
- En
los últimos veinte años, el porcentaje de adultos y niños con exceso de
peso y obesos ha ido aumentando constantemente (vea la pregunta 2).
- La falta de actividad física está relacionada físicamente con la obesidad (vea la pregunta 3).
- Además
de aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas coronarias, de ataque
cerebral, alta presión arterial y diabetes, la obesidad aumenta el
riesgo de cánceres de seno (después de la menopausia), de endometrio (el
revestimiento del útero), de colon, riñón y de esófago (vea las preguntas 4, 6 a 10).
- Evitar
el aumento de peso puede hacer que disminuya el riesgo de cánceres de
seno (después de la menopausia), de endometrio, de colon, de riñón y de
esófago (vea la pregunta 13).
- La actividad física regular disminuye el riesgo de cánceres de colon y de seno (vea la pregunta 15).
- ¿Qué es la obesidad? Las
personas obesas tienen una proporción anormalmente elevada y nociva de
grasa en el cuerpo. Para medir la obesidad, los investigadores usan
ordinariamente una fórmula que se basa en el peso y la estatura, lo cual
se conoce como índice de masa corporal (IMC). El índice de masa
corporal es la relación de peso (en kilogramos) a estatura (en metros)
al cuadrado. El índice de masa corporal proporciona una medida más
exacta de obesidad o de exceso de peso que el peso solo.
Las
pautas establecidas por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH)
ponen a los adultos de 20 años y más en una de las cuatro categorías
basándose en su índice de masa corporal (1):
menor que 18,5 | Peso bajo |
mayor que 30 | Obesidad |
Las
tablas siguientes (ya sea en kilos y centímetros o libras y pies)
pueden usarse para determinar la categoría del índice de masa corporal.
(Encuentre la altura y siga sobre el mismo renglón hasta llegar al peso
correspondiente).


Comparados
con la gente de la categoría de peso normal, quienes tienen exceso de
peso o son obesos tienen un riesgo mayor de muchas enfermedades,
incluyendo diabetes, presión arterial alta, enfermedades
cardiovasculares, ataque cerebral y algunos cánceres. La obesidad reduce
la expectativa de vida.
- ¿Qué tan comunes son el exceso de peso o la obesidad? Los resultados de la Encuesta Nacional de 1999 a 2000 de Análsis de Nutrición y Salud, 1999–2000 National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), indican que aproximadamente un 64 por ciento de adultos de los Estados Unidos tienen exceso de peso o son obesos (2).
Esto representa un aumento de 8 puntos de porcentaje comparados con los
cálculos de una encuesta anterior (NHANES III 1988–1994).
Casi
una tercera parte de todos los adultos están clasificados ahora como
obesos. Esto refleja un aumento de 7,6 puntos de porcentaje desde 1994 (2).
Los datos indican que 31 por ciento de los adultos de 20 años y más,
casi 59 millones de personas, tienen un índice de masa corporal de 30 o
más, comparados con 23 por ciento en 1994.
Además, el porcentaje
de niños con exceso de peso sigue aumentando. Entre niños y adolescentes
de 6 a 19 años, 15 por ciento (casi 9 millones) tienen exceso de peso
de acuerdo a los datos de 1999–2000, o tres veces la proporción de 1980 (3).
- ¿Qué causa obesidad? Los
expertos han concluido que las causas principales de la obesidad son el
estilo de vida sedentario y el consumo excesivo de alimentos ricos en
calorías (4):
- Estilo de vida sedentario —Los investigadores han encontrado una fuerte correlación entre la falta de actividad física y la obesidad (4, 5).
- Dieta —Una dieta rica en calorías o grasas parece ser un factor importante de obesidad (6).
- ¿Qué han aprendido los científicos acerca de la relación entre la obesidad y el cáncer? En
2001, los expertos concluyeron que los cánceres de colon, seno
(posmenopáusico), endometrio (el revestimiento del útero), riñón y
esófago están relacionados con la obesidad. Algunos estudios han también
indicado que existen enlaces entre la obesidad y los cánceres de
vesícula biliar, ovarios y páncreas (4).
La
obesidad y la inactividad física pueden ser responsables de un 25 a un
30 por ciento de varios cánceres principales: colon, seno
(posmenopáusico), endometrio, riñón y cáncer de esófago (4).
Evitar
subir de peso puede reducir el riesgo de muchos cánceres. Los expertos
recomiendan que uno establezca la costumbre de comer sanamente y de
tener actividad física cuando se es joven para evitar el exceso de peso y
la obesidad. A quienes ya tienen exceso de peso o son obesos se les
recomienda que eviten subir más de peso y que bajen de peso por medio de
una dieta baja en calorías y de ejercicio. Aun bajar de peso sólo un 5 o
10 por ciento del peso total puede proporcionar beneficios para la
salud (4).
- ¿Cuántas personas padecen de cáncer por exceso de peso o por ser obesas? ¿Cuántas mueren? En
2002, se calculó que cerca de 41.000 nuevos casos de cáncer en los
Estados Unidos se debieron a la obesidad. Esto quiere decir que cerca de
3,2 por ciento de todos los casos nuevos de cáncer estaban relacionados
con la obesidad (7).
Un
informe reciente calculó que, en los Estados Unidos, 14 por ciento de
las muertes por cáncer en hombres y 20 por ciento de las muertes en
mujeres se debieron al exceso de peso y a la obesidad (8).
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de seno? El
efecto de la obesidad sobre el riesgo de cáncer de seno depende del
estado menopáusico de la mujer. Antes de la menopausia, las mujeres
obesas tienen un riesgo menor de padecer cáncer de seno que las mujeres
de peso saludable (4, 9, 10, 11, 12). Sin embargo, después de la menopausia, las mujeres obesas tienen 1,5 veces el riesgo de mujeres de peso saludable (9, 10, 13, 14).
Las
mujeres obesas tienen también un riesgo mayor de morir por cáncer de
seno después de la menopausia comparadas con mujeres delgadas (4, 11, 15, 16).
Los científicos calculan que cerca de 11.000 a 18.000 muertes por año
por cáncer de seno en mujeres estadounidenses mayores de 50 años podrían
evitarse si las mujeres pudieran mantener un IMC abajo de 25 durante
toda su vida adulta (16).
La
obesidad parece aumentar el riesgo de cáncer de seno sólo entre mujeres
posmenopáusicas que no usan hormonas para la menopausia. De las mujeres
que usan hormonas para la menopausia, no existe una diferencia
importante en el riesgo de cáncer de seno entre las mujeres obesas y las
de peso saludable (4, 9, 11, 17).
Tanto
el riesgo mayor de padecer cáncer de seno como morir por él después de
la menopausia se cree que se deben a los niveles más altos de estrógeno
en las mujeres obesas (18).
Antes de la menopausia, los ovarios son la fuente principal de
estrógeno. Sin embargo, el estrógeno se produce también en tejido graso
y, después de la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir
hormonas, el tejido graso pasa a ser la fuente más importante de
estrógeno (14).
Los niveles de estrógeno en mujeres posmenopáusicas son 50 a 100 por
ciento más elevados entre mujeres pesadas que entre mujeres delgadas (11).
Los tejidos sensibles al estrógeno están expuestos por lo tanto a más
estímulo de estrógeno en mujeres pesadas, lo que lleva a un crecimiento
más rápido de tumores de seno que responden al estrógeno.
Otro
factor relacionado con tasas de mortalidad más elevadas por cáncer de
seno en mujeres obesas es que el cáncer de seno es más posible que se
detecte en una etapa más tardía en mujeres obesas que en mujeres
delgadas. Esto es porque la detección de un tumor de seno es más difícil
en mujeres obesas que en mujeres delgadas (12).
Los
estudios de obesidad y cáncer de seno en mujeres de minorías en Estados
Unidos han sido limitados. Existe alguna evidencia que, entre mujeres
afroamericanas, el riesgo relacionado con la obesidad puede estar
ausente o ser menor que el de otras poblaciones (19, 20, 21).
Sin embargo, un informe reciente indicó que las mujeres afroamericanas
con un IMC elevado tienen más probabilidad de estar en una etapa
avanzada de cáncer de seno al momento del diagnóstico (22).
Otro informe indicó que mujeres blancas hispanas obesas tenían una
probabilidad dos veces mayor de padecer cáncer de seno que las mujeres
hispanas no obesas, pero los investigadores no detectaron una diferencia
en el riesgo de mujeres hispanas obesas antes y después de la
menopausia (23).
Se
ha encontrado que subir de peso durante la vida adulta es el indicador
más consistente y más fuerte de riesgo de cáncer de seno en estudios en
los que se ha examinado (4, 10, 11, 24).
La
distribución de la grasa en el cuerpo puede afectar también el riesgo
de cáncer de seno. Las mujeres que tienen una gran cantidad de grasa en
el abdomen tienen un riesgo mayor de cáncer de seno que aquéllas cuya
grasa está distribuida sobre las caderas, las nalgas y las extremidades
inferiores (13, 25, 26).
Los resultados de estudios sobre el efecto de grasa abdominal son menos
consistentes que los estudios sobre el aumento de peso o sobre el IMC.
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de útero? La
obesidad ha sido relacionada consistentemente con el cáncer de útero
(de endometrio). Las mujeres obesas tienen de dos a cuatro veces mayor
riesgo de padecer la enfermedad que las mujeres de un peso saludable,
sin importar el estado de menopausia (4, 27, 28, 29, 30). También se ha demostrado un riesgo mayor entre mujeres con exceso de peso (28, 30).
Se ha calculado que la obesidad es responsable de cerca de 40 por
ciento de los casos de cáncer de endometrio en sociedades opulentas (31).
No
es claro por qué la obesidad es un factor de riesgo de cáncer de
endometrio; sin embargo, se ha sugerido que la exposición durante toda
la vida a las hormonas y los niveles elevados de estrógeno e insulina en
mujeres obesas pueden ser factores contribuyentes (4, 27, 28, 29, 32).
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de colon? El cáncer de colon ocurre con más frecuencia en gente obesa que en gente con peso saludable (4, 33, 34, 35, 36, 37). Se ha reportado consistentemente un riesgo mayor de cáncer de colon en hombres con índices de masa corporal elevados (34, 37, 38). La relación entre el IMC y el riesgo en mujeres, sin embargo, se ha encontrado que es más débil (4, 34, 38) o que no existe (39).
Al contrario del cáncer de seno y de endometrio, el estrógeno parece ser protector para cáncer de colon en mujeres en general (40).
Sin embargo, la obesidad y el estado de estrógeno también interactúan
en su influencia sobre el riesgo de cáncer de colon. Las mujeres con un
alto índice de masa corporal que son premenopáusicas o posmenopáusicas y
que toman estrógenos tienen un riesgo mayor de cáncer de colon
semejante al que se ve en hombres con un alto índice de masa corporal.
Por el contrario, mujeres con un alto IMC que han pasado por la
menopausia y que no toman estrógenos no tienen un riesgo mayor de cáncer
de colon (41).
Existe alguna evidencia de que la obesidad abdominal puede ser más importante en el riesgo de cáncer de colon (37, 38).
En hombres, un índice de masa corporal tiende a estar relacionado con
grasa en el abdomen. En mujeres, es más probable que la grasa esté
distribuida en las caderas, muslos y nalgas. De esta manera, dos medidas
de grasa abdominal: relación de cintura a cadera o circunferencia de la
cintura, pueden ser mejores indicadores de riesgo de cáncer de colon.
Sin embargo, pocos estudios han comparado hasta ahora las relaciones
cintura a cadera con el riesgo de cáncer de colon en mujeres. Un estudio
que sí encontró un riesgo mayor de cáncer de colon entre mujeres con
proporciones de cintura a cadera encontró que la relación estaba
presente sólo entre mujeres inactivas, sugiriendo que altos niveles de
actividad física pueden contrarrestar los efectos de mayor grasa
abdominal (42).
Se
han propuesto algunos mecanismos para el efecto adverso de la obesidad
en el riesgo de cáncer de colon. Una de las principales hipótesis es que
los niveles elevados de insulina o de los factores de crecimiento
relacionados con la insulina en la gente obesa podrían promover el
desarrollo de tumores (4, 43, 44).
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de riñón? Estudios
han encontrado con consistencia un enlace entre un tipo de cáncer de
riñón (carcinoma de células renales) y la obesidad en mujeres (4, 30, 45, 46, 47, 48);
habiendo algunos estudios encontrado que el riesgo entre mujeres obesas
es dos a cuatro veces mayor que el riesgo de mujeres con peso
saludable.
Los resultados de estudios que incluyen a hombres han
sido más variables, yendo desde una relación semejante a la que se ve en
mujeres (30, 46, 49), a una relación débil (48, 50, 51), o a ninguna relación (45).
Un meta-análisis, (en donde varios estudios se combinan en un informe
único) el cual encontró una relación igual de riesgo entre hombres y
mujeres, calculó que el riesgo de cáncer de riñón es 36 por ciento más
alto en una persona con exceso de peso y 84 por ciento más alto en una
persona obesa comparadas con personas de peso saludable (52).
Los
mecanismos por los que la obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer
de células renales no se entienden bien. Una mayor exposición a los
esteroides sexuales, estrógeno y andrógeno, es un mecanismo posible (4).
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de esófago o de estómago? Los
individuos con exceso de peso y obesos tienen dos veces más
probabilidad que las personas con peso saludable de padecer un tipo de
cáncer de esófago llamado adenocarcinoma de esófago (4, 53, 54, 55, 56).
Se ha encontrado un aumento menor en el riesgo de cáncer del cardias
gástrico, un tipo de cáncer de estómago que empieza en el área del
estómago próxima al esófago (54, 55, 56, 57).
La mayoría de los estudios no han observado aumentos en el riesgo con
obesidad en otro tipo de cáncer de esófago: cáncer de células escamosas.
Un riesgo mayor de adenocarcinoma de esófago también se ha relacionado
con un aumento de peso, fumar, y tener menos de 59 años de edad (54, 57).
Los
mecanismos por los que la obesidad aumenta el riesgo de adenocarcinoma
de esófago y del cardias gástrico no se entienden bien. Uno de los
mecanismos principales que se proponen ha sido que los aumentos del
reflujo gástrico debido a la obesidad pueden aumentar el riesgo. Sin
embargo, en los pocos estudios que han examinado este asunto, el riesgo
relacionado con el IMC era semejante para quienes tenían reflujo
gástrico o no (56).
- ¿Aumenta la obesidad el riesgo de cáncer de próstata? De más de 35 estudios sobre el riesgo de cáncer de próstata, la mayoría concluyen que no hay una relación con la obesidad (4, 44, 58, 59, 60).
Algunos reportan que los hombres obesos tienen un riesgo mayor que los
hombres de peso saludable, particularmente para tumores más agresivos (61, 62, 63).
Un estudio encontró un mayor riesgo entre hombres con proporciones
elevadas de cintura a caderas, lo cual sugiere que la grasa abdominal
podría ser una medida más apropiada de tamaño del cuerpo en relación con
el cáncer de próstata (64).
Los estudios que examinan el IMC y la mortalidad por cáncer de próstata han tenido resultados conflictivos (8, 65, 66).
A
pesar de la falta de relación entre la obesidad y la incidencia de
cáncer de próstata, algunos estudios han examinado factores biológicos
potenciales que están relacionados con la obesidad, como los factores de
crecimiento relacionados con la insulina, leptina y otras hormonas. Los
resultados de estos estudios son inconsistentes pero, generalmente, el
riesgo se ha relacionado a hombres con niveles más altos de leptina (67), insulina (68), y IGF–1 (factor-1 de crecimiento como la insulina) (69).
- ¿Existe alguna evidencia de que la obesidad está relacionada con el cáncer de vesícula biliar, de ovarios o de páncreas? Se ha encontrado un riesgo mayor de cáncer de vesícula biliar relacionado con la obesidad, especialmente entre mujeres (70, 71, 72).
Esto puede deberse a la frecuencia más alta de cálculos en la vesícula
en individuos obesos, ya que los cálculos son considerados como un
factor fuerte de riesgo de cáncer de vesícula biliar. Sin embargo, no
existe suficiente evidencia para sacar conclusiones firmes.
No es
claro si la obesidad afecta el riesgo de cáncer de ovarios. Algunos
estudios reportan un riesgo mayor entre mujeres obesas (73, 74, 75), mientras que otros no han encontrado una relación (76, 77).
Un informe reciente encontró un riesgo mayor en mujeres que tenían
exceso de peso o eran obesas en la adolescencia o de adultas jóvenes; no
se encontró un riesgo mayor en mujeres obesas de más edad (78).
Estudios que evalúan la relación entre la obesidad y el cáncer de páncreas han sido inconsistentes (79, 80, 81, 82).
Un estudio reciente encontró que la obesidad aumenta el riesgo de
cáncer de páncreas sólo en aquellos que no son activos físicamente (80).
Un meta-análisis reciente reportó que la gente obesa tiene un riesgo 19
por ciento mayor de cáncer de páncreas que quienes tienen un IMC
saludable. Los resultados, sin embargo, no fueron conclusivos (83).
- ¿Disminuye el riesgo de cáncer si se evita subir de peso? La
forma más conclusiva de probar si al evitar subir de peso disminuirá el
riesgo de cáncer es mediante un estudio clínico controlado. En la
actualidad, no ha habido estudios clínicos controlados sobre el efecto
en el cáncer relacionado con evitar subir de peso. Sin embargo, muchos
estudios de observación han indicado que evitando subir de peso
disminuye el riesgo de cánceres de colon, de seno (después de la
menopausia), endometrio, riñón y de esófago. Existe evidencia limitada
para cánceres de tiroides, y no hay evidencia substancial para todos los
otros cánceres (4, 84).
- ¿Disminuye el riesgo de cáncer si se baja de peso? No
existe suficiente evidencia de que bajar intencionalmente de peso
afectará el riesgo de cáncer para ningún tipo de cáncer. Un número muy
limitado de estudios de observación han examinado el efecto de bajar de
peso, y unos pocos encontraron un riesgo menor de cáncer de seno en
mujeres que han bajado de peso. Sin embargo, la mayoría de estos
estudios no han podido evaluar si el bajar de peso fue intencional o
estaba relacionado con otros problemas de salud (4, 24, 25, 85).
Un
estudio reciente que examinó el efecto de bajar de peso
intencionalmente encontró que las mujeres que experimentaron bajar de
peso intencionalmente de 20 a más libras y que no tenían exceso de peso
al presente tenían tasas de cáncer al nivel de mujeres sanas que nunca
bajaron de peso. Sin embargo, episodios de pérdida de peso no
intencionales no estuvieron relacionados con un menor riesgo de cáncer (86).
- ¿Disminuye el riesgo de cáncer la actividad física regular? No
ha habido estudios clínicos controlados sobre el efecto de la actividad
física regular en el riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, estudios de
observación han examinado la posible relación entre la actividad física
y un riesgo menor de padecer cáncer de colon o de seno:
- Cáncer de colon:
En 2002, una revisión mayor de estudios de observación encontró que la
actividad física redujo el riesgo de cáncer de colon en un 50 por
ciento. Esta reducción ocurrió aun con niveles moderados de actividad
física (4).
Por ejemplo, un estudio indicó que aun ejercicio moderado, como caminar
vigorosamente 3 o 4 horas a la semana, puede hacer disminuir el riesgo
de cáncer de colon (42).
Un
número limitado de estudios han examinado el efecto de la actividad
física en el riesgo de cáncer de colon tanto para gente delgada como
para gente obesa. La mayoría de estos estudios han encontrado un efecto
protector de la actividad física a través de todos los niveles de IMC (4).
- Cáncer de seno:
El tipo de relación entre la actividad física y el riesgo de cáncer de
seno es algo diferente. La mayoría de los estudios sobre el cáncer de
seno se han enfocado en las mujeres posmenopáusicas. Un estudio reciente
de la Iniciativa para la Salud de la Mujer, Women's Health Initiative,
encontró que la actividad física entre mujeres posmenopáusicas a un
nivel de caminar cerca de 30 minutos al día estaba relacionado con una
reducción de un 20 por ciento en el riesgo de cáncer de seno. Sin
embargo, esta reducción en el riesgo era mayor entre mujeres que tenían
un peso normal. Para estas mujeres, la actividad física estaba
relacionada con un 37 por ciento de disminución en el riesgo. El efecto
protector de la actividad física no se encontró entre mujeres obesas o
con exceso de peso (87).
- ¿Qué mecanismos biológicos se piensa que están implicados al explicar el enlace entre la obesidad y el cáncer? El
mecanismo biológico que explica en qué forma la obesidad aumenta el
riesgo de cáncer puede ser diferente para cánceres diferentes. (Vea las preguntas 6 a 11).
No se conocen los mecanismos exactos de ninguno de los cánceres. Sin
embargo, los mecanismos posibles son las alteraciones de las hormonas
sexuales (p. ej., estrógeno, progesterona y andrógenos), y la insulina y
el IGF–1 en gente obesa que pueden ser responsables de su mayor riesgo
para cánceres de seno, endometrio y colon. La globulina que se liga a
las hormonas sexuales, la proteína portadora principal de ciertas
hormonas sexuales en el plasma, puede estar también implicada en el
riesgo alterado para estos cánceres en gente obesa (4, 32, 58, 88).
- ¿Cuáles son las necesidades actuales de investigación? Aunque
ha habido investigación extensa en grandes poblaciones que se ha fijado
en el enlace posible entre la obesidad y el cáncer, pocos estudios
clínicos han estudiado el efecto del control de peso, actividad física y
equilibrio de energía (las calorías que se consumen comparadas con las
calorías que se gastan) sobre el cáncer. Para algunos cánceres, como el
cáncer de colon y de seno, no es claro si el riesgo mayor de cáncer en
gente obesa se debe al peso en exceso; a una dieta elevada en grasa, en
calorías; a falta de actividad física, o a una combinación de estos
factores.
El informe del 2002 de la Agencia Internacional para Investigación sobre el Cáncer, International Agency for Research on Cancer (IARC), sobre el control de peso, actividad física y cáncer (4) hizo varias recomendaciones de estudios para el futuro:
- Conducir
estudios de intervención a largo plazo acerca del efecto de cambios en
la dieta sobre el aumento de peso y el riesgo de cáncer;
- Conducir
estudios de intervención a largo plazo acerca del efecto de formas de
actividad física (intensidad, frecuencia y duración de varios tipos de
actividad física) en relación con el aumento de peso y el riesgo de
cáncer;
- Conducir estudios de intervención a largo plazo
sobre los efectos combinados de cambios en la dieta y actividad física
sobre la obesidad y el riesgo de cáncer; y
- Conducir estudios de intervención en la comunidad para prevenir el aumento de peso y fomentar la actividad física.
Varios
reportes internacionales han concluido que el control de la epidemia de
obesidad requiere inversiones substanciales por parte de muchos
segmentos de la sociedad. Los esfuerzos para aumentar la actividad
física y promover una alimentación saludable son necesarios en las
familias, en las guarderías infantiles, escuelas y lugares de trabajo.
Los esfuerzos de los servicios para la comunidad como asistencia
sanitaria y educación pública son necesarios, así como sistemas de
transporte que fomentan caminar y el uso de bicicletas (4).
- ¿Está el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) estudiando en la actualidad la conexión posible entre la obesidad y el cáncer? Varios
estudios financiados por el NCI están investigando la relación entre la
obesidad y el cáncer, incluyendo cánceres de seno, de ovarios,
endometrio, próstata, colorrectal y de esófago. Algunos de los estudios
con mujeres son los siguientes:
- El Estudio
sobre Cáncer de Seno y de Endometrio “Four Corners” está enfocándose en
los efectos de la obesidad y los cambios de peso sobre el riesgo de
cáncer de seno y de endometrio entre mujeres hispanas, nativas
americanas y blancas no hispanas (89).
- Un
estudio de mujeres blancas, afroamericanas y latinas está investigando
si el consumo de fitoestrógeno puede modificar el riesgo de cáncer de
endometrio relacionado con la obesidad (90).
- El
Estudio de la Salud de la Mujer Negra está considerando el efecto de
los factores del riesgo, incluyendo la obesidad, sobre el riesgo de
cáncer de seno (91). El
Estudio de Salud, Alimentación, Actividad y Estilo de Vida y el
Pronóstico del Cáncer de Seno, (HEAL), está examinando las
interrelaciones entre dieta, peso, actividad física, hormonas,
pronóstico de cáncer de seno y calidad de vida en una muestra de 1200
supervivientes de cáncer de seno
(http://appliedresearch.cancer.gov/surveys/heal/).
La
Division de Epidemiología y Genética del Cáncer (DCEG), una de las
divisiones internas de investigación del NCI, está conduciendo una serie
de estudios epidemiológicos a gran escala sobre la influencia de la
obesidad y de inactividad física sobre varios cánceres principales.
Estos incluyen estudios de muestras dentro de estudios clínicos, como el
Estudio de Alfa Tocoferol y Beta-Caroteno; el Estudio de Cáncer de
Próstata, de Pulmón, de Colon y Recto y de Ovarios; y el Estudio de
Prevención de Pólipos. Además, la DCEG está estudiando el equilibrio de
energía en estudios de muestras y de control de casos en Suecia, China y
los Estados Unidos; estos son el Estudio de Dieta y Salud NIH-AARP
(Institutos Nacionales de la Salud y Asociación Americana de Personas
Jubiladas), un estudio de muestra prospectivo de nutrición en relación
con los cánceres principales entre más de medio millón de hombres y
mujeres estadounidenses, y el Consorcio de Muestras, Cohort Consortium,
un proyecto nuevo que combina varios estudios prospectivos de muestras
de todo el mundo, reuniendo información sobre los factores relacionados
con el balance de energía de cada muestra.
El Instituto Nacional
del Cáncer está también desarrollando y apoyando iniciativas de
investigación para mejorar la medida de la dieta y la actividad física
en la población, para entender los conocimientos y prácticas de los
profesionales de la salud acerca del tratamiento de la obesidad, y
apoyar el establecimiento de centros de nutrición energéticos y
actividad física y resultados de cáncer. Algunas de estas iniciativas
son copatrocinadas con otras dependencias de los Institutos Nacionales
de la Salud (NIH) (http://grants.nih.gov/grants/guide/pa-files/PA-01-017.html).
Otros
estudios que se llevan a cabo o son financiados por el Instituto
Nacional del Cáncer usan modelos animales para estudiar la obesidad y el
cáncer. Uno de esos estudios está examinando el papel de la masa de
grasa corporal sobre el avance del cáncer en un modelo de ratón de
cáncer de próstata. El Centro de Investigación en Oncología (Center for Cancer Research),
una de las divisiones internas de investigación, está llevando a cabo
estudios que examinan los mecanismos de modulación de energía,
específicamente la restricción calórica, el ayuno, la actividad física,
la obesidad inducida por dieta y la obesidad inducida genéticamente,
usando con frecuencia modelos animales de cáncer.
El NCI está
apoyando el entrenamiento de científicos nuevos por medio de programas
como el de Capacitación en Nutrición y Obesidad de la Universidad de
California en Los Angeles, y subvenciones individuales a nuevos
científicos, que están estudiando tópicos como el tratamiento
culturalmente efectivo para el control de peso y de fumar; exploración e
intervención en el aumento de peso relacionado con quimioterapia
adyuvante para cáncer de seno; y tejido adiposo del vientre y neoplasia
colorrectal.
Ya que la distribución de los resultados de
investigación es importante, NCI tiene programas en curso para pasar a
la práctica la investigación relacionada con la obesidad. Por ejemplo,
la División de Control de Cáncer y Ciencias de Población está apoyando
la integración de la dieta y ciencia de la actividad física hacia un
planteamiento comprensivo de control de cáncer. El programa de control
de cáncer PLANET (Plan, Link, Act, Network With Evidence-Based Tools
(Planificar, enlazar, actuar, relacionar con herramientas basadas en la
evidencia)) proporciona acceso a datos y recursos que pueden ayudar a
los planificadores, al personal de los programas y a los investigadores a
diseñar, poner en funcionamiento y evaluar programas de control de
cáncer que se basan en la ciencia. Los módulos en PLANET incluyen
información científica sobre intervenciones relacionadas con la dieta,
la actividad física y el programa del NCI 5 A Day For Better Health (5 al Día Para una Mejor Salud) (http://www.fruitsandveggiesmatter.gov/),
el cual ha incluido mensajes sobre la importancia de mantener un peso
saludable y un estilo de vida físicamente activo en sus proyectos de
concienciación pública. Estos mensajes son un elemento clave de la
campaña reciente del NCI: 9 A Day Campaign for African American Men,
(9 al Día para Hombres Afroamericanos) para incrementar el consumo de
frutas y verduras por parte de los hombres afroamericanos. Como
autoridad nacional de salud para 5 al Día, el NCI proporciona el
liderazgo a través de la realización de una campaña nacional de medios
de comunicación, apoyo de los programas estatales de 5 al Día,
coordinación de proyectos nacionales de cooperación y actividades, y
financiación de investigación para el cambio de conductas relacionadas
con la nutrición.
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Fuente: http://www.cancer.gov/espanol