martes, 13 de septiembre de 2011

El que no sabe cocinar tiende a engordar

La balanza se ha convertido en un instrumento imprescindible en cualquier hogar.
El ritual de pesarse todos los días para descubrir reflejado en ella el resultado de ese bombón o medialuna que no tuvimos la voluntad de despreciar, ya forma parte de la rutina diaria.

Pero el cuerpo a veces nos da sorpresas inesperadas. Aún después de un día de transgresiones suele no acusar signos de sobrepeso, en tanto que cuando nos sacrificamos hasta el límite, nuestro físico se puede empeñar en retener líquidos y en vez de bajar de peso aumentamos.

Creo que lo más conveniente es controlar el peso una vez por semana, a la misma hora y en la misma balanza y aprender a comer en forma moderada siempre.
Las dietas son temas que acaparan las páginas de todas las revistas desde hace muchos años; sin embargo, según las estadísticas, la población mundial sigue aumentando de peso y en estos momentos en la mayoría de países, más del cincuenta por ciento de la población tiene sobrepeso, incluyendo los niños.

Se espera que en el futuro cercano esta proporción alcance al cien por ciento de los habitantes.

Cuáles son los principales factores que influyen para que se produzca este fenómeno en casi todo el mundo, es la pregunta que todos nos hacemos a diario.
En primer lugar, la mayoría de las personas de las grandes ciudades tiene un menor desgaste físico y se mueve poco. La vida se facilita, el auto nos lleva, las máquinas nos ayudan y nos convertimos en seres sedentarios que sólo observan y controlan.

El sedentarismo es un factor de riesgo de enfermedades cardíacas y la principal causa para engordar, favoreciendo además el desarrollo de otros trastornos orgánicos graves, como la hipertensión, los problemas circulatorios, la diabetes, etc.

Se puede comprobar que durante momentos en los cuales no se hace ninguna dieta (vacaciones por ejemplo), que se pude bajar de peso solamente con un mayor movimiento.
La falta de preocupaciones y la tranquilidad disminuyen la ansiedad habitual por la comida permitiendo que uno no se acuerde de ella; porque las preocupaciones y el stress también engordan, provocando un desequilibrio emocional que hemos aprendido a calmar con la comida.

La adicción a los dulces es otro problema que acosa a las personas con sobrepeso. No es necesario privarse de ellos pero se puede controlar su ingesta teniendo una provisión de golosinas de bajo contenido calórico que nos gusten y utilizándolas como colaciones.
Respetar los horarios de las comidas es otro factor que ayuda a aprender a comer. Es inútil no comer casi nada durante todo el día para devorar en la cena todo lo que tenemos en la heladera.

Lo ideal es acostumbrarse a comer seis veces por día comenzando con un buen desayuno, que los expertos aseguran es lo más importante, luego el almuerzo, después la merienda y por último la cena, más dos colaciones entre las principales comidas.
Hoy en día, tener que trabajar no es un obstáculo para seguir estas instrucciones. Existen en el mercado abundantes propuestas económicas que reemplazan adecuadamente cualquier comida hecha en casa.

Recordemos que las personas con sobrepeso son adictas a la comida y las adicciones encubren un estado de ánimo depresivo, por lo tanto, es saludable conectarse con nuevos intereses.
Hacer las compras  y aprender a cocinar puede ser para muchos un nuevo interés que hoy en día está de moda; y también es una buena manera de mejorar nuestro estado de ánimo.
Las personas que viven solas tienden a comer mal y muchas veces llegan a graves estados de deshidratación porque como no sienten sed tampoco ingieren líquidos.

Cocinar para sí mismo es una manera de elevar la autoestima y de aprender a considerarse digno de una mesa exclusiva para uno acompañada de abundante gaseosa dietética.
De esta manera, se obtendrá una mejor calidad de vida, aumentaremos la autoestima y bajaremos los kilos demás.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Lo peligroso no es tanto "estar" obeso como serlo durante años

Los riesgos para la obesidad de la salud han sido ampliamente subestimados porque no miden de forma adecuada sus consecuencias en el tiempo.
Los cálculos del riesgo se han centrado en el sobrepeso severo como hecho, sin contar con el factor de su duración a lo largo de los años.
Una investigación reciente publicada por la Asociación Internacional de Epidemiología indica que cada década con exceso de peso incrementa en más del doble el riesgo de muerte.
El equipo de científicos responsable de la investigación declaró a la Revista Internacional de Epidemiología que se necesitan nuevas formas de medir el exceso de peso en términos de "obesidad-año".
De manera similar al "paquete-año" para medir los efectos del tabaquismo, una cuantificación cuantitativo-temporal del sobrepeso ayudaría a medir de forma más adecuada los riesgos de la obesidad.
El riesgo de diez años de obesidad
El estudio se basó en el seguimiento a 5.036 personas residentes en EE.UU. y observó su estado de salud cada dos años a lo largo de varias décadas.
Entre los participantes, el riesgo de morir subió un 7% por cada dos años de obesidad, en aquellos que presentaban un Índice de Masa Corporal (IMC) de 30 o más.
Problema creciente
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008, el sobrepeso afectaba a 1.500 millones de adultos de más de 20 años. De esos, más de 200 millones hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesos.

La OMS calcula que entre 1980 y 2008, la incidencia de la obesidad se ha doblado en el mundo.
En las economías emergentes, la situación es considerada alarmante. Ya hay voces que piden a los gobiernos que actúen de forma urgente.
Uno de cada siete adultos mexicanos está por encima de su peso ideal, proporción en la que, de los países desarrollados, sólo le gana EE.UU.

Brasil es el país en el que la obesidad crece más en la infancia. Padecen sobrepeso cerca del 16% de los niños y el 12% de las niñas de entre 5 y 9 años, cuatro veces más que hace 20 años.
Ser obeso entre 15 y 25 años más que doblaba el riesgo de muerte comparado con los que nunca fueron obesos.

Los investigadores concluyeron que, a la hora de evaluar a los pacientes con sobrepeso, es necesario que se tome en cuenta el tiempo que permanecen con kilos de más.
"Nuestro estudio demuestra que por cada década adicional que se vive con obesidad, los riesgos de todas las causas de mortalidad, enfermedad cardiovascular y cáncer se doblan".
Según los autores, su conclusión "implica que el riesgo mortal asociado a la obesidad actual en adultos puede ser significativamente mayor que hace décadas".
Además, advierten que la obesidad se da a edades cada vez más tempranas, lo que quiere decir que los niños de la actualidad podrían tener acortada su esperanza de vida respecto a otras generaciones.

Estrategia del miedo
"En la actualidad, la edad media en que se desata la obesidad tiende a ser más de diez años anterior a lo que era hace décadas".
Tam Fry, del Foro Nacional de Obesidad del Reino Unido, concuerda que la "obesidad comienza a convertirse en un problema a cada vez más corta edad".


 "Estamos viendo a gente muriendo antes que sus padres por culpa de la obesidad", asegura Fry.
Fry cree que las conclusiones podrían ser una llamada de atención muy necesaria para muchos.
"Si el médico te puede decir ‘tienes que hacer algo con tu sobrepeso o morirás antes de los 65 en lugar de a los 75’, eso podría ser una útil estrategia del miedo".
Pero Fry duda de que eso pueda ser suficiente para motivar a todos.
"Muchos luchan para perder peso, no importa cuántas veces se lo digan o cuantas veces lo tengan que intentar".
Fuente BBC

domingo, 11 de septiembre de 2011

Obesidad y sobrepeso, mitos y realidades


En Finlandia se llevó a cabo un encuentro de científicos de todo el mundo relacionados con los aspectos de prevención y promoción de la salud. En esta reunión se abordo la gravedad existente en relación a como desde la población infantil a la adulta están adquiriendo las llamadas enfermedades crónicas modernas (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes tipo2, osteopenia, insulino resistencia).También fue abordado aspectos relacionados con los programas y las formas eficientes de prevenirlas y combatirlas.

En el mundo, según datos serios, cerca de 1/3 de la población de ambos sexos y todas la edades posee alguna o varias de estas enfermedades mencionadas. En Chile más de la mitad se encuentra en valores o índices de sobrepeso y obesidad. Estas dos últimas, sobrepeso y obesidad han sido señaladas como causales directas de estas enfermedades y de muerte prematura, lo que actualmente debido a las evidencias científicas obtenidas de protocolos con más de 10 mil individuos y seguidos por más de 10 años se está poniendo en duda, que sin descartar el hecho de que el exceso de grasa corporal es causa de enfermedad y muerte prematura, no es la causa directa. Mucho más es causa de enfermedad y muerte prematura, la mala condición física o capacidad física del ser humano.

El fisiólogo chileno, Carlos Saavedra, Master en Ciencias de la Universidad Laval de Canadá, especializado en ejercicio cuyo postgrado lo obtuvo bajo la tutoría de uno de los científicos más importantes del mundo en este tema, Claude Bouchard, estuvo presente en dicha reunión de 5 días de duración en la que se presentaron las últimas investigaciones y resultados sobre promoción de la salud y cuidado médico, evidencias basadas en los efectos del ejercicio físico.



Las evidencias, ya difundidas hace algunos años en revistas científicas serias y de prestigio, han señalado que las personas enferman y mueren más en la medida en que su ejercicio es inferior o malo. Esta variable es medida mediante el tiempo que la persona puede sostener un esfuerzo progresivo (caminando y cada dos minutos aumentando la velocidad). Mientras más tiempo o mayor carga de trabajo pueden soportar, menores son las posibilidades de enfermar o morir.




Ni las alteraciones metabólicas, ni el cigarro, ni el peso corporal son tan buenos indicadores de las posibilidades de enfermar o morir como las del nivel de Capacidad cariorespiratoria.  (cardiorespiratory fitness.)


¿Los gordos están mas propensos a enfermar y morir?

Normalmente el índice de "gordura" en términos poblacionales esta dado por el Índice de Masa Corporal (IMC) el cual contempla la talla y el peso de individuo. Sin embargo un verdadero índice de sobrepeso u obesidad debe considerar de manera exacta el porcentaje de tejido adiposo que dicha persona posee.

Tradicionalmente se les indica de sobrepeso a los sujetos con IMC por sobre 25 y de obesos por sobre 30. Tradicionalmente también se ha señalado a este índice como un factor de riesgo para la salud.

Sin embargo estudios longitudinales, en que se han seguido por más de 10 años a mas de 10.000 individuos en USA y más de 12000 en Finlandia demuestran una serie de evidencias que dan que pensar sobre la pregunta inicial.

Los "flacos" con malos hábitos alimenticios y mala condición física mueren y enferman más que los gordos que hacen ejercicio y corrigen su alimentación aunque no bajen de peso!!!!

Los hipertensos, los diabéticos tipo 2 y los con colesterol alto independientemente , de si bajan de peso o no, pero sometiéndose a un plan de ejercicio y alimentación adecuada, corrigen sus alteraciones metabólicas en mejor forma que aquellos que con dietas restrictivas (hipocalóricas), con fármacos , sin ejercicio y que han bajado de peso.

Ya en el año 1999, Glen Gaesser de la Universidad de Virginia en USA, había publicado aspectos relacionados con estas evidencias vertidas en el congreso de Finlandia.

Textualmente expresa: "ante las hipótesis 1) un bajo índice de masa corporal es optimo para vivir más años y 2) la disminución de peso reduce los índices de enfermedad y de mortalidad". La preponderancia de las evidencias epidemiológicas desgraciadamente no respaldan dichas hipótesis. El Dr. Glessner continua con su análisis: "La pérdida de peso, independiente del índice de masa corporal están asociados con un aumento en las tasas de mortalidad, ya que Primero: Disminuir las posibilidades de enfermar o morir es independiente de la cantidad de peso perdido y Segundo: la reducción de las posibilidades de enfermar o morir son menores cuando aumenta la condición física del individuo que cuando se somete a perdidas intencionadas de peso. Y tercero: las patologías que comúnmente son asociadas a la obesidad (dislipidemias, diabetes, hipertensión, hiperinsulinemia etc..) pueden mejorarse con dieta y ejercicio adecuado independientemente de la pérdida de peso."

Estas evidencias están fundamentadas en más de 157 publicaciones científicas que se encuentran en el centro de ejercicio y nutrición que dirige el fisiólogo Carlos Saavedra y que a su vez organiza la Primera reunión científica sobre Ejercicio y Nutrición y su relación con las enfermedades crónicas modernas mencionadas anteriormente junto al destacado doctor del INTA Erik Díaz.

La importancia de los hábitos sanos de vida en la prevención de la obesidad e independientemente, también de las enfermedades crónicas modernas fueron tratadas en el V Congreso Chileno de Obesidad donde se generaron discusiones muy interesantes moduladas por el presidente de la Sociedad, el médico Alex Valenzuela. Según Saavedra se debería centrar la discusión hoy en ida en diversos aspectos caracterizados por estas preguntas:
  • ¿ es la grasa corporal la directa y sola causa de enfermedades?

  • ¿existen posibles beneficios del sobrepeso y de la obesidad moderada?

  • ¿el hecho de insistir en la baja de peso es más bien una necesidad y un fin estético, biomecánica o realmente de salud?

  • ¿los tratamientos actuales basados en un alto porcentaje en fármacos con efecto secundarios es una alternativa más real de abordaje efectivo al paciente pasando por encima del peso y eficacia que tienen los hábitos alimenticios y de ejercicio adecuado?
Ya en el año 1992 el Dr. Barnard del centro Pritikin de Santa Mónica en California publico en el American Journal of Cardiology un estudio en que demuestra como un plan nutricional y otro de ejercicio llevado a cabo conjuntamente, pueden ser significativamente más eficaces que la disminución de peso y que la ingesta de grasas puede ser más dañina que la grasa que se encuentra en el cuerpo. En dicho estudio se recopilaron datos en más de 4500 hombres y mujeres, en que la mayoría fue catalogado de obeso, que fueron reclutadas en el Centro durante TRES SEMANAS (!) El programa consistió en disminuir la ingesta de grasas, aumentar carbohidratos complejos y fibras. Todo esto acompañado con 45 minutos diarios de ejercicio a frecuencias cardiacas entre el 60 y 90% de la frecuencia cardiaca teórica máxima.
En tres semanas redujeron el colesterol en un 23%,los triglicéridos en un 33%, la presión arterial en un 15% y más del 30% de los sujetos suspendieron la medicación anti-hipertensiva. Entre los hombres y mujeres con diabetes, el 39% de los que se inyectan insulina dejaron la inyección y el 71% de los que tomaban hipoglicemiantes orales dejaron los medicamentos. El 75% de los diabéticos sin fármacos restablecieron los niveles normales de glucosa circulante. Ninguno de los logros del programa se correlacionaron con las bajas de peso que en algunos se experimento y que no fueron mayores al 5% y solo en tres semanas. Este hallazgo sugiere fuertemente que la "normalización" del peso no es necesaria para la normalización de ciertas variables metabólicas.

Definitivamente el problema se presenta al cuerpo médico como lo difícil que es lograr un cambio de hábitos en el paciente pese a que las evidencias indican que los efectos de los fármacos son también poco eficientes ya sea por la duración del efecto y porque sobretodo el 90% de los pacientes vuelven a su peso anterior y también con las alteraciones metabólicas que tenia.

La encrucijada o el dilema se presenta que si bien la solicitud del interesado de bajar de peso es bien por un asunto estético pero también existen evidencias que excesivas bajas de peso poseen riesgos. Por otro lado dolores de columna, rodillas y tobillos están acentuados por el exceso de peso los cuales aminoran cuando al "gordo" se le somete a un plan de fortificación muscular el que a su vez previene y corrige alteraciones metabólicas.!!!!!!!

Sedentarismo

 

Ha sido indicado como uno de los factores de riesgo por la medicina tradicional, sin embargo la ciencia contemporánea lo indica como el factor más importante:
el Dr. Blair del Instituto Cooper de Dallas demostró con experiencias científicamente aceptadas como evidencias de primer nivel (clase A) que los gordos con buenos hábitos alimenticios y buena capacidad física enferman y mueren menos(un 40% menos de posibilidades) que los flacos con mala capacidad física.

¿Prevención o terapia?

Indudablemente que no se puede obviar la terapia, estamos con un 50% de la población enferma pero el pronóstico es muy poco alentador si no se empieza con una campaña de prevención seria y responsable. Los países desarrollados han encontrado luces significativamente importantes en la solución del problema:

1.- Científicos y médicos elaboran pautas de prevención en el Ministerio de Salud (citando profesionales competentes) y se las pasan al Ministerio de Educación para que las difundan a todos los sectores de la población.

2.- Anexan los Ministerios, Institutos o Direcciones de Deportes a los Ministerios de Educación o de Salud con especialistas en Actividad Física formados académicamente en que el hecho de haber jugado al fútbol no es requisito importante o indispensable.(!)

3.- Los profesionales de la nutrición y la medicina prescribe en sus terapias ejercicio físico adecuado, para lo cual se forman y especializan en Fisiología del Ejercicio y los profesores de educación física se especializan en Ejercicio y Salud.

¿Cuánto, cómo y qué ejercicios hacer?

En los últimos 3 años se ha publicado un 1000% (mil por ciento) mas de articulos científicos sobre el tema que en todos los últimos 30 años que los preceden !

Por lo tanto indudablemente que los conocimientos sobre la materia han cambiado. ya no son la transmisión de conocimientos originados por la experiencia de un ex deportista o por la orientación de un dirigente que "le gusta el deporte" o por el nivel académico de un profesional formado hace 10 años que no se ha actualizado formal y académicamente.

Hoy el conocimiento en actividad física surge de la investigación científica y no de la experiencia de uno u otro. Junto a esto los métodos de ejercicios o entrenamiento han variado profundamente y sobre todo la conclusión es que cada individuo de acuerdo a sus condiciones y en relación a los fines u objetivos que se persiguen tiene un método propio y adecuado.

Conclusión

"El ejercicio sin perder peso puede reducir los riesgos de enfermar o morir".

Es el título del artículo del boletín publicado por el National Institutes of Health. Este artículo muestra estudios efectuados en Duke University. en que los sujetos sometidos a ejercicio moderado durante tres meses redujeron masa grasa, no redujeron peso y disminuyeron colesterol malo y aumentaron el HDL, el colesterol bueno. Otro estudio similar llevado a cabo en Finlandia demuestra que sujetos alimentados correctamente y que no modifican su peso inicial, también obtienen efectos positivos en la reducción del colesterol. Por lo tanto Ud. Sr. lector podrá imaginar que haría ejercicio y nutrición juntos aplicados sobre el paciente hipercolesterolémico !!!!! ---


Fuente: sappiens.com

sábado, 10 de septiembre de 2011

Los programas comerciales para perder peso sí funcionan



El apoyo y motivación semanal de los programas para perder peso es importante.
Un estudio sobre las estrategias más efectivas para perder peso encontró que los programas comerciales -como Weight Watchers- son el doble de efectivos que la asesoría tradicional de un médico.
La investigación, que aparece publicada en la revista médica The Lancet, involucró a 772 individuos obesos o con sobrepeso en Australia, Alemania y el Reino Unido.
Encontró que aquellos que fueron inscritos en un programa comercial de pérdida de peso lograron perder en 12 meses el doble de peso que los que recibieron tratamientos convencionales.
Además, el programa también pareció ayudar a reducir los niveles de colesterol y el tamaño de la cintura, disminuyendo el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
El estudio fue llevado a cabo por la doctora Susan Jebb, de la Unidad de Investigación Nutrición Humana del Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido.

Estrategia efectiva

Los resultados, afirma la investigadora, muestran que este tipo de programas de asistencia de pérdida de peso llevados a cabo conjuntamente con los programas de asistencia primaria, podrían ser una estrategia positiva para reducir las enormes tasas de obesidad y sobrepeso que enfrentan muchos países del mundo.
Los programas comerciales para perder peso ofrecen a los participantes, a cambio de una cuota, reuniones semanales en las que se ofrece apoyo, consejos y asesoría, se pesa al participante y se promueve la reducción calórica, la dieta balanceada y el incremento en la actividad física.
Por otra parte, las regulaciones sanitarias de muchos países indican que un médico general debe asesorar a un paciente obeso o con sobrepeso sobre alimentos y actividades que conduzcan a la pérdida de peso.
Los investigadores del MRC querían analizar cuál es la intervención clínica más efectiva para tratar el problema de obesidad. Para ello dividieron a los participantes al azar en dos grupos.
El primero recibió una afiliación de doce meses al programa de Weight Watchers de su localidad. Y el segundo fue asignado a la asesoría convencional de asistencia primaria que ofrecen las clínicas de salud general.
Después de 12 meses, los resultados mostraron que los individuos que habían participado en el programa comercial perdieron en promedio 5,06 kilos.
Los que recibieron consejos de su médico perdieron 2,2 kilos en promedio.
Además, los individuos del primer grupo mostraron una reducción de 5,60 centímetros en la circunferencia de su cintura, comparado con 3,16 en el grupo que recibió asesoría de su médico general.
Ambos grupos mostraron menores niveles de presión arterial.

Apoyo y motivación

Joven obeso

El estilo de vida ha provocado una epidemia de obesidad en el mundo.
Tal como señalan los autores "las pérdidas de peso similares que se lograron en Australia, Alemania y el Reino Unido implican que este programa comercial, en asociación con los servicios de salud primaria, es una intervención robusta que podría generalizarse en otros países económicamente desarrollados".
"La mayor pérdida de peso de los participantes asignados al programa comercial estuvo acompañado de mayores reducciones en la circunferencia de la cintura y la masa de grasa que en los participantes asignados a los servicios convencionales".
"Se esperaría que estas reducciones conduzcan a una disminución en el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular" agregan.
Los investigadores creen que la motivación y el apoyo que ofrecen semanalmente los programas comerciales de pérdida de peso tienen un impacto importante en el paciente.
Pero ahora, dicen, se necesitarán más estudios para determinar si este apoyo y motivación de grupo ayudan también a mantener a largo plazo el bajo peso corporal logrado.
Sin embargo, tal como señalan otros expertos, un obstáculo importante para el establecimiento más amplio de esta estrategia es su alto costo.
No todos los países, principalmente aquéllos en desarrollo donde el problema de la obesidad se está incrementando de forma alarmante, serían capaces de financiarlos.

Fuente: BBC Salud

lunes, 18 de julio de 2011

Los occidentales están programados para ser gordos y beber alcohol



Gordo bebiendo cerveza

Los científicos encontraron un apagador genético que controla el ansia por alcohol y comida chatarra.
Los investigadores de la Universidad de Aberdeen, que llevaron a cabo un análisis de ADN de europeos y asiáticos, encontraron que los primeros parecen tener genes que los impelen a "atiborrarse" de comida chatarra y alcohol.
Estos genes, explica el doctor Alasdair MacKenzie, quien dirigió la investigación, controlan un "apagador" genético, un fragmento de ADN que "enciende" y "apaga" a los genes en las células, en particular a un gen, llamado galanina.
Estudios en el pasado han mostrado que la galanina, un compuesto químico cerebral que actúa en la región del hipotálamo en el cerebro, es crucial para determinar el apetito por los carbohidratos y los alimentos ricos en grasas.
"Este apagador genético controla áreas del cerebro que nos permiten seleccionar los alimentos que nos gustaría comer y si se enciende excesivamente tenemos más probabilidades de sentir ansia por alimentos grasos y alcohol" explica el profesor MacKenzie.

¿Programados a ser gordos?

La investigación, publicada en Journal of Neuropsychopharmocology (Revista de Neuropsicofarmacología), descubrió que este apagador es menos activo en la gente de origen asiático que en la de origen europeo.
El hecho de que el apagador más débil esté presente con más frecuencia entre los asiáticos que los europeos, sugiere que aquéllos están menos predispuestos a seleccionar las opciones menos sanas.
Los niveles de obesidad se han incrementado drásticamente en gran parte del mundo occidental desde los años setenta.
Quizás la predisposición genética, afirman los expertos, podría ser, en parte, una explicación de la epidemia.
Pero tal como lo reconoce el profesor MacKenzie, el ambiente también es importante porque cuando un habitante de oriente se adapta a una nueva cultura de occidente puede terminar con los mismos problemas de su nuevo entorno.
Los investigadores creen que el hecho de que en la época prehistórica los habitantes europeos tuvieron que sobrevivir largos y duros inviernos a base de bebidas elaboradas y alimentos ricos en grasas, pudo haberlos programado genéticamente, por medio de la selección natural, a adquirir el gusto por estos productos.
"Estos resultados nos permiten echar un vistazo a la vida de los primeros europeos donde los productos lácteos y elaborados eran fuentes importantes de calorías durante los meses de invierno" dice el científico.
"De esta forma, la preferencia por alimentos con un alto contenido de grasa y bebidas con alto contenido de alcohol pudo haber sido muy importante para la supervivencia".
En esa época, agrega el investigador, el efecto negativo de la grasa y el alcohol que vemos hoy no importaba mucho porque de cualquier forma la gente no sobrevivía más de 30 o 40 años.

Depresión

Hombre comiendo hamburguesa
El gen de la galanina controla el apetito por carbohidratos en el cerebro.
La investigación también encontró que ciertos cambios en este mismo apagador están vinculados a la depresión.
Esto, dicen los científicos, podría deberse a que la galanina también se produce en la amígdala, la región cerebral que controla la ansiedad y el miedo.
Y creen que podría ser posible cambiar esta programación genética, no sólo por los productos insanos sino también por el estado emocional del individuo.
"Quizás cambiando los niveles de galanina en la amígdala podría haber un efecto en el estado emocional de un individuo" dice Alasdair MacKenzie.
"Nos sorprendió ver que el mismo apagador también es activo en la amígdala" agrega.
"Un estudio previo llevado a cabo en el Instituto de Psiquiatría de Londres mostró que el gen de la galanina está vinculado a la depresión, y nosotros demostramos que ese mismo gen tiene un vínculo muy fuerte con nuestro apagador" señala.
El hallazgo, dicen los científicos, podría potencialmente conducir al desarrollo de una nueva generación de fármacos antidepresivos dirigidos específicamente a este apagador.
Y serían medicamentos que no sólo actuarían sobre el estado de ánimo sino también sobre la ansiedad de consumir alimentos grasos y alcohol.
Fuente: BBC

martes, 5 de julio de 2011

¿Por qué son adictivas las papas fritas?

 Según un estudio, ingerir estos alimentos grasos hace que el intestino produzca una sustancia parecida a los compuestos de la marihuana.
Una nueva investigación de la Universidad de California descubrió que los alimentos ricos en grasas -como las papas fritas- no solo contribuyen al aumento de peso y la obesidad, sino también que son más difíciles de resistir.
Pero los responsables de esta ‘adicción’ no son los carbohidratos que contienen. Lo que vuelve a estos alimentos irresistibles es que nuestro intestino produce una sustancia similar a los compuestos de la marihuana y que despierta un apetito insaciable.
Los endocanabinoides se producen solo cuando consumimos alimentos grasos. Los encargados del estudio afirmaron en la publicación Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), que el hallazgo conduciría a una estrategia para reducir el ansia por estas comidas bloqueando la producción de dichas sustancias.
Los endocanabinoides son un grupo de moléculas grasas que están relacionadas en varios procesos fisiológicos, como el apetito, la sensación de dolor, la memoria y el estado de ánimo. Son sustancias similares al cannabis, pero producidas de forma natural por el propio organismo.
Fuente : El Comercio Perú

sábado, 25 de junio de 2011

Comer mucho yogur y frutos secos sirve para bajar de peso, dice estudio

Mujer comiendo yogur



Si quiere mantenerse delgado, consuma grandes porciones de yogur y frutos secos de cáscara dura, dicen científicos.
A largo plazo las grandes porciones de yogur ayudan a bajar de peso.
Un estudio llevado a cabo en la Escuela de Salud Pública de Harvard, encontró que la gente que incrementa su consumo de alimentos ricos en fibra, como almendras, nueces, pistachos, manís y otros frutos secos de cáscara dura, fruta, yogur y vegetales, realmente baja de peso.
Los científicos encontraron que entre más productos sanos comemos, más peso perdemos a largo plazo.
Pero el producto que parece provocar la mayor pérdida de peso, dicen, es el yogur.
En la investigación, publicada en New England Journal of Medicine (Revista de Medicina de Nueva Inglaterra), participaron casi 120.000 personas, la mayoría mujeres.
El estudio siguió un registro de los participantes durante más de 20 años para poder cuantificar el efecto del consumo de determinados tipos de alimentos en la pérdida o aumento de peso corporal.
Quizás no sorprende que el alimento asociado al mayor incremento de peso fueron las papas fritas. Cada porción adicional diaria de papas fritas produjo un aumento de más de 1,40 kilos cada cuatro años durante el período del estudio.
Se encontraron resultados similares con el consumo de porciones adicionales de papas de bolsa, bebidas azucaradas y carne.

Por otra parte, los productos que lograron una reducción en el peso corporal fueron los sanos, como fruta, frutos secos de cáscara dura, granos integrales, vegetales y yogur.
Pero lo que sorprendió a a los investigadores fue que el consumo de porciones adicionales de yogur y frutos secos de cáscara dura cada día tuvo un mayor impacto en la pérdida de peso que el consumo de fruta y vegetales.
Esto, creen los científicos, quizás se debe a que con los primeros la gente se siente más satisfecha durante más tiempo.
Por ejemplo, una porción adicional de yogur condujo a una pérdida de 0,37 kilos de peso, y con una porción de vegetales la pérdida fue de 0,1 kilos.
Con los frutos secos de cáscara dura la pérdida de peso fue de 0,26 kilos, con fruta de 0,22 kilos y con granos integrales de 0,17 kilos.
El profesor Dariush Mozaffarian, quien dirigió el estudio, cree que la explicación de este efecto podría estar en el contenido de fibra de estos alimentos.
"Su asociación inversa con el aumento de peso sugiere que el incremento en su consumo redujo el consumo de otros alimentos de más calorías, lo cual disminuyó la cantidad general de energía consumida" dice el investigador.
"El mayor contenido de fibra y el menor tiempo de digestión de estos alimentos quizás incrementan la saciedad, y su mayor consumo podría estar desplazando en la dieta a otros productos altamente procesados" agrega.

Fuente BBC Salud