicarán deporte para que los niños "entiendan que deben realizar ejercicio físico y no pasar tanto tiempo delante de la computadora y con el videojuegos".
Unanue se muestra convencido del poder de los frijoles: "Cuando los frijoles se alían con el arroz se convierten en una gran fuente de proteínas y fibra para quien las come (...) Es posible comer bien sin gastar mucho dinero".
Además considera que la falta de tiempo tampoco es excusa para no comer bien.
"Algunos arroces están listos en menos de cinco minutos y es importante encontrar tiempo para sentarse a comer y no acostumbrar a los niños a abrir la nevera entre comidas" afirmó el directivo de la compañía.

Problema de peso

Michelle Obama

La primera dama decidió traducir su programa contra la obesidad
En la última década la cifra de hispanos con sobrepeso y obesidad se ha disparado, así como el riesgo a padecer diabetes del tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Además de impulsar una campaña educativa en las escuelas, Goya distribuirá información en español a través de 32.000 establecimientos en los que se venden sus productos.
La empresa imprimirá más de 250.000 folletos con consejos para comer sano, carteles y un libro de recetas "fáciles y rápidas de preparar" que estará listo en abril, puntualiza Unanue.
Unas cincuenta organizaciones y entidades latinas de Estados Unidos se han unido para llegarle al público hispano en este esfuerzo de la primera dama contra la obesidad.
Así, trabajadores sociales, nutricionistas, grupos religiosos, organizaciones juveniles como las Girl Scouts, comedores comunitarios y organizaciones centradas en la lucha contra la diabetes y el cáncer también difundirán el logo y las recomendaciones de la campaña MiPlato.

FUENTE: BBC SALUD  by Emma Reverter

martes, 7 de febrero de 2012

Una alimanteción saludable

 
Una buena nutrición y una dieta balanceada ayudan a que los niños crezcan saludables. No importa si su hijo es un niño pequeño o un adolescente, usted puede tomar las medidas necesarias para mejorar su nutrición y formar buenos hábitos alimenticios. Las cinco mejores estrategias son éstas:
  1. Establecer un horario regular para las comidas en familia.
  2. Servir una variedad de alimentos y refrigerios saludables.
  3. Darle un buen ejemplo siguiendo una dieta nutritiva.
  4. Evitar las peleas por la comida.
  5. Involucrar a los niños en el proceso.
Sin embargo, no es fácil tomar estas medidas. Nuestros días están colmados de responsabilidades, y las comidas de preparación rápida están siempre a mano.
A continuación, algunas sugerencias para incorporar las cinco estrategias a su rutina.

Comidas en familia

Comer en familia es una costumbre agradable tanto para los padres como para los hijos. A los niños les agrada la previsibilidad de las comidas en familia, y los padres tienen la oportunidad de ponerse al día con sus hijos. Los niños que participan en comidas en familia con regularidad presentan estas características:
  • es más probable que coman frutas, vegetales y cereales
  • es menos probable que coman refrigerios poco saludables
  • es menos probable que fumen, usen marihuana o beban alcohol
Por otra parte, las comidas en familia ofrecen la oportunidad de presentarle al niño nuevos alimentos y de que usted dé el ejemplo llevando una dieta saludable.
Es posible que los adolescentes no se entusiasmen con la perspectiva de comer en familia; esto no es sorprendente porque están tratando de establecer su independencia. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que los adolescentes todavía desean los consejos y la opinión de sus padres, por lo cual la hora de la comida en familia debe usarse como una oportunidad para reconectarse. También puede probar con estas estrategias:
  • Permita que el adolescente invite a un amigo a comer.
  • Involucre al adolescente en la planificación de la comida y la preparación de los alimentos.
  • Haga que la hora de la comida sea un momento agradable y donde uno se sienta a gusto, sin discusiones o sermones.
¿Qué se considera una comida en familia? Cualquier momento en que la familia se reúna para comer; ya sean alimentos traídos de un restaurante o una cena completa preparada en casa. Esfuércese por servir alimentos nutritivos y por establecer un horario en el cual todos estén presentes. Quizá tengan que comer un poco más tarde porque uno de los niños está en una práctica deportiva. Tal vez tengan que fijar una hora especial los fines de semana, como un brunch los domingos, cuando todos pueden reunirse en familia.

Abastecerse de alimentos saludables

Los niños, en especial los más pequeños, comen sobre todo lo que está disponible en la casa. Por eso, es importante controlar las provisiones: los alimentos que sirve en las comidas y los que tiene a mano para refrigerios. Siga estas sugerencias básicas:
  • Incluya frutas y verduras en la rutina diaria, tratando de servir un mínimo de cinco porciones diarias. Asegúrese de servir frutas y verduras en todas las comidas.
  • Facilite que el niño elija refrigerios saludables, teniendo a mano frutas y verduras listas para comer. Otros refrigerios saludables son el yogur, los tallos de apio con mantequilla de maní o las galletas integrales con queso.
  • Sirva carnes desgrasadas y otras buenas fuentes de proteína, como el pescado, los huevos y las frutas secas.
  • Compre panes integrales y cereales, para que el niño ingiera más fibra.
  • Limite el consumo de la grasa, evitando las comidas fritas y cocinando los alimentos en el horno, en la parrilla o al vapor. Elija productos lácteos de bajo contenido graso o descremados.
  • Limite las comidas en restaurantes rápidos y los refrigerios poco nutritivos, como las papas fritas y los dulces. No los elimine por completo de su casa, pero ofrézcalos “de vez en cuando” para que el niño no se sienta privado por completo de ellos.
  • Limite las bebidas dulces, como las gaseosas y las bebidas con sabor a fruta. En cambio, sirva agua y leche descremada.

Cómo dar un buen ejemplo

La mejor manera de estimular al niño a comer de manera saludable es dando el ejemplo. Los niños imitan a los adultos que ven a diario. Si usted come frutas y verduras, y consume menos alimentos poco nutritivos, estará enviándole el mensaje correcto.
Otra manera de dar un buen ejemplo es limitando el tamaño de las porciones y evitando comer de más. Hable sobre el estar satisfecho, en especial con los niños pequeños. Diga algo como “esto está delicioso, pero estoy satisfecho y no voy a comer más”. De igual modo, los padres que siempre están a dieta o quejándose de sus cuerpos pueden fomentar estos mismos sentimientos negativos en los niños. Trate de mantener una actitud positiva en lo que se refiere a la comida.

No pelee por la comida

Es fácil convertir la comida en una fuente de conflicto. Los padres bien intencionados pueden encontrarse en una situación en la que negocian con los niños o los sobornan para que coman alimentos saludables. Una mejor estrategia es permitir que los niños tengan cierto control, pero también limitar los tipos de alimentos que tienen en la casa.

Los niños deben decidir si tienen hambre, qué desean comer de los alimentos que les sirven y cuándo se sienten satisfechos. Los padres controlan los alimentos disponibles para los niños, tanto a la hora de la comida como entre las comidas. A continuación, algunas pautas que puede seguir:
  • Establezca un horario para las comidas y los refrigerios. Está bien elegir no comer cuando tanto los padres como los niños saben a qué hora es la siguiente comida o refrigerio.
  • No obligue el niño a comer toda la comida en el plato. Eso les enseña a seguir comiendo aunque se sientan satisfechos.
  • No soborne o recompense a los niños con la comida. Evite usar el postre como recompensa por haber terminado la comida.
  • No use la comida como demostración de amor. Demuestre su amor abrazando a los niños, dedicándoles un tiempo o elogiándolos.

Involucre a los niños

A la mayoría de los niños les agrada participar en la selección de los alimentos que se sirven en las comidas. Converse con ellos sobre las diferentes opciones y la planificación de una comida equilibrada. Algunos niños quizá deseen ayudar en la compra y en la preparación de los alimentos. En el supermercado, enseñe a los niños a leer las etiquetas para que comiencen a aprender sobre los valores nutritivos.
En la cocina, asígnele a su hijo tareas apropiadas para su edad de modo de evitar que se lastime o se sienta abrumado. Al final de la cena, no se olvide de elogiar al cocinero.
Los almuerzos escolares también pueden servir de aprendizaje para los niños. Es más, si puede lograr que ellos comiencen a pensar en lo que van a almorzar, es probable que pueda ayudarlos a hacer cambios positivos. Sugiérales que digan qué tipos de alimentos les gustaría comer en el almuerzo o vayan juntos al supermercado para comprar alimentos saludables que puedan llevarse a la escuela.
Otra buena razón para involucrar a los niños es prepararlos de modo que tomen buenas decisiones en lo que respecta a los alimentos que comen. Eso no quiere decir que repentinamente su niño preferirá una ensalada a las papas fritas, pero los hábitos alimenticios que usted le ayude a formar en el presente pueden encaminarlo hacia decisiones más saludables por el resto de su vida.

Fuente:http: kidshealth.org